Noticias de Cantabria
09-12-2013 15:36

Los gobernantes y los gobernados de la Nación española deberíamos de hablar la misma lengua

Quizá la solución a nuestros problemas vendría dada por una mayor implicación de la ciudanía, y que el Gobierno en funciones-el PP-corrigiese, de una vez por todas, nuestro déficit público

Los gobernantes y los gobernados de la Nación española deberíamos de hablar la misma lengua, y, por ahora, esto no está pasando. Unos y otros estamos involucrados en una  amplia economía nacional, existiendo dos autonomías: la catalana y la vasca, que desean caminar por libre…

Necesitamos nuevos canales de participación ciudadana en la actual política española, que vengan dados por la el desarrollo local y la democracia participativa, haciendo llegar al Gobierno español-en funciones, el PP-, el estado de ánimo de la población española que está muy deteriorado. De esta manera, representantes y representados estarán más unidos.

Quizá la solución a nuestros problemas vendría dada por una mayor implicación de la ciudanía, y que el Gobierno en funciones-el PP-corrigiese, de una vez por todas, nuestro déficit público: Estado, suprimiendo ciertas autonomías, ayuntamientos y diputados (y asesores también).

En esta sociedad mercantilista y salvaje lo humano no tiene sentido, un niño, una niña, una adulta, un adulto, un anciano, o una anciana no significan nada más que costes para el anarco-capitalismo, que se rige por el único parámetro que le es rentable. Y cuando estos seres citados no le son rentables los destruye sin miramiento alguno.

Se pregunta uno de dónde van a salir tantos dineros (euros) suficientes para estos nuevos endeudamientos de nuestras comunidades autonómicas y ayuntamientos... Como de costumbre ha sido y será siempre: de los bolsillos de los españoles, que ya los tenemos casi vacíos. Es la `fruta del tiempo político` en que vivimos.

Existe en nuestro país una minoría más conservadora asentada en la Comunidad de Madrid, que está condicionando la línea ideológica del PP de cierta manera. Mariano Rajoy está atravesando un momento político bajo, y no quiere o no sabe hacer frente a los problemas que se le vienen encima. Dicho y hecho: la última sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo(TEDH), en relación  con Inés del Rio, echando por tierra Doctrina_Parot.

Los dos partidos mayoritarios hoy en  día -PP y PSOE (hoy el primero lo es con mayoría absoluta)- tienen y tuvieron la ocasión- en sus manos- de cambiar nuestro sistema electoral proporcional (Francia lo eliminó en el año 1958) por el sistema mayoritario: éste permite que se mantenga una relación directa entre diputados y sus electores, contando los primeros con cierta independencia con sus respectivos partidos políticos. Espero que el señor Rajoy tome la sartén por el mango y lo lleve a cabo: aquí y ahora. Acuérdese, señor Rajoy, de eliminar las subvenciones a `CEOES` y Sindicatos, y así seremos todos menos pobres…

Sé que para aceptar nuestra incipiente democracia nacida en 1978, y todos lo sabemos, hubo que aceptar el establecimiento de 17 autonomías y dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla), las cuales han resultado ser, económicamente hablando, nefastas para España y sus ciudadanos. ¡Qué costosas nos están saliendo unas y otras! Y lo vuelvo a repetir: tenemos 17 virreyes en la Península Ibérica.

Ninguno de nosotros, o posiblemente el que suscribe así lo cree, podemos decir que, aun siendo imperfecto el concepto de ‘democracia’, es el sistema menos malo para la buena gobernabilidad de los países. No obstante, lo substancial de una democracia, y a mi modesto entender, consiste en que, los ciudadanos–con sus votos–, han elegido, y por un período de tiempo, a quienes pretenden que les gobiernen: bien, regular o mal…, pero que les gobiernen y no les engañen hasta las próximas elecciones generales. Cuando no estamos conformes con los resultados de las votaciones, sin duda, tendremos que esperar para volver a votar a las personas que creemos más idóneas para representarnos, y digo personas, que no partidos políticos a quienes en la actualidad estamos votando en España.

