Sánchez fue a El Hormiguero de Motos a echar la culpa de sus males a la prensa. Por Carlos Magdalena

Y el problema no lo tienen los comunicadores, el problema de estos cuatro años es  el señor Sánchez y su falta de credibilidad. Él lo llama ahora cambio de posicionamiento, más mentiras de cuando dice una cosa y al día siguiente dice lo contrario o cuando tergiversa las cuestiones para llevarlas a su terreno.

Empezó su legislatura mintiendo sobre su currículum vitae y siguió mintiendo afirmando que no pactaría con Podemos y pactó. Cambió el tercio y ha ido actuando a golpe de ocurrencia, la política con Marruecos otro de sus desaciertos  llamados ahora cambio de posicionamiento.
Se ha dedicado fundamentalmente a las subvenciones con el dinero europeo, repartiendo dineros a sindicatos etc. para acallar bocas y tener ?la calle? tranquila.
En Europa contamos poco salvo "el micé en scéne" de algunos actos y reuniones protocolarias. Mientras tenemos un apoyo con Ucrania forzado porque tiene a los comunistas al lado que le impide llevar otra línea que no sea la que en la actualidad tiene de frenada total. Llamó la atención como Sánchez se preocupó de blanquear a su socia fundamental para estas elecciones comunistas durante días.

Vino con un guion muy preparado que prácticamente no dejó hablar al director del programa Pablo Motos que llevaba algunas preguntas conflictivas y polémicas preparadas para que nadie le acusara de ?suave? dada la expectación de la tan esperada entrevista, siete años al parecer. Seguro que aunque el programa haya alcanzado unas cuotas de audiencia elevadas no habrá salido el presentador todo lo satisfecho que hubiera querido porque el Presidente no se deja amedrentar por nadie, y esto también hay que decirlo, ni se ruboriza ni se altera.

Lo cierto es que los ciudadanos están cansados del señor Sánchez y quieren que por las buenas se marche, que dimita, que se vaya porque a pesar de llevar siempre los discursos muy preparados parece más un aspirante a presidente de España que el propio Presidente.

¡Cómo no! también salió a colación lo de colocar las elecciones el 23J en lugar de septiembre pero como siempre hace lo justificó a su modo y manera, lo cierto es que ha sido con intencionalidad para provocar menos votos y pueda salir airoso y formar gobierno con independentistas, ultra izquierda, comunistas y demás. Un déjá vu. Lo ha negado, como no, pero inteligente que es y muy espabilado la mejor fecha era el 23 J y esa fecha mete menos ruido que si fuera el 23 de septiembre.

Aún así los españoles ya tienen el voto preparado e irán a las urnas, salvo un golpe de calor.