Noticias de Cantabria
Opinión 07-03-2019 12:00

Lo que hay que ver, por Javier Gómez-Acebo Lasso

Recientemente se ha repartido junto con el diario de mayor tirada en la ciudad, un librito publicitario titulado “Gema Igual Mucho más que palabras/Santander”.

 

 

Recientemente se ha repartido junto con el diario de mayor tirada en la ciudad, un librito publicitario titulado “Gema Igual Mucho más que palabras/Santander”. El anagrama de la publicación indica “populares de Santander” , después de ojearlo no he conseguido saber si es publicidad institucional, utilizando al partido o publicidad de partido utilizando la institución, o si es que para ciertas personas es lo mismo, cuestión que por otra parte deben ser los partidos quienes se ocupen de ello, aunque merece la pena recordar, que en algunas ocasiones han sido las fiscalías quienes han analizado algunas de esas confusiones encaminadas a la mejora de imagen de algunas autoridades públicas.

 

A mí, lo que me ha sorprendido del panfleto publicitario es una preciosa foto que aparece en la página 30, en la que se ve el Palacio y la ensenada de la Magdalena en todo su esplendor veraniego. No debería sorprenderme porque es nuestra mejor imagen, la imagen que vendemos nacional e internacionalmente. Lo que sí me sorprende es que la imagen que presenta doña Gema en el librito no es la que ella defiende sino la que defiende la oposición, pues la que ella defiende tiene en medio una monstruosa escollera que parte en dos la playa y la que defiende la oposición es una playa sin escollera. Si la susodicha no hubiera hecho una enorme campaña a favor de esa construcción, quizás no mereciera la pena detenerse a comentarlo, pero como los únicos defensores políticos han sido ella y su partido, no deja de ser pintoresco y paradójico, que, a la hora de presentar esa confusa publicidad, la imagen que representa a la ciudad no sea la que defienden ellos sino la que defienden sus contrario osea todos los demás. Ya sé, que las obras no las hace el Ayuntamiento, también sé que cuando ella dice en público que la reposición de arena en la playa después de los temporales de invierno nos cuesta 50.000 €, tampoco los paga el Ayuntamiento, sino que los paga el Estado, lo mismo que las escolleras. Por motivos que ya conoce y los demás suponemos la aclaración de aquel coste nunca ha sido excesivamente explicado haciendo creer a la población que tales dineros eran un gravísimo coste para nosotros.

Sin esos antecedentes es posible que no me hubiera llamado la atención, aun cuando tengo que reconocer que me han llegado bastantes mensajes con el símbolo de estupor y con algún comentario irreproducible.

No puedo dejar de señalar que en un programa de radio después de esta publicación y presencia de la alcaldesa en los medios, se suscitaba la pregunta acerca de su talante para el diálogo y lo que algún contertulio comentó fue que el talante para diálogo se había visto bien en dos de las grandes herencias que había recibido en su sucesión al frente de la alcaldía; la primera de ellas el metro-tus en el que consiguió soliviantar a toda la ciudad, y no solamente a los sufridos y castigados barrios a los que sometió a aquellos humillantes transbordos y a la injustificable discriminación de que unos tenían sala de espera, y otros el viento el frío y la lluvia del invierno como compañía en la espera para el transbordo. Aquella capacidad de diálogo sólo se manifestó cuando estaba en ciernes la convocatoria de una gran concentración para pedir su dimisión. El otro de los temas para el diálogo fue la construcción de estas escolleras, sacada adelante su defensa en los debates del consistorio con el imprescindible voto del tránsfuga que ha salvado su mandato. Afortunadamente el Parlamento de Cantabria y el Gobierno Regional, recogieron el sentir ciudadano y junto con el suyo propio, han solicitado al gobierno de la nación que paralice el disparate y que retire la escollera construida.

Por todo lo anterior he de decir que el librillo publicitario, con independencia de algunas de las consideraciones a mí me complace puesto que ni ella ni su partido, al hacer la publicidad han tenido valor para exhibir lo que defiende

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