Noticias de Cantabria
10-10-2010 07:00

La pancarta y el palo

Aunque algunos quieran, no se debe olvidar una huelga que nadie con sentido común deseaba salvo los que la propiciaron Zapatero, Toxo y Méndez. Me dirán que me confundo, que Zapatero era el sujeto pasivo y contra quien iba dirigida la huelga y les contesto, falso; Zapatero ha sido el gran animador, valedor, impulsor intelectual y principal activo de la huelga.

La huelga había que haberla hecho mucho antes, pero contra Zapatero, contra el hacedor de los cinco millones de parados, contra el culpable de una inmigración sin regular, contra una crisis galopante en la que llevamos metidos años con la anuencia y consentimiento de este personaje.

La huelga había que haberla hecho, y hubiese sido mayoritaria y triunfadora,  contra la persona culpable de que seamos el hazmerreir de los líderes europeos con  ocurrencias iletradas sobre economía. La huelga había que haberla hecho contra las corifeas indoctas que tenemos en Cantabria, Gorostiaga y la paracaidista- diputada, Elena Salgado, gran aficionada a la música. La huelga había que haberla hecho contra el que permite que seamos un chollo para piratas del Indico, Al Qaedas, y ahora  corsarios ingleses de Gibraltar que acosan a la Guardia Civil y  se monta mítines con aplaudidores  al más viejo estilo franquista etc.

Este personaje que ocupa la Moncloa mintió, en su día, negando la crisis y gracias a esa mentira, que todos conocíamos y el negaba electoralmente, ganó las elecciones. En EEUU por mucho menos hicieron dimitir a Nixon, pero aquí convivimos con la mentira, el engaño continuado y el todo vale. Estamos en plena prostitución política. A este mentiroso compulsivo siempre he dicho que solo le echaran desde dentro de su propio partido y creo que en ello están sin esperar al 2012. Tomás y ¿por qué no?

Han pasado siete días de la huelga y muchos ciudadanos se preguntan, ¿qué hemos ganado? Nada. Con la huelga han querido  lavarse la cara los dirigentes sindicalistas, pero se les ha visto las enaguas. Han fracasado. La huelga ha servido para empobrecer  más este país y demostrar que la  fuerza de convocatoria es el impuesto revolucionario que se cobra del gobierno y el seguimiento se ha debido a la coacción, a la fuerza y al amedrentamiento de “los piquetes de la libertad”. Los sindicatos, si quieren representar y servir a la sociedad  se tienen que trasformar en el servicio a los ciudadanos. Se precisa unos sindicatos libres, independientes, modernos y que no sean correas de transmisión de los partidos.  En Cantabria, Revilla, perspicaz y fácil en la respuesta, dijo que no entendía a los piquetes que en una mano llevan la pancarta y en la otra el palo. Sic.

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