¿El día de la mujer o el día de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres?

Otros enunciados aprovechan para denunciar prácticas de empresas que pagan menos a las mujeres que a los hombres por desempeñar el mismo trabajo. Por otro lado, la ONU y el Banco Mundial realzan sus proyectos encaminados a empoderar a la mujer en los países en vías de desarrollo, puesto que es ahí donde radican diferencias que afectan a la integridad de la mujer. Una violencia estructural tangible y demostrable.

Nos guste o no sigue habiendo muchas diferencias entre los dos “bandos”. La sociedad se encarga de asignar roles a cada uno y, nosotros, que somos una mansedumbre que se mueve al son de la música que suene más alto, asentimos con la cabeza y aceptamos que es que las cosas son así. Pues creo que cada uno de nosotros, hombres y mujeres, estamos ‘empoderados’ para pensar haciendo uso de la ética vital. Lo que ocurre es que cuando pensamos llegamos a ideas que podrían calificarse como revolucionarias en comparación con lo establecido.

Que nos jactemos de ser una sociedad desarrollada pero que sigamos teniendo separaciones de lugares físicos por sexo (restaurantes, por ejemplo) me parece digno de una saeta. También tenemos la discriminación positiva, que me parece una de las mayores desigualdades que hay porque supone aceptar que el otro ser es inferior y hay que ofrecerle ventajas.

Para ayudar a que todos seamos iguales hay herramientas que emplean las instituciones dedicadas a esta función. Algunas (no quiero dar nombres) caen en el mismo error, afianzar roles establecidos. Cuántas veces hemos oído que para fortalecer la personalidad de las mujeres y ayudarlas a que asimilen que ellas son ‘iguales’ que sus maridos/parejas se reforzará a través de los siguientes cursos:

- Taller de costura
- Taller de punto de cruz
- Taller mujeres al poder

Muchas veces estos espacios de empoderamiento se convierten en lugares que alimentan la separación y no aúnan posiciones dentro del hogar o en la calle. El programa para mujeres que más me llamo la atención fue uno que se llamaba ‘La igualdad de las mujeres en el hogar’. Unas jornadas muy interesantes, pero en las que sólo se podían inscribir mujeres. Perplejidad.

Del enfoque Mujeres en el Desarrollo a Género en Desarrollo

En los años 70 se toma conciencia de que la mujer había sido subordinada y su papel se había minimizado a un rol dedicado a la casa y la familia. Aquí surge el enfoque Mujeres en el Desarrollo (MED), cuya línea de base era tratar la marginación de la mujer de forma aislada con ellas y hacer talleres del tipo que he señalado en los puntos de arriba. Estas acciones reforzaban los roles genéricos que tenían las mujeres por defecto de la comunidad.
Sin embargo, más adelante se comienza a criticar este modelo, porque no es útil y no ayuda a la integración de la mujer en el sistema, ni tampoco a mejorar las relaciones de género. Aparece el enfoque Género en Desarrollo (GED) que apuesta por superar las desigualdades estructurales movilizando a la comunidad en conjunto. Así, promueve un desarrollo humano sostenible y equitativo, etc. En definitiva, este nuevo patrón camina hacia una participación social de todos para limar diferencias y no apoya las iniciativas donde se separen los papeles de hombres y mujeres, sino que abogan por el intercambio de experiencias y el trabajo en conjunto.

No somos iguales pero sí tenemos derecho a la igualdad de oportunidades

He hablado de igualdad a lo largo de estas breves líneas, pero no me refiero a esta palabra como significado de equivalencia, sino como igualdad de oportunidades. Todas esas personas que dicen que un hombre y una mujer son iguales deberían haber suspendido biología en el colegio porque no somos una replica los unos de los otros.

Cada ser humano tiene sus particularidades y tiene que ser igual ante la ley como ser que es. La discriminación en cualquiera de sus expresiones es propia de quienes no tienen cultura.

"Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú." El subcomandante Marcos.