Vergonzosa falta de transparencia, por Jesús Salamanca Alonso
Para seguir con el quehacer habitual del Gobierno frentepopulista se desvían y manipulan todos los temas, sobre todo desde la prensa amarillenta, subvencionada y “endiosada”.
Pensé que poco a poco se iría desenredando la madeja de “La noche de Ábalos con Delcy”, pero empiezo a tener mis dudas. Ayer decíamos que lo que en un determinado momento parecía de color azul, se tornaba verde al instante. Y tantas versiones se han dado, para hacer la mentira más grande, que ya no sabemos de qué color es el ‘atropello’ diplomático del hijo de “Carbonerito” para recibir a la número dos del narcodictador, Nicolás Maduro.
El Gobierno bolivariano ha reconocido al mundo entero que sí hablaron Delcy y el presidente Sánchez “Plagio”. Y lo hicieron a través del teléfono del Ministerio de Fomento; es decir, el del propio ministro de Fomento, José Luis Ábalos. Y, claro, como no podía ser de otra manera, el Gobierno lo niega. España no se merece un Gobierno que mienta en cada caso, en todos los temas y a todas horas: cualquier día nos niegan que ha estado el Gobierno en pleno en el “rancho de Aznar” o que a Iván Redondo se le descolgó la cabeza al paso de Quim Torra, de ahí su exagerado saludo rayano en la subyugación.
Algo empieza a oler mal cuando aún seguimos con el mismo tema desde el día 19 y Rodríguez Zapatero se sigue desplazando a ver a “su princesa” a Caracas. Y para seguir con el quehacer habitual del Gobierno, se desvían los temas, sobre todo desde la prensa amarillenta, vendida, subvencionada y “endiosada”. Fíjense en el siguiente dato: el curso militar que ha hecho Ortega Smith --y que hacen con frecuencia jueces y diputados-- se ha divulgado en una sola secuencia, como son los disparos de prácticas con un arma de guerra. Podían haber hecho lo mismo con fotos de diputados o jueces de otros partidos, pero no hubiera llamado la atención de igual manera ni hubieran podido “ladrar” como lo han hecho. Lo mismo se hizo con la sentencia de los ERE, el repetido latrocinio de UGT-A y los primeros viajes de Zapatero a Caracas y Miraflores; esto último acabará pasando factura, como ha dicho Guaidó, por las numerosas denuncias que pesan sobre él.
Ya no hay dudas de que Delcy Rodríguez presionó a Sánchez para que no recibiera al presidente legítimo, Juan Guaidó. Y el todavía presidente -- con la pusilanimidad que le es habitual con Venezuela, Merkel o Soros, por poner tres simples ejemplos-- se plegó a sus antojos y ruegos. El caso es que fue de los primeros que lo reconoció como presidente pero, evidentemente, en ese momento no tenía pactos de gobierno con la ultraizquierda española, de raíz chavista y bolivariana ni encabezaba un troceado Gobierno frentepopulista.
Y que no nos vengan con monsergas monclovitas sobre este punto porque ya está confirmado por el entorno de la número dos de la narcodictadura caribeña. Además, también lo ha confirmado la oposición venezolana. Según las referencias citadas, fue el propio José Luis Ábalos,
"muy nervioso y apurado por lo delicado de la situación" quien dejó su celular a la enviada de Maduro para mantener la charla con Sánchez, “asustado y muy preocupado en todo momento”. Esa frase que se ha hecho famosa en los medios respecto a que “Si recibes a Juan Guaidó no vamos a poder avanzar” significa más de lo que muestra su simple lectura y va más allá, pues existe un pacto entre este desnortado Gobierno español y el del traficante, narcopredicador y dictador, Nicolás “Masburro”.
Han transcendido muchos otros temas como el referido a Leopoldo López y su residencia en la propia del embajador de España; la inmediatez de sacarlo de allí; la necesidad de mantener empresas petroleras españolas y de otro tipo en Venezuela y un largo etcétera. A ello se puede añadir la brutal inversión del Gobierno socialista en crudo durante 2019. Parece como si el dinero se hiciera con simple manivela, determinación y sin responsabilidad.
Pero después no faltan agoreros del entorno del Gobierno que se apresuran en difundir que ya no es soportable el sistema de pensiones. La pregunta más inmediata sería si creen que sí lo son las subidas desorbitadas de sueldos de políticos; la brutalidad de las autonomías; la manipulación del IVA por parte de la ministra, “Mariaesú”; el abandono del campo; el desprecio a la España vaciada; el coste exagerado del Gobierno del Frente Popular y los cientos de vulgares asesores; el latrocinio de UGT-A; el robo que suponen los ERE-A; el nombramiento de directores generales no funcionarios y sin preparación; la insolidaridad con los trabajadores; la condonación de cientos de millones a la Bolivia de Evo Morales, a la Venezuela del que fuera “Gorila rojo” o a las ocurrencias de Delcy y la colaboración puntual con Venezuela para la presunta fundición de oro, por citar algunos.
Para finalizar, incidir en que ya no sé si tenemos un Gobierno digno, un atentado permanente a la verdad o un monumento a la mentira y a la tergiversación más ruin. Si la aspiración gubernamental es continuar así toda la legislatura, si es que dura, lo mejor es que Pedro “Plagio” y sus acólitos, titulares de ministerios, reflexionen y hagan propósito de enmienda porque están haciendo un pan como unas tortas y convirtiéndose en el hazmerreír mundial. Cada vez conocemos más mentiras y lo que llega a la calle es imposible que se calle. Por cierto, los primeros que no se calarán serán los agricultores en sus múltiples manifestaciones de los próximos días, hartos del abandono y del abuso que soportan. Sin duda será una piedra de toque, salvo que el Gobierno ordene cargas contra ellos con la brutalidad de hace unos días y en contraste con la cobardía mostrada en Tabarnia y en Tractoria.
Sé el primero en comentar