Españolizar

Contemplar tantas creencias y fanatismo me hizo abjurar de los propios. Le entiendo, los sentimientos nacionales y religiosos no son otra cosa que producto de las coordenadas de longitud y latitud. La ribera de un río o la línea trazada en un plano te hace ser marroquí, español o portugués en lo político, sometido a la disciplina de Roma o de la Meca en lo religioso. Unos disfrutarán del cielo por haber llevado una casta vida sexual, y otros de 70 vírgenes a cambio de no probar el Vega Sicilia ni el lomo embuchado. Todo ello por el lugar de nacimiento, sin ningún tipo de mérito propio.

Decía Jose Antonio Primo de Rivera que ser español era una de las cosas importantes que se puede ser en el mundo. Educado como estoy en el respeto a las opiniones ajenas, de entonces y ahora tengo que decir que muy bien para quien así lo crea, porque con tanta declaración de valores eternos, derechos adquiridos principios inquebrantables, perversidad de mercados, de la Merkel, de vascos, catalanes, supongo que como muchos estoy hasta la coronilla y preocupado por esa voluntad también inquebrantable de conducirnos a la ruina.

El que parece que por ahora se ha librado de la quema es ZP, habitual culpable de todo lo que pasaba en este hemisferio, frente a quienes sus habituales críticos mantienen un prudente silencio, a la vista de que esto no se arregló en los prometidos tres meses.

Y no solo no se arregló, y como a perro flaco todos son pulgas, así estamos nosotros, y no haré como Sancho, citar media docena de dichos y refranes al respecto, haré mía la requisitoria de D. Alonso Quijano en tal sentido. Pues eso, si no teníamos suficientes pulgas, sacamos del baúl de los agravios las viejas pendencias históricas. Quizás sea lo natural, sacar las pendencias cuando las cosas van mal o muy mal. Ciertamente la historia de Barcelona, con las monarquías, reinos y Estado Español, nunca ha sido cómoda. Por algún motivo que ignoro nunca estudié que Barcelona se proclamó en república en el año 1.641 y después se separó y se sometió al vasallaje de Francia… Podíamos haber arreglado las cosas pero la realidad es que casi 400 años más tarde estamos casi igual. Y aquí podemos volver a echar la culpa a ZP, que prometió una reforma del Estatut, lo mismo que Rajoy prometió recurrirlo, como efectivamente hizo el PP, a 114 de los artículos de la norma aprobada por el Parlamente Catalán y por el Parlamento Español. El resto para quien no recuerde, se lo recuerdo yo. El Tribunal Constitucional sometido a todo tipo de presiones y recusaciones, tras varios años de debate y mercadeos, dictó sentencia anulando 14 artículos y retocando un total de 50 de los 114 recurridos, sentencia que dio lugar a que 1.000.000 de indignados saliera a protestar a Las Ramblas el 10 de julio de 2.010, que se han convertido en 1.500.000 el 11 de septiembre de 2.012, pidiendo al honorable presidente que organice el viaje, que se marchan, que la pela es la pela, y en esas estamos.

Para facilitar las cosas y reconducirlas, el ministro de educación se ha propuesto españolizar a los niños catalanes. Excelente noticia, pues como todo el mundo sabe, la mejor manera de apagar un incendio es echar gasolina al fuego.

No me atrevo a pensar hasta donde nos va a llevar la incompetencia manifiesta de nuestras élites políticas, sindicales y empresariales, que aquí no se salva nadie, pues una vez que nos han asegurado la ruina, por qué estamos en una alarmante ruina, ahora para colofón, algunos, han decidido enfrentarnos sacando una vez más del viejo baúl los sentimientos patrióticos. Solo mantengo un punto de optimismo, pero ni siquiera me atrevería a apostar. Yo creo que a conflicto armado no nos va a dejar llegar nuestros socios europeos, además, no podríamos pagarlo.