NI-NI, la palabra del año
Ni estudia, Ni trabaja (NI-NI). Este nuevo término cobró mucha fuerza hace unos años y, como todo en España, se impulsó gracias a un programa de televisión en La Sexta: ‘Generación NI-NI’. Ahora, esta palabra forma parte de informes de la Organización Económica de Cooperación y Desarrollo (OECD), como el que se ha publicado recientemente, y que ha sido el recurso más empleado en los informativos.
Hay dos concepciones de NI-NI. Por un lado, tenemos al caradura que no hace porque prefiere vivir al abrigo de sus padres con un paga mensual que le llegue para sus vicios. Por otro lado, una chica o un chico que no tiene estudios superiores y que no encuentra trabajo. Creo que es importante diferenciarlos, porque no tienen nada que ver entre ellos.
Este grupo social, que tanta gracia nos hace a todos, es fruto de un sistema educativo arbitrario. Una educación politizada que cambia según el color político reinante, y que aparece siempre en los programas de los diferentes partidos como punto estrella. Aún así, continuamos con espasmos cuando los países de la primera velocidad nos enseñan el informe.
¿Qué vamos a hacer cuando dentro de unos años se junten los NI-NIS con la generación perdida de licenciados? Probablemente, en la próxima campaña política la respuesta a esta pregunta sea el punto gancho.
Las escuelas matan la creatividad
En esta teoría me siento muy cercana a una persona que da fantásticas conferencias sobre la creatividad, la educación y la superación. Sus libros han inspirado a grandes emprendedores y están en las estanterías de empresas de éxito. Él es Ken Robinson. Este señor critica con sutileza e ironía el sistema educativo actual.
Los niños nacen artistas, no tienen miedo a equivocarse, ni sienten vergüenza por lo que dicen. He aquí su gran capacidad para innovar, porque no tienen miedo al error. ¿A quién no le ha sorprendido un chaval con respuestas de aplastante lógica?
La educación que recibimos es homogénea. La tónica general en una escuela es llegar a clase, sentarse y escuchar al profesor durante 50 min. Yo recuerdo con mucha ilusión la clase de música de 2º de la ESO. Tuve una profesora que consiguió emocionar a chicas y chicos de 14 años con música clásica. ¿Cómo? Nos ponía una pieza y nos decía que dibujáramos lo que nos transmitiera la música, después iba donde algunos y preguntaba por qué habíamos pintado de esa forma. Además, nos contextualizaba cómo era el compositor y la infancia que había vivido. De esta forma humanizaba al personaje y nos acercaba más a él.
Pero la línea general es la de los ‘50 min non stop’. Por eso, cuando terminamos la universidad necesitamos cursos para hablar en público, inteligencia emocional… Porque estamos anulados, no sabemos qué decir ni cómo. Han sido muchos años aletargados en la butaca. Tenemos miedo a expresarnos en público por si decimos algo inapropiado.
Merece la pena que veáis esto--> http://www.youtube.com/watch?v=AW-bTuBA5rU
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Comentarios(3):
NI hacen los que estan NI dejan hacer a los nuevos jovenes o no tan jovenes ya que estan preparados y deseosos de llegar a algun sitio
Una generación preparada y siguen dando puestos a dedo a tontos reconocidos solamente por ser amigo de y llevar carné en la boca.Yo a mis hijos cuando crezcan les intentare convencer de que entren en las juventudes del pp o psoe porque no hay mejor forma de cojer cacho aunque seas un inepto
Si fuera tan facil como algunos cuentan el irse al extranjero11,pero en ningun sitio atan perros con longanizas.Como no vayas desde aqui con un contrato acabas de camarero o de cualquier trabajo que nada tiene que ver con tus estudios.Hay mucha filosofia barata sobre este tema