Noticias de Cantabria
Opinión 04-06-2024 16:05

Y es que el tiempo se acaba. ©Mariano Cabrero Bárcena es escritor

Y es que el tiempo se acaba para el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. El líder de Junts estaba convencido de que los catalanes iban a acudir a votarle en masa después de conseguir que Pedro Sánchez se arrodillará ante él y concediese una ley de amnistía que supone la derrota del Estado frente al pícaro que se escapo de España en el maletero de un coche.

Y es que el tiempo se acaba para el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. El líder de Junts estaba convencido de que los catalanes iban a acudir a votarle en masa después de conseguir que Pedro Sánchez se arrodillará ante él y concediese una ley de amnistía que supone la derrota del Estado frente al pícaro que se escapo de España en el maletero de un coche.

 

Las elecciones catalanas, sin embargo, han dejado un escenario en el que Puigdemont tiene prácticamente imposible a volver a ocupar la presidencia de la Generalitat. Parece ser que se terminan todos los trucos y que al líder de Junts le llega la hora de enfrentarse a la realidad.

 

Lo que está por ver es si faltaría una vez más a su palabra o si le queda un gramo de dignidad personal. Aseguró que volvería a España para participar en la votación de investidura, tanto si él era el candidato a la presidencia, con visos de ser elegido, como si no lo era.

 

Las circunstancias juegan en contra de Puigdemont porque la ley de amnistía, después de haber sido reelaborada por su equipo de abogados hasta dejarla a su gusto, resulta ser ?un engendro legal?que tiene todos los visos de ser inaplicable para los delitos de terrorismo y malversación agravada de caudales públicos, que son por los que él está acusado en diferentes tribunales.

 

Será difícil que cumpla con su palabra, que ya no vale nada, porque de regresar España como prometió?corre el riesgo de ser enviado a la cárcel en cuanto ponga un pie en Cataluña.

 

La aritmética parlamentaria juega también en su contra, porque tiene prácticamente imposible llegar a ser el candidato a la investidura. Puigdemont solo tiene una baza que juega y es por la que está apostando desde el día siguiente a las elecciones catalanas. Juaga a que sea imposible

que ERC apoye al candidato socialista, Salvador Illa, para que de esta forma sea imposible también la investidura del exministro de Sanidad. Una situación que conduciría a la repetición de las elecciones.

 

Es el único camino por el que pretende transitar a día de hoy un político al que se le están acabando muchos naipes de su ?baraja política?. El expresidente catalán lleva la presión sobre ERC para tratar de dejar a los de Oriol Junqueras entre la espalda y la pared, y que finalmente cedan a la presión para que el independentismo vuelva a la unidad en una candidatura conjunta en unas nuevas elecciones. Solo así, con una repetición de los comicios, podría Puigdemont aspirar a tener una nueva oportunidad de que los catalanes le den una mayoría suficiente para volver a ser presidente.

 

Pero el problema para el líder de Junts, que ya ha demostrado que la valentía no está precisamente entre los rasgos de su personalidad, no podrá regresar a España hasta que no tenga absolutamente asegurado que la amnistía borre todo rasgo de delito de su historial. Algo que cada vez está más difícil, según los expertos constitucionalistas. Todo indica que su tiempo se ha agotado y que el futuro que le aguarda?es deambular eternamente por Europa, repitiendo a quien quiera escucharle que solo él es el legitimo presidente catalán.

 

Tocante a su retirada de la política activa si pierde, sea esto cierto o se trata de un farol, se mostró contundente: ?No puedo hacer política activa si no tengo la responsabilidad de la Presidencia, pues tendría poco sentido volver al Parlamento para controlar a otro presidente??.

 

 

La Coruña, 4 de junio de 2024

©Mariano Cabrero Bárcena es escritor

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