González dixit.
Felipe González ha dicho lo que es incapaz de decir su partido: que Cataluña es parte de España, que si los catalanes quieren "votar" sobre su futuro él (o sea el resto de los españoles) también querría participar en la votación puesto que considera que también le concierne.
Las palabras textuales de González no dejan lugar a dudas: "Yo me siento español, no concibo España sin Cataluña". Pero dijo más: "Si Cataluña o el País Vasco tienen tentación de separarse a mí me amputan parte de mi identidad".
El expresidente también ha dicho que reconoce la "identidad" de Cataluña, pero como parte del conjunto, o sea de España. La verdad es que se echa en falta que los actuales dirigentes del PSOE hablen tan claro como lo hace González. Es más, es un alivio escuchar esas palabras en labios de un socialista después de que en los últimos años, los de Zapatero, el PSOE perdió sus señas de identidad y de paso su "idea" de España.
González también afirmó que de la crisis económica saldremos, pero que lo verdaderamente preocupante es el problema territorial, del que solo se saldrá con consenso.
Todo esto lo ha dejado dicho el expresidente en una mesa redonda convocada por Juan Carlos Rodríguez Ibarra, con la presencia añadida de Dolores de Cospedal. La convocatoria fue un éxito, sobre todo por lo que se dijo por parte de los intervinientes.
Escuchando a González produce más tristeza la actual situación del PSOE. Antes el PSOE era el partido que más se parecía y por tanto mejor representaba a la sociedad española, hoy es un partido en decadencia. El daño que Rodríguez Zapatero ha hecho al PSOE es de tal magnitud que es difícil que se recupere. Escribo "dificil", no imposible.
Desde luego, lo primero que deberían de hacer los dirigentes socialistas es dejar de ser melindrosos, y hablar alto y con nitidez. Pero ya hemos visto como en las últimas elecciones autonómicas en Cataluña el PSC se sacó del cajón una propuesta de "Estado federal", avalada por Rubalcaba, sin explicar ni en qué consistía la propuesta. González pertenece al pasado del PSOE y seguramente saldría corriendo si alguien le propusiera regresar a "primera línea", pero la verdad sea dicha hay un abismo entre el expresidente y los dirigentes que el PSOE ha tenido en los últimos, años, etapa Zapatero, y los que tiene en la actualidad.
El PSOE solo se recuperara el día en que tenga unos dirigentes que hablen tan claro como González, que conserva intacta su capacidad de "conectar" y sobre todo de intuir por donde va la sociedad.
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