Iglesias manda, Sánchez obedece.

 Siempre decíamos que el de la coleta lo tenía fácil porque Sánchez se tenía que apoyar necesariamente en Iglesias, Podemos, el único que le daba asistencia política aunque se la cobraba, ahora lo tiene todavía más difícil Sánchez para moverse porque quien manda de facto es Iglesias, y ya no desde bambalinas, sino a cara descubierta, actúa como un vicepresidente con carácter ejecutivo. 
Iglesias tiene a Sánchez en un puño y empieza a darse cuenta que su vida política es como una letra con fecha de vencimiento, y por otra parte Iglesias trata de soltar amarras de Sánchez, le ve amortizado políticamente como ha sido la última al dejarle caer ante el circo del Senado para que los senadores le vapuleen, le pongan en evidencia, como cuando en el cole te llevaban ante el director, y todo ello por ser un copión de libros, tesis, doctorados y demás corruptelas.

Nos encontramos en la fase de que por mucho que se quiera ocultar se le ven las enaguas al Sr Presidente. Y no puede pasar página, lo intenta, pero su credibilidad está por los suelos, se encuentra estigmatizado en lo básico y fundamental, los conocimientos, e Iglesias no se quiere dejar arrastrar por Sánchez ya que él salió como pudo del escándalo por su famoso coplón, del que todavía es un misterio el precio y la financiación.
Sánchez ha cometido una falta ética, moral e incluso penal, y tiene que responder, y la primera respuesta o consecuencia es su dimisión bajo el paraguas de unas elecciones. Si decimos penal es porque puede existir un presunto delito por copiar documentos públicos de un ministerio que pudieran ser reservados. La querella criminal contra el presidente del gobierno en cualquier momento se puede interponer. Pero para nosotros Sánchez es simplemente -un copión- como vulgarmente se decía en el colegio. Lo de plagio es elegante pero lo de copión es el sambenito que te perseguirá toda la vida, “fulanito era un copión en la escuela”. 

Sánchez tiene que elegir entre elecciones o seguir en el oprobio y en boca de todos los ciudadanos de este país, por dignidad y honradez debería dimitir, no es un ciudadano cualquiera es el presidente de España. Todavía se llama así este país, y a la postre también el hazmerreír de los demás jefes de Estado de Europa. Va a seguir siendo vapuleado todos los días porque es un copión y es triste ser copión porque eso significa que careces de lo más elemental, de la honorabilidad.