Noticias de Cantabria
01-01-2012 12:30

Urdangarín, sin secreto

La imputación es una situación procesal que presupone indicios de culpabilidad, presunción de inocencia y posibilidades de defenderse. Pero la citación es obligatoria bajo amenaza de ser conducido a la fuera ante el juez. Un mal trago previo al procesamiento y, en su caso, al juicio oral y a la sentencia. Todo un calvario.

      Es cierto que una parte del "caso Urdangarín" está amortizada. Al final, la filtración paulatina del sumario ha permitido una estrategia inteligente de la Casa Real para anestesiar, en parte, el impacto de este asunto en la opinión pública. Utilizando el lenguaje bursátil, el asunto Urdangarín ya está descontado. Quedan momentos álgidos, como el instante en el que el Duque de Palma acuda a declarar y la posibilidad teórica de que el juez, después de tomarle declaración, decida aplicar medidas cautelares. Y después, el juicio y la sentencia.

   El Rey ha reaccionado con talento y graduando su respuesta. La primera declaración de la Casa Real, hablando de "conductas no ejemplares" allanó el camino para el discurso real de la Nochebuena. Aplicando el adagio cubano de que "lo que sucede, conviene", podría decirse que el Rey se ha fortalecido por la contundencia de su respuesta ante la primera crisis seria de la monarquía parlamentaria. Su firmeza ha afianzado su posición.

   El 2012 amenaza ser una pesadilla para el marido de la Infanta Cristina. El sistema judicial español es muy garantista pero ofrece un espectáculo mediático que es casi una condena anticipada para el procesado.

   Las revistas del corazón afilan sus dientes. Carnaza para época de crisis. Pero lo que resulta innegable es que la lectura del auto en que se cita e imputa a Iñaki Urdangarín es demoledor para él. Urdangarín no es víctima del secreto sumarial, pero lo conocido es muy grave.

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