Fraude de productos híbridos

De todos es sabido el monumental escándalo que se ha generado con las preferentes y subordinadas. El apellido de “híbridos” empieza a ser la mezcla de fraude, corrupción, abuso y engaño. Al final, la crisis quienes la van a pagar son los ahorradores e inversores. Si eso ya es un fraude en sí mismo, hay que añadir que entre la ciudadanía se ha creado una inseguridad jurídica y financiera que va a traer colas durante mucho tiempo. Y seguramente desgracias; algunas de ellas ya las hemos presenciado.

En el caso de Caja España y Caja Duero hay un claro engaño y un evidente desprecio al ciudadano y contribuyente. No hay más que ver los medios de comunicación de Castilla y León para comprobar que las presuntas ‘ratas’ han saltado del barco en cuanto han olido a chamusquina. Hablamos de nombres y apellidos a los que mencionaremos en próximos artículos, con el fin de que arrastren por el suelo su cara de vergüenza y su indigna persona. Me refiero a ex delegados del Gobierno, presidentes y presidentas de Diputaciones provinciales, ex alcaldes de Castilla y León,… 

Todos ellos han acudido a las reuniones de lo que eran Caja España y Caja Duero mientras hubo dietas que cobrar, canapés que degustar, influencias con las que traficar y créditos de los que beneficiarse. Por cierto, el último escándalo en esas cajas ha sido la huida en bloque de consejeros para que no pudiera convocarse la reunión que llevaría a convertirse en fundación a esas cajas. Incluso, quien debería haber hecho la nueva convocatoria ha salido hace unos días a presentar su dimisión. Además de presuntos rateros, se desvela una clara cobardía. Nadie quiere estampar su firma para que la vergüenza no acompañe a sus personas de por vida.

No entendemos que Europa sea cómplice y consienta que sean los inversores quienes carguen con su incompetencia financiera y su abuso de órganos y organismos que, en la mayoría de los casos, no sirven para nada, salvo para dañar estructuras financieras nacionales. Los inversores son el chivo expiatorio y con ello Europa no aportará dinero a rescate. También el Gobierno de Rajoy está ‘encantado’ y es cómplice, como lo son las propias cajas.

Caja España y Caja Duero, a pesar de tener un pasado glorioso en las provinciales, pasarán a la historia como el ‘cadáver’ que crearon los políticos de la comunidad, tras haberse aprovechado de ellas, robado a los ahorradores y embaucado a los clientes; en muchos casos los inversores recibieron los productos como ‘sin riesgo’, tanto las acciones preferentes como las subordinadas. Por eso no entendemos que la Fiscalía General de Estado se esconda y presuntamente desprecie a la ciudadanía afectada.

Comprobamos falta de respeto de esas entidades hacia los inversores y hacia ellos mismos. Tal falta de respeto se pone de manifiesto, además, cuando comprobamos que muchos de los consejeros de las cajas se han llevado jubilaciones millonarias; es decir, han cobrado por su torpeza, su incompetencia, su indignidad y su ineficiencia. En una palabra: se les gratifica por hacer daño y salen por la puerta grande como si hubieran hecho algo meritorio.

La última de Caja España-Duero es que están perdiendo los recursos en beneficio de los reclamantes y ahorradores quienes de paso empiezan a retirar sus cuentas, plazos fijos y otras figuras financieras. Ya nadie cree en lo que se conoce como Banco CEISS, ni siquiera quien parecía que absorbería tanto fraude y negligencia; me refiero a UNICAJA. Hoy, Caja España-Duero es un pufo integrado en Banco CEISS. Un banco que no inspira confianza y sí desprecio por su irracionalidad y atrofio generado por los políticos y demás presuntos pendencieros de la comunidad.

 Si alguien no pone remedio a este desaguisado, el otoño va a ser muy crudo en las propias sucursales, porque tendrá que dar la cara el pobre director, mientras se va de rositas toda una “tropa” de malos gestores y peores ciudadanos. Lo que no entendemos los afectados es por qué no se vende el ingente patrimonio de Caja España-Duero para pagar deudas, tapar el ingente agujero financiero y devolver lo robado a los titulares de preferentes y de deuda subordinada.