Terquedad del “señor NO”

El "señor NO" ha demostrado que es muy burro. Ni siquiera ha sido capaz de asumir responsabilidades políticas. Esa responsabilidad consiste en dimitir y no en llorar por las esquinas o en decir que asume su responsabilidad, pero ahí sigue, como si la cosa no fuera con él. Demuestra ser un chulo de barrio que solo ve su ombligo. Él, él y luego él con su ambición.

Su forma de ser le ha destrozado políticamente. Su incompetencia ha salido a la luz y se le ve el plumero. Ha estado muy mal asesorado, hasta el punto de que nunca un secretario general tuvo peor imagen y equipo más catastrófico. Ha demostrado ser un sordo completo; solo escucha cuanto le interesa, nada más. Esa chulería inusual le está pasando factura al partido socialista, además de tener bloqueado el Gobierno y secuestrado a su propio partido; claro que, lo peor de todo, es que en esta ocasión los rehenes son los ciudadanos.

Pedro Sánchez se está pasando tres pueblos en sus comentarios tras la campaña electoral y la ciudadanía se mofa de sus planteamientos de futuro y de sus afirmaciones sobre el PSOE. Es una atrocidad escucharle decir que su formación es la única garante de la unidad, de la igualdad y del empleo, cuando en realidad ha sido quien ha destrozado la economía y las finanzas de España. La crisis le pilló al PSOE con el pie cambiado y por eso ha sido incapaz de mostrarse firme ante las medidas que había que adoptar. 

Fruto de la dejadez del PSOE de Zapatero fueron los recortes posteriores, de ahí que el equipo de gobierno de Rajoy no pudiera poner en marcha su programa electoral. Hubo que pagar las facturas guardadas en los cajones que el gobierno ocultó para no presentar un desfase brutal y un déficit abrumador. A ello hay que añadir que fue preciso lidiar con cinco millones de parados, después de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero incrementara ese en tres. Todas esas vicisitudes dan material suficiente para afirmar que los gobiernos de Zapatero han sido quienes más han profundizado en la desigualdad y en la pérdida de derechos.

Pero volvamos al "señor NO". La división del PSOE le va a llevar a tener que atravesar el desierto una vez más, además de la corrupción permanente. Recordemos que el PSOE es el partido que más casos de corrupción tiene encima, así como el que mayor montante de corrupción lleva sobre los hombros y quien más imputados tiene. Es, sin duda, el rey de la corrupción, aunque en breve lo será `Podemos`; esa casta despreciada y despreciable para un importante sector de la población, dada su falsedad, su tonto postureo, su mafiosa actitud y la torpeza de sus dirigentes.

Otra de las consecuencias del "señor NO" es que `Podemos` está jugando con la presidencia de Castilla La Mancha, Extremadura, Aragón y Asturias. Algo más propio de traidores, irresponsables y mequetrefes que de políticos asentados, con fuerte carga ética y equilibrados. La ha faltado tiempo a ‘Podemos’ para asomar la patita de su dictadura y del tremendo odio que alberga; siempre juega sucio, aunque no se le caigan los anillos ni la cara de vergüenza por hablar de la cal viva de los GAL, como si no supiésemos de qué es capaz la dictadura bolivariana y lo poco que le cuesta sentenciar a cárcel o a muerte a sus opositores: eso sí, luego achaca a países plenamente democráticos la existencia de presos políticos. ¡Manda huevos!

Con todos los ingredientes citados, el puchero saldrá podrido no tardando. Así no se va a parte ninguna. La ambición del "señor NO" es la mayor estupidez que ha vivido el PSOE desde la pizarra de Suresnes. Nunca el partido socialista había caído tan bajo y nunca su secretario general había demostrado mayor torpeza e indigencia intelectual. En fin, Pedro Sánchez, en estado puro y podrido. Doy fe.