Grandes artistas y su otra vida. José Antonio Ávila López

Conceptos que aprendí...

Con demasiada frecuencia los grandes artistas dejan mucho que desear como personas, y éste es un hecho que tengo asumido pero que es más fácil digerirlo, incluso racionalizarlo, si hay un puñadito de años o siglos de por medio. Shakespeare, según los estudiosos, fue un putero; Velázquez le fue tan infiel a su mujer como su querido rey Felipe IV a la suya; Francis Bacon, el político y filósofo inglés, era un sádico; Burroughs, el novelista y artista estadounidense, además de ser alcohólico y  drogadicto, acabó matando a su mujer mientras «jugaba» con una pistola, es decir, no era un hombre modelo; Pablo Picasso era un tipo insoportable, machista y que dejaba mucho que desear como padre; Dalí, bajo su apariencia estrambótica prostituyó sus ideales políticos, si es que llegó a tener de eso alguna vez; Céline, renovador de la literatura francesa en el siglo XX resultó ser un antisemita racista y contribuyó a la propaganda de esa corriente; Rafael Alberti implicó en «la causa» a muchos escritores que luego se quedaron a merced del régimen de Franco en España mientras él se exiliaba, y de los últimos años de su vida mejor ni hablar; Cervantes, según los historiadores literarios, metió la mano en la caja... ¡Qué español que era el complutense!; Dumas, mi querido Dumas, era un pieza bueno, aunque al menos reconoció a  los hijos que tuvo sin casarse; Dickens, socialmente comprometido y generoso, tuvo sus líos de faldas y se volvió tan snob que renegó de sus orígenes humildes la mayor parte de su vida; Lewis Carroll era un pederasta, pero es incómodo pensar cómo y por qué se acercó a aquella niñita que le inspiró a su inmortal Alicia en el país de las maravillas... Y así podríamos continuar con muchos más artistas de todos los tiempos...
José Antonio Ávila López
45462148-A
Asesor político y corrector de textos
Ex concejal Ayuntamiento Rubí
Telf. 661.07.14.76
08191 Rubí (Barcelona)