Noticias de Cantabria
10-02-2014 20:07

Las raíces del crimen

Las raíces de la violencia son palomas mensajeras, que se extienden por el mundo entero, sembrando los campos con cruces: cruces con muertos, muertos con cruces. Occidente-sus naciones- sufren aquellas en sus propias carnes, y las padecen como una especie de epidemias sin precedentes en la historia de la humanidad.

Las raíces de la violencia son palomas mensajeras, que se  extienden por el mundo entero, sembrando los campos con cruces: cruces con muertos, muertos con cruces. Occidente-sus naciones- sufren aquellas en sus propias carnes, y las padecen como una especie de epidemias sin precedentes en la historia de la humanidad.

Observamos cómo se protegen moradas, cómo se establecen sistemas de seguridad mediante alarmas eléctricas en las viviendas, fomentando el crecimiento de industrias lucrativas del propio ramo. La gente ha cogido miedo, diría uno, gastándose sus dineros para protegerse de los pies a la cabeza, y entrar en posesión de armas de fuego-muchas veces de manera ilegal-, para su protección y las de sus deudos…

Y es que estamos perdiendo-nosotros los ciudadanos- la fe en la capacidad del Estado-los Estados-, para defendernos…de las violencias y las agresiones de que somos objeto, las cuales nos encontramos a la vuelta de  cualquier esquina, y, muchas veces, tomamos la justicia por nuestras propias manos. ¡Mala cosecha vamos a recoger!...

Nuestra inseguridad personal crece de- día a día-en progresión geométrica. Los estados democráticos entienden, a su manera, que las Fuerzas de Seguridad no deben permanecer en la calle patrullando: día y noche, noche y día (¡tremendo error!).Aunque sí es cierto que existen cámaras de seguridad por todos los rincones en las ciudades, éstas pueden ser necesarias para las posibles detenciones de los presuntos delincuentes, pero nunca jamás serán capaces de “prevenir” los crímenes cometidos contra las personas y sus enseres. Y vuelvo a insistir: hay que patrullar la calle de nuestras ciudades-palmo a palmo-, de nuestros pueblos ya se encarga la Guardia Civil, en España. Y estas patrullas han de hacerlas con personal de paisano y uniformado, según misiones al respecto, empleando siempre la técnica de “ver sin ser visto”, y así detener a los delincuentes antes de que cometan delitos o faltas tipificados en los distintos códigos penales de los Estados. Ésta es la verdadera prevención policial…

El miedo al crimen se ha generalizado, y esto es así, pues…antes salíamos con nuestras familias-por las noches- y lucíamos nuestras alhajas (escasas pero de nuestra propiedad), y ahora estas costumbres se consideran ‘como arriesgadas’. Hoy por hoy vemos como las Clases altas más acomodadas, sin duda, están protagonizando un éxodo hacia las zonas verdes en el extrarradio de las poblaciones, que cuentan con medidas de seguridad más sofisticadas.

Bien sabemos todos que ‘el crimen no respeta fronteras’, y que existe el ‘crimen organizado’ como manera y forma de vivir. Los delitos de violencia son endémicos en los Estados Unidos de América, y las estadísticas al respecto apuntan que se producen ‘diez asesinatos por 100.000 habitantes’. Entre los aludidos delitos se encuentran, a saber: violaciones, atracos a manos armada, robos con fuerza en las cosas e intimidación a las personas, violencia en los hogares, etc.etc. Existe una tendencia preocupante, diría uno, en cuanto a la incidencia de la criminalidad entre los jóvenes: la falta de trabajo puede ser una de las causas, que animan a los adolescentes a delinquir más y con medios más rebuscados. Lo que vienen a decir los entendidos en la materia que “cada día se cometen más delitos y faltas contra las personas”. O: “…que existen numerosos jóvenes que portan armas blancas en sus bolsillos”. O: “…que las armas las carga el diablo”. O: “…que también hay muchachos/as que llevan armas de fuego”. O: “…que la cultura ya no importa a nadie”. O: “…que son múltiples y muy varias las escenas de terror y violencia que visionamos por televisión y cine”. Todo esto y mucho más es lo que piensa uno.

Las raíces del crimen son diversas y complejas. Se ha estudiado  sobre ellas por expertos, profesores, médicos, psiquiatras, educadores…, y existen teorías múltiples y muy dispares unas de otras: hoy por hoy el crimen los podemos considerar como un mal de la humanidad. Algunos entendidos en la materia se expresan de la siguiente manera: “…que el crimen violento lo cometen personas con conductas aberrantes y agresivas”. O: “…que el crimen violento lo cometen hombre/mujeres, que tienen trastornos mentales-quizás transitorios--, y alteraciones en el aprendizaje”. O: “que otros individuos carecen-según sus casos particulares-, de capacidad para discernir entre el bien y el mal”.

Y dado que la violencia engendra violencia, y es el plato de cada día en televisión, hemos de desterrarla –en la medida de lo posible–dentro de nuestra “pequeña pantalla”, dentro de los campos de fútbol, dentro de nuestro trabajo... dentro de nuestra cotidiana vida. Porque /Ashley_Montagu –antropólogo--, señaló: “Aprender a hablar cuesta muchos meses. Aprender a amar puede costar años. Ningún ser humano nace con impulsos hostiles o violentos, y nadie se vuelve hostil o violento sin tomarse el tiempo necesario para aprenderlo”. Nuestra cotidiana vida, hoy en día, es una amplia escuela de violencia, que hemos de digerir para  no sembrar semillas de violencia

700 mujeres muertas por violencia de género en la última décadal, según un informe que publicado por el diario ‘El Mundo’ de España. El imperio de la fuerza siempre ha prevalecido sobre la mujer. “A medida que el hombre conquista el mundo-ha comentado Susan_Brownmiller-, también se apodera de la mujer.” Hemos de entender que la esclavitud fue un asunto de racismo-en el más amplio sentido de la palabra-de los hombres blancos hacia los negros, pero también constituyó una dominación del hombre blanco sobre la mujer de raza negra. La raza negra siempre llevaba las de perder, y uno no sabe por qué…

Porque, evidentemente, hemos de pensar que, existen y en el siglo XXI, un tipo de mujeres que si dicen “te amo”, desde luego, aman sin ambages; que emiten luz propia y enamoran y eligen a su manera; que pueden y deben abandonar a sus maridos si éstos se lo  merecen- caso de la violencia de género-, y que saben respetar las leyes del amor humano (y del divino), si los hombres y ‘El Amor’ respetan las suyas. “Se acabó la esclavitud para siempre…”, así se expresan innumerables hijas de Eva en la actualidad. Y razón tienen para manifestarse de esta manera. 

 

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