Muchísimas competencias de las que han gozado hasta ahora nuestras Comunidades autónomas, y que no han sabido llevar a feliz puerto, deberían ser devueltas al Gobierno central: Sanidad, Enseñanza, Interior, Justicia…Uno se pregunta para qué sirven la diputaciones provinciales, los ‘defensores del pueblo’, las televisiones autonómicas y las policía autonómicas: todos sabemos que, en España, tenemos unas maravillosas Fuerzas de Seguridad del Estado: la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Aquí de lo que se trata es de duplicar funciones y sueldos, que nos han llevado a la debacle económica actual.

Se trata, principalmente de la unidad de España–de sus autonomías lo que está en juego–, pero tanto el presidente del Gobierno español, señor Rajoy , como el jefe de la Oposición, señor Rubalcaba , no han entendido (porque no han querido) entender el mensaje de los españoles…que deseamos: a) paz–erradicando el terrorismo español, de una vez por todas–, que se consigue dialogando, aunque fuese con el mismo diablo sin llegar nunca a venderle alma, y b) coordinando esfuerzos en el Congreso de los Diputados para gobernar España, sin esos partidos nacionalistas exacerbados y excluyentes–que respeto: sus lenguas, sus costumbres, sus ideologías, sus sentimientos…–,pero que entienden a España rota en varias mitades…

Es triste reconocer a donde nos han llevado más de treinta años de democracia: posiblemente, tiempo al tiempo, a una Unión Europa de dos velocidades. Hemos de pensar los españoles que, con el PSOE y el PP alternándose en el gobierno de España, el regreso a la peseta no está lejos: piensa uno que a la vuelta de la esquina. Y es que el regreso a la economía autárquica (Política de un Estado que intenta bastarse con sus propios recursos) sea nuestra única salida. ¡Espero que me equivoque en mi diagnostico pesimista y sin esperanza…!

La Unión_Europea firmó en la ciudad holandesa de Maastricht, en diciembre de 1991, el tratado de la Unión Europea que proveyó para finales del pasado siglo una completa unión económica y monetaria, una política exterior común y el camino para una integración política. Tenemos que reconocer, poniendo la mano sobre el corazón, que Europa nos admitió, ¡eso sí!, como hermanos pobres–hombres pobres–en unión de nuestros también hermanos pobres: portugueses y griegos. Nuestras autoridades diplomáticas no fueron los suficientemente ambiciosas para saber pactar acuerdos y tratados que beneficiasen, bajo formulas claras y decisivas, los intereses económicos y políticos allende los mares. ¡Ya somos hombres pobres!

Los españoles somos un pueblo fácil de gobernar, pero es evidente que hemos alcanzado ya nuestra mayoría de edad y, hoy por hoy, no se nos puede engañar. La verdad ha de ser una y clara, aunque sea dura.

El pueblo español se conforma con poco: Un amor, un amigo/a, un libro...Bueno, ¡qué no nos quiten el fútbol! Es el pan nuestro de cada día. Pienso y reflexiono, ¿qué seré yo?: ¿Hombre rico, hombre pobre? ¿No será que soy un pobre hombre?

Hay un viejo poema de la India, que dice: “Si tienes dos trozos de pan, da uno a los pobres: vende el otro y compra jacintos para alimentar tu alma”. Esta es la India de Gandhi (nacido en 1869 y asesinado en 1948), activista teórico que cambio el pensamientos de nuestro pasado siglo XX. En su soñada y añorada nación, hoy en día, siguen existiendo: ¡Hombre rico, hombre pobre! Muchos hombres pobres.

Soñar siempre es posible cuando existan políticos soñadores -honestos y honrados-, que lleven sus sueños llenos de ilusión a feliz puerto: los españoles/as que votaron PP, es decir, al señor Rajoy (actual presidente del Ejecutivo español) necesitaban y esperaban que él se convirtiera en un `soñador para un pueblo`: para el pueblo español, pero no ha sido así…desgraciadamente.

 

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