Noticias de Cantabria
18-04-2008 12:19

La Ministra encinta

Reconozcamos que Rodríguez Zapatero ha logrado sorprender a la opinión pública, poco imaginativa por otro lado, con el nombramiento de la encinta Carmen, la “rojiverde” Chacón. Menos ha calado en los ciudadanos la peligrosa bicefalia económica en el Ejecutivo, la cual nos dejará tensos episodios entre sus dos titulares, Pedro Solbes y Miguel Sebastián, a lo largo y ancho de los próximos años de legislatura.

Dicen que nadie podía imaginarse que Chacón fuera la persona elegida para dirigir el Ministerio de Defensa. Pueden creerme cuando les digo que a la gente de mi generación, una década más joven que la nueva Ministra, no nos sorprende en demasía que el nuevo mando de los tres ejércitos tenga 38 años, que sea mujer o que esté preñada. Realmente no tenemos ese tipo de prejuicios, afortunadamente. Otros quizá, pero no ésos.

Que su perfil choque inicialmente con los valores tradicionales y la cultura de las Fuerzas Armadas, cuyos altos mandos ingresaron en sus filas cuando Franco era todavía el jefe de Estado, no ha supuesto para las nuevas generaciones un trauma, ni mucho menos. Sí pudiera serlo por el hecho de que se trate de una catalanista a ultranza, y defensora del Estatut o de las diversas naciones y nacionalidades del Estado, moderada en sus formas, pero sectaria en su ideología. Narcís Serra también era catalán y fue un buen Ministro; nada tiene que ver tampoco, por tanto, su lugar de nacimiento.

Y si nos centramos en su embarazo, está claro que lo que Zapatero pretendía, y ha conseguido, es llamar la atención dentro y fuera de nuestras fronteras. Pero hay que ser consecuentes y pensar de qué forma pueden afrontarse problemas de alto calado con la titular de Defensa de baja maternal. Lo veremos.

De lo que se trata es de una nueva provocación zapateril que ralla en lo insultante. Él lo denomina “pedagogía social”; para el resto se trata de marketing político. Vamos, que no es de extrañar que Chacón se enterara de su nuevo cargo el día después de las elecciones, aunque poco tiempo ha pasado desde entonces para ponerse mínimamente al día en una materia que a buen seguro le queda bien a desmano. Para empezar no podrá asistir durante muchos meses a las reuniones de sus colegas en la OTAN, ni visitar a los soldados españoles que operan en misiones internacionales, tareas para las cuales estará el ínclito Méndez, Constantino para más señas, anteriormente Delegado del Gobierno en Madrid, y con tan interesantes periplos a sus espaldas como la detención ilegal de dos militantes del PP por una supuesta agresión a Bono.

La fotografía de Chacón en el acto del pasado lunes pasando revista a las tropas fue toda una novedad en unas Fuerzas Armadas a las que las mujeres sólo pueden acceder desde 1988 y en las que el máximo empleo que ocupa una militar –hoy en día- es el de comandante. Allí tuvo la oportunidad de vivir en primera persona la solemnidad que siempre tienen los actos militares, himno de España y vivas a la patria incluidos.

Las circunstancias personales con las que Carme Chacón ha asumido la cartera de Defensa la hacen merecedora de incluir su nombre en el libro Guinness de los Récords, por supuesto, que es lo que parece estar buscando el Presidente del Gobierno. Pero bueno, como si le hubiera dado por tomar posesión vestida de Mary Poppins, también hubiese entrado en el Guinness. Pero, a la hora de la verdad, ¿qué?

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