Noticias de Cantabria
30-03-2012 09:10

Huelga a la fuerza y derechos mermados

La huelga de ayer fue una excusa más para dividir a un país de casi seis millones de parados, trabajadores con el cinturón al máximo y empresarios que luchan por cuadrar cuentas y sacar de donde ya no hay. Una huelga convocada por quienes han callado mientras las cifras del paro crecían como la maleza, pero que saltan a la gresca cuando el nuevo gobierno de 100 días de vida ajusta el gasto al son de la batuta de Merkel.

Todo ha ocurrido en un contexto fácil para movilizar a los ciudadanos, porque están descontentos con la clase política, independientemente del color o de la bandera. Una convocatoria por quienes dicen ser los defensores de los trabajadores, por quienes brindaron arduas batallas en el pasado, pero que actualmente su papel se cuestiona por sus reiteradas incoherencias de actuación.

España cuenta poco a poco con una democracia más participativa, más crítica, pero al mismo tiempo peca de inmadura con errores de principiante en el diálogo social. Hay colectivos que ayer sonrojaron a muchos españoles y españolas, imponiendo la huelga a la fuerza y no sugiriéndola como derecho que puede ejercer un trabajador. No puede ser que los derechos de los ciudadanos se mermen, simplemente porque hay huelga general y, entonces, vale todo.

Así no se hacen las cosas en una sociedad democrática. Los vídeos de piquetes impidiendo trabajar a las personas con insultos y amenazas me hacen avergonzarme cuando los amigos que tengo en el extranjero me preguntan cuál es mi posición en el contexto de crisis que vive España y qué hago para combatir lo que me parece injusto. Mi respuesta es un silencio reflexivo y una batería de preguntas para informarme de las imágenes de la huelga que han llegado hasta su patria. Después, contesto desde mi posición de periodista en momentos difíciles y condeno las actuaciones de quienes no valoran las posesiones de los demás, de los que exigen derechos y luego pisotean los tuyos, etc.

Las escenas que se han vivido ayer en mi ciudad, Santander, son muy tristes. Ver cómo algunos comercios tenían que cerrar para que no les estropearan los escaparates o no les tiraran la comida al suelo, me provoca sofoco. Por otro lado, aplaudo a quienes secundaron la huelga desde el respeto y como acto reivindicativo de lo que creen que puede ser diferente. Estos últimos ejercieron su derecho y muchos contribuyeron con diálogos constructivos. Aplaudo también al colectivo 15-M, que se desvinculó de los principales líderes del parón general, para posicionarse dentro de un bloque crítico.

También creo que hubo grandes olvidados en la huelga. Los autónomos, los empresarios que no disfrutan despidiendo a los trabajadores, los que han tenido que emigrar a otros países, los que están pensando en hacerlo… Cada caso supone una odisea particular, no simplifiquemos y vayamos más allá de la propaganda.

La actitud crítica hay que tenerla todos los días y se puede proyectar desde distintos soportes.

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Comentarios(3):

opinion - 03-04-2012

Muy cierto todo lo que dice y reflexivo.La actitud de los sindicatos es conmigo o contra mi,no vale estar en desacuerdo porque entonces eres un traidor con los derechos de los trabajadores.Eso es lo que venden a una población desesperada y facil de hacer jalear por cuatro que han contribuido en estos ocho años a estar como estamos.Patetico resulta lo facil que es mover a la masa que se deja arrastrar sin ver mas alla de sus narices y aplauden a los culpables del desastre porque ahora gritan mas fuerte

perplejo - 03-04-2012

Estos sindicalistas y el partido socialista se han comportado como meros alborotadores en un entorno facil de calentar.Aqui en Cantabria ha habido piquetes de coacción,porque me niego a llamarles piquetes informativos, pero en ciudades como Barcelona ha sido una verguenza los daños y destrozos de negocios y mobiliario urbano de cuatro colgaos que se apuntan a todo lo que sea hacer el cafre sin ver el motivo de la revuelta.Hay que tomar medidas fuertes para estos salvajes que se dedican a romper,destruir y pegar si se pone alguien delante

nacho vegbarc - 03-04-2012

Yo soy partidario de dar a cada uno lo suyo.Al Cesar lo que es del Cesar.¿ Porqué la clase obrera tiene que pagar ( se lo roban de la nómina) a los sindicatos por ley? Esto a mi manera de pensar es atentar contra la clase mas manipulada que es el obrero, que bastante tiene con llegar a fin de mes. Los sindicatos que vivan gracias a las aportaciones de los afiliados con sus cuotas mensuales, ajustándose en lo que se pueda a su precaria calidad de vida. Sr.Rajoy le animaría a cortar con las cantidades millonarias a los sindicatos y ese sobrante se repartiese entre los que lo han pagado. Ya está bien de tanto latrocinio contra la clase obrera.Si Carlos Marx levantase la cabeza imponía la pena de muerte contra los explotadores sindicalistas