Quod Natura non dat Salamantica non praestat, por Javier Gómez-Acebo Lasso

No se las cifras de correo y WhatsApp que se envían estos días, si sé y no lo había vivido desde que hice la mili, que todo el mundo tiene una cuñada que fue novia del hermano de uno que trabajó en Capitanía y está muy bien enterada de las maniobras militares. Cada día nos llegan cientos de mensajes de voz y de imagen con recetas y mil formas mágicas para curarse y prevenir el "corona", así como de los extraordinarios errores cometidos en tal o cual hospital o la falta de esto y de lo otro. La mayoría de ellas de todo tipo de personas irrelevantes, que, como si fueran protagonistas de Gran Hermano o cualquier otra pocilga parecida, nos ilustran desde de los enormes errores del gobierno, hasta la forma más eficaz de construir un pulmón artificial.

Acostumbrados como estamos a que en cualquier circunstancia se pone a nuestro país como ejemplo de lo mal que lo hacemos y se compara con cualquier otro, porque siempre en la crítica cualquier otro lo hace mejor, resulta que esta vez los agoreros oficiales no han encontrado esa comparación. Subsiste la queja de que falta material y es cierto, ahora nos enteramos, como el resto del mundo, que no estábamos preparados, porque nadie lo estaba, ni en materiales ni lo que es más importante en conceptos, en saber que, como y cuando lo que había que hacer. El mejor ejemplo el ridículo permanente que ha venido haciendo al Reino Unido que pasó de defender la política de que se murieran los que fuera necesarios, a entender que hay que tomar medidas. También nos hemos enterado de que la ayuda entre los europeos es más bien escasa y que cada uno está guardando lo que tiene para atender lo suyo, así como de que Estados Unidos en la misma línea que los británicos va y viene como pollo sin cabeza, pero sin que haya hoy por hoy que esperar nada de ellos excepto esa vergonzosa intento de compra de los avances de la vacuna a los laboratorios alemanes.

Y cuando nadie ofrece nada ha sido China quien colabora, ayuda y coopera.

En lo que sí parece que hay cierto consenso, es que fue un error la manifestación del día 8 de marzo, y a muchos a partir de ahí, todo les parece fácil, si se hubiera prohibido la manifestación no nos habría caído la del pulpo. Pero claro a la manifestación del día 8 fueron de todos los partidos porque no lo sabían, excepto los de Vox que hicieron un mitin multitudinario en Vista Alegre en el que al parecer se contagiaron o ya lo estaban numerosas personas y dirigentes del partido, según hemos visto en las noticias de días posteriores.

Ese fin de semana se jugaron todos los partidos de las ligas de fútbol con algunas efemérides importantes como el Betis / R.M recibiéndose en Sevilla a varios miles de madrileños que se desplazaron entre otras formas en AVE y avión, y al día siguiente eran los madrileños del Atlético los que recibían a los forofos del Sevilla en idénticos sistemas de transporte. No podemos olvidar el extraordinario Madrid/ Barça del día 1 de marzo, que congregó en el estadio a unos 100.000 aficionados y no sigo contando partidos de fútbol, pero si hablando de ello. El 20 de febrero el Valencia se había desplazado a Milán al partido contra el Atalanta, partido calificado en Italia como una bomba biológica y origen de muchos de los contaminados desde luego en Valencia y no sabemos su influencia la dispersión del virus. Por supuesto iglesias de todos los credos permanecieron abiertas con todo tipo de oficios religiosos, lo mismo que cines, teatros, restaurantes, hoteles, trenes, autobuses, salas de fiesta, El Corte Inglés y compañía semejantes… Y ahora resulta que el problema gravísimo fue la manifestación de las mujeres, sólo falta añadir un par de insultillos para quedar bien y dejar debidamente aliñada a la faena.

Yo comprendo perfectamente la dificultad para ponerse de acuerdo incluso en las cosas más nimias, lo he aprendido en cuatro décadas de ejercicio de la abogacía, y lo que yo veo obvio es que el día 8 de marzo los 47 millones de españoles estuvimos en contacto en la calle en todos los sitios citados, por lo que la manifestación de las mujeres no contribuyó ni más ni menos que cualquiera otra de las movilizaciones. Las explicaciones que hemos recibido estos días de cómo se propaga el virus lo confirman, si la única forma de atajarlo es el aislamiento absoluto. Sí no estábamos aislados el resultado es el correspondiente a la forma de relacionarnos, manifestación incluida y a quién no lo entienda sólo se le puede recordar el viejo aforismo de que ”quod natura non dat Salamantica non praestat”.