Canis Lupus, especie protegida
La cohabitación del triángulo formado por la especie humana, la cabaña ganadera y el lobo ha llegado a tal punto que resulta inaguantable, si no se termina de tomar en serio, por dejación, tratando de acotar al máximo el territorio en expansión de esta alimaña.
Gracias a una desgraciada connivencia de la Unión Europea (U.E.), auténticos padrinos del protegidísimo lobo permiten que éste traspase la línea roja, pese a que sólo se resienten aquellos ganaderos que padecen sus correrías. Así que, si a ciertos Estados de dicha U.E. les atrae la cría, crecimiento y mantenimiento de esta fiera, sería interesante que se preocuparan ellos, pero no cae esta breva, prefieren imponer la importación una vez criado fuera de sus territorios.
Las caprichosas Fundaciones Ecológicas, nutridas a base de fondos públicos, publicitando algo así como que es una falta de sensibilidad autorizar batidas contra lobos, fuera del plazo establecido por ley, cuando la especie animal no entiende de estos requisitos legales, y si se la deja a su libre albedrío, termina con la cabaña ganadera antes de que los dueños pueden poner una denuncia, exponer sus graves problemas y cobrar una indemnización, que corre a cargo de los contribuyentes.
A las sociedades ecologistas habría que decirles que pusieran un lobo en su domicilio. O mejor, obligarlos, para que supieran que hablan defendiendo a alimañas y no a personas. Incluso sería aconsejable que los alimentaran para evitar sus fieros ataques. Con el ambiente mediático-ecologista en los talones que, sin desearlo, desequilibran a toda la sociedad es muy difícil equilibrar la Naturaleza.
Los agoreros ecologistas y los seguidores del impacto ambiental desconocen que no hay sensación desocupada de vida animal en aquellos lugares invadidos por la especie humana, a los que les importa muy poco si se invade su terreno. Los animales, sin miedo, invaden lo que tengan que invadir, lo que quiere decir que no necesitan abogados defensores.
El hartazgo de los ganaderos afectados, que prefieren llegar a una unanimidad de recursos que defienda su trabajo, es sublime al referirse a las demoras y la racanería en las indemnizaciones que los compensan por las reparaciones del daño causado, al dar de comer a alimañas protegidas como si fueran bebés o discapacitados, debido a que las compañías aseguradoras son cada día más reticentes en hacerse cargo de unas pérdidas continuadas.
La especie humana tiene unos derechos que son acompañados de unas obligaciones, mientras que el resto de las especies, incluidas las animales, tienen los derechos que ciertos humanos les prestan sin un consentimiento generalizado, tratando de humanizarlos, sin conseguirlo, aunque incordiando. Es decir, que los animales no tienen derechos precisamente porque tampoco tienen obligaciones.
Quién quiera proteger a ciertas alimañas que lo pague de su bolsillo o se las lleven a sus domicilios. La Administración que desee mantener lobos debería responder por los desperfectos y demás perjuicios económicos, pero de ninguna manera gravando al contribuyente, que no está en onda para estas lides. Mientras tanto, los políticos pretenden hacer compatible la supervivencia de animales silvestres con animales domésticos, ¿en qué granja?
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Comentarios(1):
El Canis lupus signatus, que es así como se llama al lobo que habita en nuestro territorio no es una especie protegida. Según en qué comunidades autónomas está protegido, es especie cinegética, no cinegética... Es decir, son las ccaa las que dan al lobo el "titulo" que se merece en base a censos poblacionales y estimaciones de la Administración. Para su información el lobo dejó hace muchos años de estar catalogado como una alimaña, gracias a eso y a la labor de ciertos ecologistas el lobo ha pasado de ser una especie en peligro de extinción a una especie con presencia en España. De todas formas, el lobo se ha recuperado de la mitad a la zona norte de España, porque en el sur no hay poblaciones y están prácticamente desaparecidos. Esas fundaciones y asociaciones de las que habla son muy necesarias en nuestra sociedad porque sirven de mediadoras entre el mundo natural y el urbanita. Como en todo hay ecologistas radicales que sólo buscan el bienestar de los animales, pero los “buenos” ecologistas (bajo mi criterio) buscan la cohabitación de seres humanos y fauna salvaje. Quien no entienda esto y se posicione en los extremos tiene muy poca capacidad analítica. El tema del lobo no es tan baladí y sencillo como usted lo pinta, señor. Hay muchos agentes influyentes en este tema: ganaderos (extremistas y moderados), ecologistas (extremista y moderados), políticos (extremistas y moderados), cazadores (extremistas y moderados), organizaciones agrarias (ídem), gente del medio rural (ídem), urbanitas (ídem)… Ganadero y lobo tienen que tener una seguridad jurídica para que además de coexistir y ser respetados y ahí el que tiene que mediar para que esto se consiga es el Gobierno de cada ccaa. Las indemnizaciones tienen que llegar en 3 meses y no en tres años, como estaba sucediendo ahora. También tiene que darse una regulación al lobo, establecer una zonificación de poblaciones, censos, etc. Con todo esto decirle una cosa Dr. Alfonso Campuzano , cuando se emite una opinión a la esfera pública hay que argumentar con firmeza y dejarse llevar por la ira o los chascarrillos que se oyen por allí y por allá… Un saludo.