Gorostiaga y la Trini

Nuestra curiosidad va paralela con la prensa europea que se ha fijado en el  resurgir de un candidato que planta cara al socialismo absolutista de Zapatero. Las espadas ya  están tan altas que las primarias de Madrid  llegan a ser hasta vulgares por  el apoyo de todo el aparato de Zapatero, con él a la cabeza, y la consigna, Tomás no pasará. Miseria. Me temo que Tomás no pasará, aunque las apuestas suben a favor de este. Peligra el poder omnímodo de Zp ya que el poder es el poder y debe primar el estilo guerrista, el que se mueva no sale en la foto. ¡Ánimo Tomás!.

Es en  estas elecciones en donde mis amigos de la boina pueden ver la democracia que existe en este país, ninguna. España, antes de que deje de existir, que la falta poco, precisa de una regeneración  y ésta solo pasa por un cambio de la ley electoral y por la implantación de listas abiertas para acabar con  los zánganos que viven de los partidos.

En las elecciones de Madrid veo una semejanza con el famoso congreso que ganó (¿?) Gorostiaga. Al principio, la gente se calentó  hasta que apareció Pepiño y  espetó aquello de: nuestra candidata es Gorostiaga, versus la Trini. Se nominó la alcaldesa de la capital  del Besaya,  pero fue susurrada en falso por  famosos e históricos intrigantes a los que se les puede aplicar el dicho de que ni comen ni dejan comer y fueron abducidos por Gorostiaga con las promesas del viento de los molinos. Y el congreso se cerró en falso dando ganadora a Gorostiaga, bendecida desde Madrid con el partido en horas bajísimas. Gracias a ella, y a su fuerza reivindicativa,   tendremos  molinos personalizados, un AVE en el alambre, asfalto en los montes, un Valdecilla con grúas y en el furgón de cola de la medicina nacional, unas infraestructuras paradas, un puerto que se dedica a hacer exposiciones de pintura y a pagar informes para que vivan los zánganos, caravanas de estrellitas. Pena.
La defensa de Cantabria frente a Ferraz es ninguna, ya que todo se basa en un vasallaje  del sí señor, más los desembarcos de los ministros a probar nuestra gastronomía y  la ministra, –diputada por Cantabria-,  Salgado  a sus “cosas” en nuestra provincia occidental.