Noticias de Cantabria
10-04-2012 12:30

Una de pobres, otra de ricos.

La amnistía fiscal del Gobierno Rajoy es claramente injusta y, además, si nos atenemos a las declaraciones de algunos técnicos de la propia Hacienda, el dinero que va a aflorar es solo la punta del iceberg. Desde luego, resulta insoportable el agravio comparativo respecto al tratamiento fiscal que reciben los ciudadanos de a pie respecto a los defraudadores.

   Pues no, no todos somos iguales ante Hacienda y de rebote ante la Ley. Si usted es un ciudadano normal y corriente, que se dedica a una profesión liberal o es empleado público, o pequeño empresario, autónomo, o trabaja en una tienda, es médico, escaparatista, o panadero, pongo por caso, y recibe una carta de Hacienda más le vale ponerse a temblar. Las cartas que los contribuyentes recibimos de la Hacienda Pública están redactadas de tal manera que a uno le hacen sentirse cogido en falta. Puede que usted haya extraviado una factura, o que no esté debidamente cumplimentada, o que el inspector de turno tampoco esté por la labor de permitirle desgravar lo que usted considere que puede desgravar, o cosas más o menos de este cariz.

 

   Pero Hacienda caerá con usted con todas las de la ley. Y no digo que no tenga que hacerlo, faltaría más, pero qué pensar cuando frente  a estos casos nos encontramos con que nuestro recién estrenado Gobierno ha decidido regalar una amnistía fiscal a los defraudadores de verdad, a los que tienen fortunas cifradas en millones de euros, a los delincuentes de cuello blanco que tienen su dinero en paraísos fiscales, a los que llevan años sin pagar un euro.

 

   A estos sinvergüenzas se les va a perdonar lo evadido y defraudado y solo se les pondrá un pequeño correctivo, pagar el 10 por ciento. O sea, que mientras un autónomo, pongo por caso, tiene que pagar al fisco más del 40 por ciento de lo que gana, un defraudador y evasor salda sus deuda con un 10.

 

   Dice el ministro Montoro que es una medida excepcional, que no hay dinero en las arcas públicas, que es una manera de que el dinero que está fuera regrese a España, etc, etc, etc. Yo no dudo de las buenas intenciones del ministro pero ya puestos o la amnistía es para todos o para nadie. Lo que no puede ser es que los grandes delincuentes, porque eso es lo que son quienes se han llevado el dinero fuera del país sin declararlo, no solo no tengan ninguna penalización y los ciudadanos de a pie, esos que están en plena pelea con el inspector  de turno a cuenta de una factura extraviada, o por un IVA no declarado, o por cosas menores, a esos, ya digo, sí les caiga el peso de Hacienda y de la Ley.

 

   Me parece a mí que por más que Cristóbal Montoro lo explique, y hay que reconocer que el ministro no ceja en su empeño de explicar la medida, los españolitos de a pie no le "compramos" sus argumentos. Y es que la amnistía fiscal a los multiricos se une la noticia de que los grandes ejecutivos han visto subir sus retribuciones más de un 7 por ciento cuando el resto de los ciudadanos ya no tienen ni cinturón que ajustarse.

 

   La amnistía fiscal del Gobierno Rajoy es claramente injusta y, además, si nos atenemos a las declaraciones de algunos técnicos de la propia Hacienda, el dinero que va a aflorar es solo la punta del iceberg. Desde luego, resulta insoportable el agravio comparativo respecto al tratamiento fiscal que reciben los ciudadanos de a pie respecto a los defraudadores.

 

   Solo hay una solución, que el Gobierno retire su amnistía fiscal o por el contrario la extienda a todos los contribuyentes y todos los que tienen un contencioso con la Hacienda Pública lo puedan resolver de un plumazo pagando el 10 por ciento. Lo que el Gobierno no puede es tomar una decisión que supone la desigualdad de los ciudadanos ante Hacienda y ante la Ley.

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