Olvídense de la recuperación prometida para el año 2021-2022... Por Carlos Magdalena Menchaca

Tenemos un año 2021 por delante que va a seguir siendo de lucha contra la pandemia y en espera de que se produzca la ansiada vacunación e inmunización. La economía va a ser la gran materia pendiente con la que habrá que lidiar y acertar. Los empresarios tendrán que empezar a pensar en una reinvención del concepto empresa para conseguir fórmulas de productividad innovadoras en un futuro inmediato que llama a nuestras puertas ya que con los parámetros que se ha venido funcionando no se puede seguir, son del siglo pasado y hay que reconvertirse fundamentalmente en mentalidad e ideas.

Olvídense de la recuperación prometida y vayan a los números. Esta pandemia nos ha obligado a pensar en el futuro y en un cambio que se está produciendo, sin embargo el legislador sigue legislando como en el siglo pasado y las necesidades son otras.  Las pequeñas y medianas empresas se van a ir extinguiendo, y no digamos el sector hostelería donde  ya existe conciencia de desaparición y se está creando al mismo otro concepto de empresa con micro factor laboral primando automatización y robotización.

La empresa global del futuro funcionará en un estado piramidal con un vértice de mando único, con mandos fuertemente profesionalizados y abarcará todos los sectores productivos apoyado en macro ordenadores cuánticos. Se precisará de regulación jurídica coercitiva  para que no se conviertan en fondos nacionales de los estados que intervienen en economías más débiles como ocurre en la actualidad.
Turismo y hostelería han sido los pilares en los que se ha mantenido España, el sector servicios o sector terciario, y su presunto y falso progreso y despegue con más turismo y más hostelería se ha venido abajo.  Esto se acabó y hay que ser conscientes de ello. Poner un euro en ese sector es arruinarnos y la ruina del futuro. 

Lo que queremos decir es que la reestructuración in mente requiere el trípode de una mayor inversión, robotización y eliminación al máximo del factor humano y buscar especialización y especialización.

Siempre hemos dicho que estamos ante una constante revolución industrial y tecnológica, y triunfar camino del futuro supone que esa reestructuración y revolución industrial tecnológica siga consolidándose.

La política de subvenciones que siguen los estados más pronto que tarde dejará de tener vigor porque es una salida de recursos, dinero hacia ninguna parte. Se han de fijar en primer lugar los objetivos mediante una modificación estructural global y después fuerte financiación, lo que no se puede hacer es empezar desde el final, la financiación, cuando no se tienen establecidos todavía los objetivos de futuro. Es como poner el carro delante de los bueyes.

Seguir la política de subvenciones a secas significa auto destrucción productiva, más paro y más miseria. O como vulguis se dice: “pan para hoy hambre para mañana”.

Los dirigentes y representantes políticos tienen que tomar decisiones de medio plazo, lo que no pueden es tomar decisiones como se está haciendo con parches económicos y endeudamiento de los ciudadanos subvencionando empresas que se sabe y se tiene conciencia que tienen que ser eliminadas. La situación después de la pandemia va a ser peor que una gangrena y ya saben lo que ésta produce, la muerte.

Así que olvídense de la recuperación y metámonos todos en el laboratorio de las ideas para intentar ver el futuro que los políticos nos impiden ver porque simplemente no piensan en el futuro que pensamos nosotros salvo en el de mantenerse en los sillones de la inoperancia y pasividad.

Las Universidades tienen mucho que decir y hacer, pero para ello tienen que  dejar de estar montadas en el carro de la dependencia política por el chorro de millones que reciben.