La corrupción como hábito político. Por Jesús Salamanca Alonso
Lo más cercano a nosotros en el tiempo han sido las tarjetas ?sex black?; es decir, dinero público de la FAFFE gastado en prostíbulos andaluces.
Lo más cercano a nosotros en el tiempo han sido las tarjetas ?sex black?; es decir, dinero público de la FAFFE gastado en prostíbulos andaluces.
Mala generación de políticos la que nos ha tocado conocer. Se mire a la comunidad que se mire abundan los casos de corrupción e intenciones de tapar lo que no se quiere que salga a la luz. El problema llega cuando los corruptos abandonan el sillón de la prepotencia, las prebendas, las ventajas y las tarjetas con cargo al contribuyente; en ese momento, otros tiran de la manta y dejan con las posaderas al aire a sus antecesores.
No hay más que mirar a Cataluña y a una familia en concreto: mucho amenazar con tirar de la manta, pero esa prenda estaba deshilachada y nada se ha hecho. ¿Por qué? Pues porque los Pujol descubrieron que tirando de su manta también se echaban encima más porquería de la que ya soportan. ¿Honorable? Pues no, pero corrompido y corruptor, sí.
Y si Cataluña es el prototipo de la corrupción con el consabido 3% que destrozó a CIU, no van a la zaga otras comunidades. Miren hacia Castilla y León y al tema no suficientemente aclarado del HUBU, en el que se dio toda la documentación a la oposición socialista y no la supo utilizar contra el gobierno regional de la derecha. ¿Y qué me dicen de Baleares donde el desgobierno regional consintió el abuso y tocamiento a niñas que estaban bajo su protección y tutela, sin que se permitiera una investigación en condiciones?
Miren hacia Valencia y comprueben cómo se dilapida dinero a manos llenas y se culpa a Madrid por la envidia de su extraordinaria gestión. Tan pronto como abandone la mamandurria el actual gobierno valenciano empezarán a salir trapos sucios y ennegrecidos (muy ennegrecidos), incluso se llegará a profundizar en el asunto familiar que tanto se ha empeñado en tapar y obstaculizar Mónica Oltra.
Podríamos recorrer las comunidades de una en una y sacar la corrupción. Doy fe de que no se libraría ninguna. De todas, tal vez la que se lleva el gato al agua es Andalucía. Precisamente por el tiempo que el socialismo andaluz ha manipulado los resortes del poder y del gobierno. Antes o después tendrá que hablar ?la chiqui?, hoy ministra farfullera de la Hacienda Pública. Continúa habiendo en Andalucía excesivas oscuridades de su época de consejera, además de la ruina en que sumió a la Hacienda andaluza. Otros, anteriores a ella, regaron dinero por los cuatro prostíbulos más afamados, sin que faltaran orgías, polvo y compra de votos para dar, tomar y regalar.
Desde hace años se está investigando en profundidad a la madre de todas las fechorías conocidas y por conocer: me refiero a la Fundación Andaluza para el Fondo de la Formación y el Empleo (FAFFE) donde ha desaparecido dinero del erario público como desaparecen conejos en la chistera de un mago. Lo más cercano a nosotros en el tiempo han sido las tarjetas ?sex black?. Para quien desconozca el tema, hemos de decir que son gasto de dinero público en prostíbulos. Veremos si la juez María Núñez es capaz de llegar al fondo del asunto o decide alargarlo para que prescriba, como se ha hecho con la mayoría de los asuntos que investigaba la juez Alaya.
Tengo dudas sobre si la ?derechita cobarde? va a ser capaz de llegar al fondo en el entramado de personas de esa Fundación. Miles de ellas formaban parte de una Administración paralela que carecía de cometidos y que estaban tocándose los estatutos, por no recurrir a la expresión malsonante que todos conocemos. Entraron ilegalmente y por enchufe. Lo que no puedo entender es que haya políticos hipócritas que ya hablan de derechos adquiridos. Y lo hacen para ganar votos. No me extraña que los interinos que conozcan este tipo de chapuzas exijan plaza fija con todas las garantías de la ley.
Esas malas prácticas han llevado al paro a quienes no eran del dornajo socialista andaluz ni se brindaban a trabajos en negro. El artífice de todo esto ha sido el PSOE de Andalucía. ¿Cómo calificarían ustedes tamaño despropósito?
Por cierto, no pierdan de vista a los sindicatos sectoriales de clase que han aprendido de los partidos y, según las últimas sentencias de los tribunales, se lo llevan a manos llenas a costa de abandonar a los parados. Eso sí, a la hora de pagar cuando hay sentencia contra ellos, lo hacen con el patrimonio sindical, en vez de hacerlo con el suyo personal. ¡Qué pronto han aprendido a conjugar el verbo robar!
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