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Opinión 07-01-2021 07:51

Partido ‘veleta’ en caída libre. Por Jesús Salamanca Alonso

Unos por otros, la casa sin barrer. La militancia de Ciudadanos crecen las voces contrarias a allanar el camino al PSOE y al comunismo sectario.

 

 

Unos por otros, la casa sin barrer. Si Albert Rivera dejó el partido en caída libre, Inés Arrimadas lo lleva en picado. Eso suele suceder cuando se intenta avanzar dando tumbos en política. La ‘veleta’ ha vuelto a funcionar con Arrimadas desde el momento en que quería pactar con socialistas y comunistas a toda costa. Recuerden que por culpa de la indefinición de Albert Rivera se llegó a la moción de censura contra Rajoy.

No sólo nos damos cuenta desde fuera. También dentro de la formación política andan las cosas muy revueltas y, ya se sabe lo que sucede en estos casos, siempre ganan los buenos pescadores. De momento, la que ha pescado ha sido Lorena Roldán. De aquí a las elecciones catalanas aún podemos presenciar más deserciones. La pena es que en Ciudadanos sí hay gente de valía que no va a poder desarrollar sus capacidades políticas en toda su amplitud. Juan Marín es un ejemplo, al igual que lo es Carrizosa. Sería una lástima que estos líderes, junto con otros en ayuntamientos y comunidades, se perdieran por los farragosos callejones de la política.

Entre la militancia de Ciudadanos crecen las voces contrarias a allanar el camino al PSOE y al comunismo sectario y reaccionario. Cuando se es de un centro moderado, hay dos líneas rojas que no deben pasarse jamás: el acercamiento a la falsedad de las tendencias socialistas o comunistas y el afán por pactar con el primero que pase por delante. La crisis de Ciudadanos y la de Inés Arrimadas se ha hecho visible con el acertado paso de Roldán al Partido Popular. A pesar de ello, la derecha no debe enarbolar la bandera de ser destino porque en sus filas también ha habido miles de abandonos tras no apoyar la reciente moción de censura. Vox suele ser el destino, aunque no el único.

Posiblemente Ciudadanos haya perdido una buena portavoz en el ‘avispero’ catalán, que llaman Parlamento. Los populares han ganado un refuerzo sólido, trabajador y comprometido, pero lo fundamental para esa “derechita” ha sido el golpe de efecto momentáneo. Ni que decir tiene que un golpe de bombo en toda regla sería el paso del abogado del Estado, Edmundo Bal, a otra formación. La desavenencia de muchos militantes con la Ejecutiva de Inés Arrimadas puede ser lo que agite definitivamente el avispero. Al tiempo.

Lo peor que le podía suceder a Arrimadas es ser acusada de “sostén” de quienes “pretenden romper el país”. Y Lorena Roldán así lo ha hecho. Si la gobernabilidad del país pretende Arrimadas que descanse en Ciudadanos, lo mejor es salir corriendo cuanto antes. Eso de “dinamitar el Estado de Derecho” no va con nuestra democracia; de ahí que no se pueda ser el respiradero artificial de la izquierda saltimbanqui y bandolera. Dudo que lo de Arrimadas con Roldán sea envidia o ‘pelusa’, pero lo parece.

La actual líder del partido ‘veleta’ dejó tirados a sus compañeros en Cataluña. Ella buscaba la comodidad de la capital y la exhibición, tanto personal como parlamentaria, tal vez porque olía que Rivera estaba quemado y ya olía a chamusquina. Hoy el desencanto hacia ella crece sin parar y es un hecho que podría quedar como residual la formación naranja. Maniobras, broncas internas, cuchilladas traperas, personalismo y sectarismo han acabado por convertir a Arrimadas en un caudillo anacrónico.

Ahora resulta que los catalanes valoran bastante mejor a Lorena Roldán que a Carrizosa, actual líder de Cs en Tabarnia y Tractoria. Poco a poco la formación naranja se diluye en Madrid y

desaparece en Castilla y León: Madrid por las traiciones, afán de poder, deseo de figurar y compadreo de Ignacio Aguado; Castilla y León por el nefasto trabajo de gobierno del actual vicepresidente, Francisco Igea y sus chicos en las Cortes regionales. Bien es verdad que se salva Juan Marín –vicepresidente del gobierno andaluz-- por su reconocido trabajo, pero no quiere cerca a Inés Arrimadas, con quien ya se ha enfrentado en varias ocasiones.

La sucesora de Rivera no quiere oír hablar de coaliciones con el partido de Pablo Casado; máxime sabiendo que puede ser absorbida y ninguneada. ¿Son motivos suficientes para justificar por qué veo a Ciudadanos en caída libre? Hay que estar expectantes y ver qué resultados obtienen los ‘naranjitos’ en la primera contienda electoral a la vista: Cataluña. Nos ayudará a sacar conclusiones de futuro.

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