03-11-2010 20:30
La berrea política
Hemos dejado atrás el mes de octubre época en que nuestros ciervos de los Picos celebran su berrea que como todo el mundo sabe, al menos en Cantabria, es “el baile” de los ciervos machos que se exhiben ante las hembras y frente a otros machos para encontrar su harén y procrearse.

La histeria política, que no berrea, ha empezado en Cantabria y comienza a preocuparnos porque ese histerismo de nuestros políticos, de momento, no es contagioso. Falta mucho para la gestación de mayo que para unos será el voto y para otras el cervatillo por lo que puede llegar a ser un verdadero calvario para los ciudadanos. Veamos. ¿Quien no tiene un amigo en cualquiera de los tres grupos, PSOE, PRC, Y PP, que aspire a llevarse al redil de su ideario político a usted, por ejemplo?, todos. Y es ahí donde surgen los problemas y el sofoco que tiene el futuro votante porque los ciervos, animales irracionales, no te dan miedo, pero los candidatos, que son racionales, no ciervos, tienen más peligro porque insisten más y mejor. Mantener el equilibrio de pensamiento en esta etapa resulta difícil porque estas presionado por estímulos de fuera que pretenden violentar tu voluntad de reflexión, que no puedes variar, aunque a unos duela momentáneamente. Lo curioso es que llegado el gran día de urnas todo desaparece y cada mochuelo va a su árbol. Ese equilibrio se trueca más difícil, si cabe, a los que tenemos la suerte de estar en los medios de comunicación, y emitimos opinión, porque se nos mira por el rabillo del ojo con especial examen pero solo por algunos, los más mediocres y temerosos de perder la prebenda política, los demás no. Tengo que romper una lanza a favor de nuestros políticos, mantienen las formas excepto algunos que han incumplido con los ciudadanos o porque saben que sus “cornamentas” no son lo suficientemente bellas para cautivar a sus electores. Modérense políticos, suban a nuestros montes, y respiren profundamente antes que Gorostiaga nos ponga sus molinos. Y recuerden siempre, que la moderación es la principal virtud de la política.
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