Se presenta un otoño político caliente en Cantabria. Carlos Magdalena

Empieza el ejercicio político después de las vacaciones de verano y desde nuestra óptica creemos, y con fundamento, que no todo va a ser igual que en el primer año de legislatura donde  prácticamente ha habido consensos, demasiadas sonrisas, acuerdos y apoyos coyunturales. El Gobierno de María Buruaga ha gobernado con tranquilidad y prácticamente sin oposición, pero creemos que eso va a cambiar ¿o no?.
 
La presidenta Buruaga tiene que ir cumpliendo su programa y presentar proyectos porque el tiempo corre que vuela y si como hasta ahora unas veces recibe el apoyo de Vox y otras del PRC ni tan mal, pero creemos que no va a ser así.
 

La labor parlamentaria va a ser fuerte y nadie va a regalar nada. Ahora bien, Buruaga tiene a su favor una oposición muy dividida, un PRC con un líder que ha prometido que se marchaba y un congreso sin concretar fecha para que los militantes nombrasen un sucesor, mientras tanto  sigue dirigiendo el partido con mano de hierro y a su manera aunque cada día que pasa puede ser más cuestionado aunque sólo sea a lo ?bajines?. Lo cierto es que estas situación de teórica temporalidad difícilmente puede fijar un criterio de oposición hasta que aparezca el nuevo líder del PRC.

En cuanto a Vox también se encuentra dividido y recibiendo instrucciones de Madrid lo cual resulta ser nada fiable para la gobernanza del Partido Popular, si bien se pueden recoger sus votos para aquellas cuestiones que sean para cumplir el programa del partido gobernante.
En efecto va a haber mucho rifirrafe, no es que seamos adivinos simplemente se palpa en el ambiente, en las tertulias y posicionamientos de que todo, como hemos dicho arriba, no va a ser igual.
 

Y en cuanto al partido socialista pues también le falta un congreso y ya afilan sus armas, la oposición dentro del partido de Zuloaga por la bajada de votos, por haber perdido la ?moqueta? y el tener que seguir las directrices de Madrid que perjudican a los cántabro. Así las cosas Zuloaga lo tiene francamente mal porque ya nada se puede ocultar con todos los medios de comunicación digital, redes sociales, comer y sorber es muy difícil. Tiene que aclarar si está a favor de Cantabria o no está a favor de la Comunidad que representa, ese es el dilema que tiene el socialismo de Cantabria. Y es que los votos están aqui y no en Madrid, es ante los socialistas cántabros ante los que tiene que justificarse. También hay que decir que la otra facción frente a Zuloaga la representa Casares pero el común denominador de ambos es que hacen política al toque de tambor de Madrid, y esa es la realidad. Lo cual no quiere decir que aparezca otra vía?

Y Podemos está perdido porque es una franquicia que va a su aire, actúa como un verso suelto porque ya poco queda del partido aquel reconvertido de la casta,  y visto lo que hicieron sus líderes Monedero que puso pies en polvorosa cuando vio el fracaso que se avecinaba, Pablo el de la coleta, su mujer Irene Montero con su ?solo sí es sí? o la nefasta ley, no olvidemos avalada por Sánchez, que ha soltado a cientos de delincuentes añadido al ejemplo que dieron con la compra del famoso casoplón en cuanto llegaron al poder,  ha sido un compendio de cosas que ha desmoronado todas las soflamas populistas de estos progres venidlos a socios de Gobierno por obra y gracia de la ambición del ínclito de la Moncloa. Y qué decir del famoso Sumar de la comunista Yolanda Díaz todo un fracaso manifiesto en las últimas urnas, en definitiva a quedado en unas izquierdas  muy divididas donde cada una intenta coger cacho por donde puede.

Todo está cambiando, los políticos buscan perpetuarse en el poder para comer el cocido y esto naturalmente lo ve el ciudadano que favorece por una parte al gobierno de Maria Buruaga aunque sea en minoría por lo que habrá que ser muy alámbicada para pactar acuerdos, pero el PP cuenta con tres personas muy hábiles en la vida parlamentaria que es la presidenta María José Revuelta, Juan José Alonso y Alejandro. Liz Iremos viendo desde la barrera como se suceden los enfrentamientos que no creo que sean en este curso político de guante blanco.