La ansiedad marcó mi vida. Mariano Cabrero Bárcena es escritor
Uno no sabe cómo comenzó todo. Pero lo que sí se?, es que estaba encerrado en mi casa: concretamente en mi dormitorio. Dando mil vueltas encima de la cama?Le daba cien mil vueltas a mi cabeza ?todo el día de Dios?.
He sido una persona ansiosa desde siempre, pero concretamente en este Año de 2023.La ansiedad marcó mi vida para siempre, entiende uno. Menuda novedad, dirán. Me tope con un buen amigo de mi juventud, quien me manifestó: ?Tu vida estará presidida por una enorme lista de prescripciones de psicofármacos, sin solución de continuidad?.
Han sido unos años en los que hemos progresado sin límites en la pedagogía de esta enfermedad: ?Y digo bien, entiendo que estoy próximo a la verdad?.
Una enorme lista de prescripciones farmacéuticas, fueron absolutamente necesarias para tratar de curar la ansiedad de las personas, que se reproducía como hongos?
?Si recuerdo sentir? más que miedo: uno diría que mi corazón llegó a sentir ¡terror! Un miedo al por mayor. Mucho tiempo después seguí viviendo con una taquicardia y daba la sensación de ser congénita?: me contó un amigo de mi juventud?
?Me faltaba el aire, y tenía estados de ánimo cada vez más frecuentes y también con dificultades para hablar?Tenía poca saliva en mi boca para hablar normalmente y para comer cualquier alimento. Así comenzó mi ansiedad?, comento uno de los muchos afectados por la ansiedad.
Uno no sabe cómo comenzó todo. Pero lo que sí se?, es que estaba encerrado en mi casa: concretamente en mi dormitorio. Dando mil vueltas encima de la cama?Le daba cien mil vueltas a mi cabeza ?todo el día de Dios?.
¡Maldita ansiedad! Continuaba mi cabeza dando vueltas a lo que me pasaba o iba a pasarme. Comencé a sentir despersonalización, sudores, ansiedad?Vino el galeno a casa y me recetó todos los medicamentos indicados para combatir la tan temida ansiedad de las narices?: inhibidores selectivos de la receptación de la serotonina (ISRS).
Los ansiolíticos que tomé supusieron un antes y un después. Mis síntomas desaparecieron y la ansiedad comenzó a remitir. ¡Maravillosa experiencia!, diría uno
¡Pero no es tan fácil dejar la medicación?qué te hace estar bien, de momento! El miedo de volver a recaer cae sobre nuestra espalda como una espada de Damocles. Conozco a varias personas que estuvieron más de cinco años tomando benzodiacepinas, aún después de estar curados, en verdad.
Uno sabe y comprende-pues los dicen los médicos y farmacéuticos-de que llevar una pauta de deshabituación es fundamental; reducir las dosis para poder abandonar los psicofármacos. Uno estaba ya harto de tomar tanta medicación?
El miedo a volver a caer es connatural con las personas que han sufrido esta enfermedad? ¡de los diablos!, entiende uno. Debemos abandonar apara siempre nuestra propia soberbia y dejar de ser testarudos: ?Dejo de tomar las pastillas de la mañana, para tomar sólo las de la noche?, apunta un enfermo de ansiedad.
Sabemos que los antidepresivos producen alteraciones en lo neurotransmisores y las hormonas. ?Empecé a sentir una especie de calambres en la cabeza que iban y venían con asiduidad, vamos? ¡cómo Perico por su casa! Es verdad que todo esto suena raro, pero no me asusté mucho, pero decidí que había llegado la hora de asumir que este no podía ser el camino que había ?fracasado? otra vez. Vuelta a empezar?, apunta otro nuevo enfermo de ansiedad.
Entiendo que a muchos enfermos de ansiedad le recetan medicamentos para un mes, normalmente es así. Los aludidos anteriormente saben muy bien que deben asistir a psicoterapia, pero la triste realidad es que no acuden.
?¿Me sirve de algo contarle mis problemas a una persona cada tres meses? Digo más: ¿Qué sentido tiene que la persona que me atiende en la primera cita no sea la misma que la segunda???, contesta el tercer enfermo.
Hemos de comprender también que la ansiedad es una reacción normal y saludable, que nos avisa de una amenaza o un peligro y comprender que se convierte en un trastorno de ansiedad, cuando interfiere de manera importante en nuestra vida diaria?
La Coruña, 28 de diciembre de 2023
©Mariano Cabrero Bárcena es escritor
Sé el primero en comentar