La cita de Sánchez  con Feijóo, pan para hoy y hambre para mañana. Por Carlos Magdalena

¿A quién  le interesa este mini debate en el Senado sobre un decreto aprobado por comunistas e independentistas?, a nadie.

Es un debate a ninguna parte, sin resultado como lo fueron las elecciones de Madrid, de Andalucía y de Castilla porque Sánchez hace oídos sordos antidemocráticos cuando tenía  que haber convocado elecciones a tenor de los resultados y si fuésemos como digo realmente un país democrático occidental, que no lo somos. Somos una democracia cautiva de unos y otros pero no de los ciudadanos.

Luego se trata de un debate que se podría obviar porque no tiene utilidad alguna salvo para llenar informativos y rellenar páginas digitales o de papel a favor o en contra de uno u otro.

Los dos juegan a caballo ganador y esperan el resultado medíatico de los medios de comunicación subvencionados a golpe de talonario.  Y el resultado no va a ser otro que el de siempre, los dos ganan para los suyos, Sánchez y Feijóo, y la democracia y el país pierde mientras los ciudadanos acuden una vez más atónitos al espectáculo cada vez menos atractivo y más cabréante  de los dos púgiles porque en definitiva lo único que les importa es como pagar el recibo de la luz, la calefacción del duro invierno que se avecina, el poder llenar mínimamente el carro de la compra de la siguiente semana, poner la gasolina al coche, pagar el material escolar o la universidad de los hijos y ese largo etcétera que en mayor o menor medida a todos nos afecta y trae de cabeza en los últimos tiempos. Por todo ello los trastos que se tiren a la cabeza nos importan un pito.

El problema es otro, el problema es de Gestión, con mayúsculas, como lo demuestran que una simple bajada del precio del IVA del gas absolutamente necesaria haya tardado en ejecutarse cinco meses desde que lo pidió Feijóo, hay que recordarlo,  y así no se gobierna.  

España no esté siendo gobernada desde que Sánchez  tomó  el poder y tuvo que apoyarse en los comunistas, un anacronismo en Europa y nos soportan en el mundo porque no representamos nada y nos utilizan cuando les interesamos, eso sí organizamos cumbres muy bien porque somos grandes anfitriones?

El final de Sánchez es el final del comunismo al que se ha agarrado como una garrapata para justificar medidas que en Europa no se hacen con el único fin y objetivo de aguantarse como puede en Moncloa, apoyado por el  PNV y el gallinero independentista catalán.

Este país necesita ser gobernado como país dentro de Europa y no como un pequeño reino de taifas que no es creíble  y no le hace caso nadie en Europa ni en el mundo.

Pues lo dicho, lo de Feijóo y Sánchez del martes, nada de nada?puro humo. ¡Y ellos lo saben!

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