¿Quien es nazi en esta sociedad? Por Juan Goti Ordeñana Catedrático jubilado de la Universidad de Valladolid

Estamos observando que los de izquierdas por cualquier motivo califican a sus adversarios de nazi, pero convendría considerar: si el calificar de nazi, es una realidad o simplemente un insulto de desahogo, cuando ese adversario es, precisamente, el que no responde a ninguna nota de lo que fue el nazismo. Pero, por otra parte, si se piensa en el comportamiento, parece que este calificativo debe responder a quienes utilizan actitudes y métodos nazis, por tanto, vamos a señalar algunas condiciones y notas que son propias de nazis, para que veamos, en verdad, quienes son los que actúan como nazis.

Si atendemos la orientación que este Gobierno está dando a la sociedad española en estos tiempos, vemos que no responde a lo que es la naturaleza humana, sino que pretende deshacer el sistema de convivencia natural, que ha regido en todos los pueblos de la historia, y encaminarla hacia un experimento que destruye el ser de la persona. Nos están sacando de la cultura Occidental, y nos están sometiendo esta mezcolanza de grupos de izquierdas, Partido Socialista Obrero Español y Podemos, apoyados por separatistas y herederos de ETA, a una forma de sociedad de pura ingeniería social, primera nota que debe llevar a considerar quienes son en realidad nazis.

Lo peor del caso es que no se trata sólo del programa de estos grupos, sino que, respondiendo como una copia, van caminando hacia el globalismo que ha asumido la ideología que nace del dominio de la publicidad y pretende destruir a lo que hemos considerado persona, para hacerla una creación a su capricho, segunda nota del nacismo. Aún más, veamos el dominio que estos grupos ejercen sobre los medios de comunicación y las pretensiones que muestran, respondiendo a la dirección que señaló Hitler en su libro «Mi lucha»:

«La prensa, ante todo, porque la influencia que ejerce sobre esas gentes es la más eficaz y permanente de todas, ya que no obra transitoriamente sino en forma permanente. [?] En lo sistemático y en la eterna repetición de su prédica estriba el secreto de la enorme importancia que tiene. Jamás debe el Estado dejarse sugestionar por la cháchara de la llamada ?libertad de prensa?. Rigurosa y sin contemplaciones el Estado tiene que asegurarse de este poderoso medio de educación popular y ponerlo al servicio de la nación».

Uno de los principios fundamentales de la sociedad que se ha creado en la cultura occidental, por la influencia de la doctrina cristiana que elaboró la escuela de Salamanca, fue el principio de libertad considerado en toda su amplitud, donde se comprenden la libertad ideológica y la libertad de comunicación, por tanto, la libertad de prensa. Trastrocando ese derecho. ¿En qué consistió el nazismo más que en acaparar los medios de comunicación y en prohibir la libertad de prensa? Alguien puede pensar que hoy no se prohíbe esta libertad, pero si se observa la realidad se advierte, con claridad, que la prensa que informa, comunica y conecta con el pueblo es la prensa pagada y dominada por las izquierdas, esto es, la prensa de papel que es la que crea la opinión en el pueblo.

Veamos un ejemplo: el partido que se califica de corrupto es el Partido Popular, y cuántos casos de corrupción se le han atribuido y condenado en los tribunales: el caso de Bárcenas, que después de tantos años de tramitación todavía no ha llegado a una resolución, y otras muchas acusaciones que se han sobreseído por acusaciones con falta de pruebas. El PSOE, por el contrario, ha tenido un montón de condenas empezando por todo el conglomerado de procesos que se han seguido en Andalucía, de los que unos esperan llegar a su conclusión y otros han prescripto por retrasos intencionados, a lo que siguen numerosos de casos, más de setenta, ya con condena, y a este partido no se le califica ni figura como corrupto con tanta malversación de fondos. Por tanto, la presna crea lo que piensa la masa de la población, como ya dijo Ortega y Gasset en la Rebelión de las masas.

La opinión del pueblo, cuando no responde a la realidad, es porque se ha creado un sentir por quien domina la prensa, siguiendo el método de trabajo de Hitler. En nuestra sociedad la prensa, siguiendo la enseñanza nazi, es «objeto de una estricta vigilancia» por las izquierdas, y conoce muy bien, que «en la eterna repetición de su prédica estriba el secreto de la enorme importancia» para captar la opinión de la masa del pueblo. Y, en consecuencia, nuestros dirigentes, como decía Hitler, sin dejarse «sugestionar por la chachara de la ?libertad de presa?», han impuesto su criterio a las publicaciones. De modo que tenemos unos poderes que se han apoderado de este eficaz medio para educar al pueblo y ponerlo a su servicio, consiguiendo grandes resultados.

Aquel dominio de la prensa, que utilizó Hitler, lo han aprendido bien las ideologías de la izquierda, de modo que dominan toda la gran prensa, sobre todo la de papel. Las derechas, que responden el sentir del pueblo, a la realidad de lo que es el Estado, difícilmente podrán llegar a los gobiernos, mientras no sepan resolver el problema que supone el dominio de los medios de publicidad.

Hoy teóricamente el nazismo no existe, solo se usa como insulto al opositor, pero sus métodos están vigentes en manos de la izquierda, y están dirigiendo las políticas para crear una sociedad en beneficio de unos grupos, que no miran el bien del pueblo, sino a otra cosa: dominar por dominar, de la que se aprovechan los promotores de ese embrollo.