"Hablaban de realidad radical y Julián Marías". © jmm caminero
La realidad es múltiple, existen millones o billones de realidades y de cosas en la Naturaleza, solo en este planeta. Existen miles de millones de seres humanos en este planeta, ahora vivientes y coleantes y respirantes. Se ha dicho que de nuestra especie ya hemos llegado a ser o estar en este mundo ciento veinte mil millones.
En tiempos pasados se hablaba y escribía mucho de la realidad y de la realidad radical. Pero debo confesar que nunca he sabido bien lo que es eso de radical aplicado a la realidad.
La realidad es múltiple, existen millones o billones de realidades y de cosas en la Naturaleza, solo en este planeta. Existen miles de millones de seres humanos en este planeta, ahora vivientes y coleantes y respirantes. Se ha dicho que de nuestra especie ya hemos llegado a ser o estar en este mundo ciento veinte mil millones. Existen billones o trillones de actos humanos que realizamos cada semana o cada día "bueno es que algún experto en algo, matemáticas o ciencias sociales, nos indique aproximadamente cuantos actos humanos hacemos, igual que sabemos cuántas fotografía se realizan cada día y cada año"-. Pero no sé lo que es la realidad radical o la radical realidad. Ya sé, que es eso de mirar la raíz, la radicalidad de la raíz, pero si miramos bien, tomar un chocolate con leche, mirando el mundo y el interior, un acto pequeño, puede ser y es también una realidad de raíz, un yo y su circunstancia, del maestro de Julián Marías, que fue Ortega
Puedo entender y comprender que existen realidades, que cambian la vida, si alguien tiene un accidente grave en la carretera, pues habrá un antes y después; si se casa una persona, sucederá lo mismo; si termina en un calabozo le condicionará el existir antes y después, y, mil otras realidades, eso a nivel individual. A nivel colectivo es obvio y evidente, que suceden acontecimientos que condicionan la vida de muchos: una catástrofe natural, el estallido de un conflicto armado, un golpe de Estado, y, mil otras realidades.
Pero la vida está hecha de cientos de cosas que hacemos cada día no digo, las cosas que pensamos o sentimos o deseamos cada día, sino las que hacemos-. Y, yo creo, que nos influyen, nos cambian, nos ponen un metro y un hito y una capacidad y una espera distinta. Hacer este modesto artículo es un pequeño gesto, no es comparable al fallecimiento de tu progenitor o progenitora. Es más, la redacción de este artículo, dentro de unos meses, no me acordaré de él. Pero en estos momentos es importante.
Son esas pequeñas cosas que pueden influir en uno mismo, aunque poco, quizás en otros, aunque poco. Alguien pone un café, si lo hace con agrado o desagrado es importante. Recuerdo, ahora un político de importancia en una región, que en una entrevista contó, que hace ya décadas, llegó a una cafetería, e iba aterido de frío, y, quizás con enorme angustia, y, que el camarero o dueño le puso el café y no le cobró dinero. Leí esta declaración en una entrevista hace muchos años, y, cuándo veo por televisión al político o en la prensa, regional o provincial, rara es la vez, que no me acuerdo de ese acontecimiento o realidad que le aconteció y que él mismo contó.
Me he encontrado hoy, con el gran pensador y filósofo y ensayista y articulista Julián Marías Aguilera (1914-2005), otro que merece que salga ya del purgatorio de los escritores y pensadores. A veces, pienso que en mi sociedad y país, somos expertos en enterrar carreras culturales y en olvidar famas y notoriedades, cuándo deberíamos dedicarles monumentos, esculturas, plazas, placas, calles, -tiene alguna Julián Marías en Madrid o en Valladolid o en algún otro lugar de este terruño-, según el fragor/aceptación de todas las voces copiar en esto más a los franceses, que reivindican a sus genialidades y maestros de la cultura y del saber-. ¡O, al menos una Fundación dedicada a padre e hijo!
Bueno, me he encontrado con un artículo titulado: La radicación de la ilusión, -no conozco fecha, no sé periódico o cabecera-, hace ya cuatro décadas, que como tantas veces trato y tocó, nos habla del ser humano, de las realidades humanas, en esa mezcla de su pensar entre antropología cultural y antropología filosófica y filosofía cultural antropológica. Esos matices y frases que nos insertaba como en una ensalada que eran proverbiales.
Julián Marías, creo que no ha sido bien tratado, ni por unas generaciones, ni por otras. Su hijo, creo que con razón, Javier Marías, indicó alguna vez, si mi memoria no me falla, que su padre merecía algún premio, de esos que se dan a las carreras totales, algún gran premio de la cultura en esta Piel de Toro, siempre a trozos y rasgando los corazones de tantos. Hasta dónde sé, dicen, que Ortega y Gasset, no lo valoraba lo suficiente, después en la famosa postguerra tampoco, tuvo que migrar a universidades extranjeras, después en el demos de la democracia, si no recuerdo mal, padre en Cortés, de los cambios, después tampoco fue tratado como correspondía. Creo que sobre Julián Marías ha caído un velo de semihierro silencioso. Creo que merece tener más presencia en nuestra cultura y Cultura, cuándo respiraba y ahora mismo? (Hagan un Congreso sobre pensadores de la segunda mitad del siglo veinte en nuestro terruño y recuperen a varias docenas que duermen en el silencio?).
La vida humana, es muy simple y muy compleja al mismo tiempo. Creo que necesitamos nos aporten pequeños trozos de luz, otras personas, pensadores o no. Julián Marías en esos artículos que hacía, de cualquier tema o de cine, nos mezclaba con realidades humanas y culturales, grandes dosis de observación, grandes dosis de experiencia, y, grandes dosis de conocimientos de ciencias sociales, de su época, y de filosofía, y, metafísica y metafísica antropológica.
Es triste, resulta triste que una cantidad tan enorme de filosofía expresada en columnas periodísticas, hecha por Julián Marías, como lo hizo también Ortega, Unamuno, D´Ors, Aranguren, y, tantos otros, hoy, hoy apenas se aprovecha, es como tener la ?catedral de León a cien metros de tu casa, y, en cuarenta años, no haber pasado nunca a visitarla, contemplarla, meditarla, reflexionarla, pensarla y pensarte en ella??. Paz y bien.
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