Zapatero e Ibarretxe; oportunidad perdida

    Primero, porque es falso, tanto la guardia civil como la policía española son ejemplares en el trato y el respeto a todos los ciudadanos y son unas de las fuerzas de seguridad más respetuosas del mundo. Y segundo, porque es la repugnante justificación de la muerte a manos de ETA del guardia Juan Manuel Piñuel, que sólo dos días antes se dejó la vida por defender una legalidad desde la que, los que corean a sus asesinos, como el PCTV, le acaban de llamar torturador a título póstumo.

    Por cierto, que en la aciaga votación del Parlamento Vasco, sólo el Partido Popular estuvo junto al PSE.

    Rodríguez Zapatero debería también haber aprovechado la reunión de ayer para pedirle a Ibarretxe una mayor implicación del gobierno vasco en la lucha contra ETA, preguntarle si esto es compatible con que su jefe de relaciones externas en el PNV sea Gorka Aguirre, imputado por colaborar con el pago de extorsiones a ETA.

    Por último el presidente del ejecutivo socialista debiera haber defendido a los miles de niños vascos, que como españoles tendrían que elegir también el castellano para educarse, y no, como ocurrirá a partir de septiembre, tener que hacerlo obligatoriamente en euskera, lengua que sólo usa el 4% de los niños alaveses, el 10% de los vizcaínos y el 32% de los pequeños guipuzcoanos.

    Como despedida Zapatero podía haber tranquilizado al lehendakari usado las ejemplares palabras de la viuda de Juan Manuel Piñuel sobre ETA “no son nadie, sólo basura, un punto negro en la limpieza de un gran país”. 

    Desgraciadamente con el actual presidente de España esta conversación imaginaria nunca podrá tener lugar.