Con el miedo en el cuerpo.
"Sabemos lo que hay que hacer", asegura el presidente del Gobierno y repiten sus ministros. Pero por ahora lo que mejor hacen es meternos miedo en el cuerpo. El propio Rajoy ha pintado un horizonte desolador asegurando que no se va a crear ni un solo empleo en el 2012.
Claro que el ministro Luis de Guindos tampoco se ha quedado corto al decir que la situación de Grecia es contagiosa y que el contagio puede alcanzar a España. El resto de los ministros también se muestran igual de pesimistas. La verdad es que no sé si es una táctica para dejarnos paralizados no vaya a ser que si nos movemos las cosas vayan a peor, o si lo que pretenden es que veamos el panorama tan negro que apenas haya un rayo de sol puedan apuntárselo en su haber. El caso es que desde que el PP ha ganado las elecciones vivimos en un ¡ay!.
Yo creo que además del discurso pesimista y agorero a nuestros actuales gobernantes les falta decirnos si creen que toda esta crisis tiene arreglo y si es así cómo y para cuándo. Y es que quienes votaron a los populares confiaron ingenuamente que solo por el hecho de que gobernaran cambiaría el ciclo económico. No ha sido así, pero lo más desolador es que desde que gobiernan pintan en bastos.
Claro que los populares se sienten orgullosos de cómo están haciendo las cosas y recuerdan que Mariano Rajoy prometió decir la verdad y solo la verdad. Y naturalmente que los gobernantes deben de tratar a los ciudadanos como adultos y no como a niños a los que hay que engañar porque no entienden la realidad. En este punto hay que reconocer que Rajoy está cumpliendo diciendo la verdad sin recurrir a tratamientos paliativos. Pero decir la verdad no es suficiente, porque esa "verdad" ya la conocemos los ciudadanos porque la sufrimos en nuestras propias carnes. Desde que se acabó la "fiesta", esa "fiesta" engañosa en la que vivimos los últimos años, no hay familia a la que no haya alcanzado el cáncer del paro, o que a quienes mantienen el empleo no le hayan rebajado el sueldo, o estén cada vez más en precario. De manera que las verdades de Rajoy son verdades que conoce de sobra la sociedad, y bueno está recordarlas, pero añadiendo algo más. Y eso es lo que le está faltando al actual Gobierno. Amen de convertir en parapeto la "herencia recibida", que si, es verdad, han recibido una pésima herencia, lo que los ciudadanos esperan, esperamos, es que nos digan de una vez por todas si vamos o no a salir de esta situación. Ya sabemos que ahora toca sacrificios y lagrimas pero ¿hasta cuándo?
El presidente amén de seguir asustándonos debe decirnos algo más, y ese algo más no es que repita eso de "sé lo que tengo que hacer" sino que nos diga de una vez por todas qué es eso que sabe que tiene que hacer, cómo lo va a hacer, y, sobre todo, cuando va a terminar este calvario. Se sufre menos si sabe que puede haber un final razonable.
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