HAY QUE PENSAR EN UN PROYECTO NUEVO Por Juan Goti Ordeñana Catedrático de la Universidad de Valladolid

Hecha la reflexión de lo que fueron las últimas elecciones, hay que evitar caer en el derrotismo, porque no se llegue a gobernar desde la Moncloa. Desde ese lugar no se dirige toda la política española, hay otros niveles, y probablemente más efectivos, para satisfacer las necesidades del pueblo. Por tanto, el PP. puede mirar con optimismo la política a llevar desde la altura de las Autonomías y ciudades importantes, pues si contemplas el mapa de España, lo ves cubierto de azul, salvo pocas regiones, muchas de ellas conflictivas.

Valorados los resultados de las últimas elecciones hay que empezar de nuevo y descubrir el camino a seguir en la próxima andadura política de la derecha. Para ello es necesario pensar y programar una política de derechas, que todavía no está elaborada, por haberse dejado llevar por alucinaciones de una progresía izquierdista, que durante mucho tiempo ha engañado al PP., el cual no ha despertado, ni aún ante las últimas leyes de destrucción total de la sociedad que se han dictado. Si no recuerden aquel discurso de Casado en el Parlamento, en el año 2020, sobre el partido que tenía a su derecha, y acercándose a la progresía de Pedro Sánchez, o lo que reveló el primer discurso de María Guardiola, aspirante a presidenta de Extremadura, que acusó sin ninguna reflexión, a su derecha con los mismos improperios que lanza la izquierda, viendo en él su enemigo. Si Vox no fuera la verdadera oposición, el PSOE no se hubiera metido tan fieramente contra ese partido.

Tema que debe llevar a Feijoo a tomar una orientación que le defina como político maduro, y no caiga en la incongruencia de hablar de derogar el sanchismo al mismo tiempo que propone un posible pacto con el PSOE, condenando a Vox al ostracismo. Lo que influyó en la desmoralización de los votantes.

Vista la situación, hay que planificar el futuro, esto supone, en primer lugar, conectar con toda la derecha, pues se requiere una actuación conjunta de este sector, aunque esté dividida en dos partidos. No basta un diálogo, hay que limar las diferencias, que se dan en sus bases, causadas por inanes temores y acercamientos a la progresía de izquierdas, que en el momento actual se ha visto cómo Sánchez desde su lugar de vacaciones está dominando y despreciando al mismo PP. Es hora que este partido tome su camino propio, pensando que el pueblo por naturaleza es conservador, y quiere un progreso social, no una progresía de locas ideologías destructoras de España.

Lo cual exige, hacer todo esfuerzo de cara a la opinión pública y al pueblo. Ello empieza por presentar un programa que afronte el futuro que necesita el país, un cambio total. De momento tienen perdida la iniciativa, por lo que sin demora deben sentar las bases, una vez unidas las derechas, de hacer una labor seria y conjunta.

En verdad, se presentan las circunstancias para llevar a cabo una decidida política de derechas. Hemos oído a Esperanza Aguirre, hace pocos días, decir que había que empezar con la política que Ayuso estableció en Madrid, y que ha resultado muy efectiva. Un enfrentamiento con el Gobierno de Sánchez para seguir una política propia de cara a la sociedad, ciertamente superando las dificultades que desde Moncloa van a presentar constantemente. La experiencia de Madrid, debe servir al PP. de Génova, para enfrentarse con la política a llevar, y mostrar el valor y la seriedad de Ayuso en su actuación, porque han de ser, sin cuento, los ataques de todo tipo que va a recibir. Su actuación es de gran valor, pues dispone de ámbito de acción que les puede permitir una renovación social del país, si no contemplen el azul que cubre el mapa de España. Y cuando lleguen las nuevas elecciones tendrá abiertas de par en par las puertas de la Moncloa para recibirle.

La política principal para servir al pueblo está en las Autonomías y Ayuntamientos, y el PP. dispone de muchos pueblos y, sobre todo, de casi todas las capitales y grandes ciudades. Para comenzar el PP. dispone de once Autonomías que ocupan casi toda la España pacífica y trabajadora, y las alcaldías de la mayor parte del país, con excepción de las zonas conflictivas, con lo que evitará los problemas extras, y podrá programar un desarrollo social y económico como no ha visto España en muchas décadas. Para ello se precisa planear una actuación conjunta y ordenada de todas estas instituciones, con una gerencia que las dirija con rectitud y seguridad.

Planteada así la política a seguir, el PP. debe sentirse optimista y con un futuro envidiable, sólo falta llevar a la práctica las acciones convenientes para crear una política verdaderamente social, partiendo de lo que ha sido historia de nuestro pueblo.

Por ende, hay que empezar por una coordinación de los partidos de derechas, dejando las diferencias a un lado, y considerando que tienen que responder con su trabajo a las necesidades y aspiraciones de la sociedad. Dejarse de miedos, egoísmos y recelos, y saber que se ha de trabajar no por el partido, sino para llegar a un desarrollo del pueblo, tanto en su ideología como en el progreso industrial. España tiene una larga historia y que muestra una forma de pensar y actuar del pueblo, y que fue la causa de la internacionalización de la cultura de Occidente, que hay que descubrir y fomentar, y que en este momento está confuso, porque las ideologías de izquierdas han creado un desconcierto que hay que superar con una enseñanza de lo que es ser español.