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Opinión 26-01-2021 13:12

La infamia de las vacunas. Por Jesús Salamanca Alonso

Ya existe un “Mapa de la Infamia” donde se señalizan los lugares del atropello y, no tardando, circulará la lista de caraduras.

 

 

Ya existe un “Mapa de la Infamia” donde se señalizan los lugares del atropello y, no tardando, circulará la lista de caraduras.

Si ya va lenta la vacunación, ahora nos encontramos con que algunos listillos ya se han vacunado sin que fuera su turno. Lo justifican de mil y una manera, pero no es ético que se adelanten a los acontecimientos. Han demostrado un egoísmo inusual, una falta de solidaridad descabellada y un desprecio al prójimo digno de ser castigado. Hasta el momento sólo han dimitido ocho personas de sus cargos, pero ya se conocen más de trescientos cincuenta caraduras.

Nadie entiende que se vacunen funcionarios de la Sanidad que no están en contacto directo con el problema, al igual que no se entiende que sean alcaldes u otros cargos que, aprovechando la vacunación de las residencias de ancianos de su localidad, se han subido al carro y apuntado como si fueran trabajadores implicados directa y diariamente con el covid19. Hay veces que el egoísmo llega a cegar a las personas y acaban poniendo el carro por delante de los bueyes.

La pregunta que mucha gente se hace es ¿Qué hacemos ahora con estos insolidarios que se han colado, como el que se cuela en el cine o en una discoteca? En el caso de los políticos, se sienten por encima del bien y del mal, desprecian al prójimo y siempre se consideran imprescindibles cuando -- en muchos casos-- no son ni necesarios, a pesar del refrán ese que alude a que “nadie es imprescindible, pero todos necesarios”. Hasta ahora se han vacunado políticos de casi todos los colores: casos llamativos han sido los de Murcia, donde sólo ha faltado que vacunaran al loro, al perro y al burro. Igual que llamativo es el caso del obispo de Mallorca o del alcalde de Villavicencio de los Caballeros. Ya existe un “Mapa de la Infamia” donde se señalizan los lugares del atropello y, no tardando, circulará la lista de caraduras, aunque, en el caso de funcionarios de sanidad, será muy larga porque algún consejero no ha dejado títere sin vacunar.

La dirección estatal del PSOE ha hecho un comunicado contundente. Deberán dimitir todos sus cargos que se hayan vacunado indebidamente, dada su actitud “reprobable”. Al menos esta vez, el PSOE ha hecho algo correcto porque ya nos habíamos acostumbrado a su permanente despropósito. “Se ha de dar ejemplo y no avergonzar más a unas siglas con más de 140 años que siempre han defendido el bien común por encima de intereses individuales”. También el Partido Popular y Juntos por Cataluña se han visto salpicados, pero no hemos leído mensajes con tanta contundencia. Hasta el JEMAD está implicado junto con otros altos mandos, de ahí que la ministra, Margarita Robles, haya pedido explicaciones ante tanto desaprensivo. También en la jerarquía eclesiástica ha habido algún “gamberro” que se ha adelantado: veremos qué dice su jefe de filas.

Esas vacunaciones han indignado sobremanera. Desde Valencia hasta Cataluña, pasando por Castilla y León, Murcia, Aragón, Asturias, Extremadura, Canarias y todo el territorio patrio. Ximo Puig no se ha andado por las ramas: “No deben recibir la segunda dosis por saltarse el sistema de vacunación”. Sin entrar en valoraciones sanitarias, también en Castilla y León ha sido contundente la autoridad: “No recibirán la segunda dosis hasta que llegue su turno”. Han puesto por delante su cargo y han cometido tráfico de influencias, abuso de autoridad y desprecio al prójimo.

Sus partidos deben condenarlos al ostracismo político y no permitir que vuelvan a presentarse a cargos públicos. Han dado malos ejemplos donde deberían de haber dado buenos consejos. No olvidemos que, abusando del cargo, se han saltado el calendario de vacunaciones y a todos

los grupos prioritarios. Hemos comprobado cómo los responsables sanitarios están tremendamente indignados por este abusivo despropósito. Es difícil de entender que una cosa tan seria como es esta pandemia se la tomen tan a la ligera. La excusa de que “sobraban vacunas y se la inyectaron para no desechar las dosis” no se la cree nadie. Por eso deben pagar. Y el pago ha de ser ejemplarizante para todos. Y digo para todos porque siguen saliendo abusones e irresponsables en cada momento. Y saldrán más.

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