Franquistas en el Socialismo Francés

Segolene Royal, candidata socialista a presidir Francia ha propuesto en su programa reivindicar los símbolos nacionales, proclamando que debe haber una bandera francesa en cada hogar y la obligatoriedad de conocer el himno nacional, la Marsellesa. ¿Será franquista Segolene Royal? ¿Serán falangistas todos los socialistas franceses que secundan la iniciativa?

Su contrincante Nicolas Sarkozy propone a su vez crear un "Ministerio para la Inmigración y la Identidad Nacional".

Aquí, en la vieja Hispania, cuando se escucha el himno nacional, al que no nos atrevemos a ponerle letra, el Partido Socialista Obrero Español, que tiene de esto último lo que Rubalcaba de sincero, dice que regresamos a la plaza de Oriente –donde se jaleaba al dictador Franco-, que vuelve el franquismo.

Si además de himno hay banderas, el “independiente” Fiscal General del Estado dice que el PP envía falangistas en su contra.

De todo ello se deduce que el socialismo francés está infestado de franquistas y falangistas de la peor condición, ¿se imaginan en España que alguien propusiera una bandera en cada hogar? Menudo fascista sería.

¿Cómo podría alguien en la España de la insolidaridad, del tribalismo, del RH positivo, del “este río es mío y no me lo toca ni Díos”, de la comprensión con los pistoleros independentistas, de la prisión atenuada para De Juana, reivindicar algo que nos una como una bandera o un himno? Imposible, la izquierda acomplejada de este país prefiere seguir viviendo contra Franco que asumir la razonable pretensión de exhibir lo que nos une y no lo que nos separa.

Segolene Royal, que concluye algunos mítines con el himno nacional, ha afirmado que "hay que conquistar los símbolos de la nación”. ¿Cuándo comenzará la izquierda española la conquista de unos símbolos que antaño fueron suyos y que no inventó ninguna dictadura?

Pues cuando superen la patología nacionalista que padecen, que confío sea más pronto que tarde. Hasta entonces la España real deberá seguir recordándole en la calle que una mayoría creemos en un futuro común y en los símbolos que lo representan.


Miguel Barrachina Ros
Diputado en el Congreso por Castellón