Noticias de Cantabria
Opinión 18-07-2021 11:00

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Gracias Tribunal Supremo, gracias Tribunal Constitucional.  Por Carlos Magdalena

Gracias a estos dos pilares “independientes” fundamentales en cualquier democracia del mundo occidental, Cantabria, España sigue siendo un país libre y democrático porque hasta ahora nos están librando de las tutelas que quiere imponer el actual poder ejecutivo cercenando derechos, como ha tenido la valentía de recoger en sus pronunciamientos jurídicos el Tribunal Constitucional.

 


Gracias a estos dos pilares “independientes” fundamentales en cualquier democracia del mundo occidental, Cantabria, España sigue siendo un país libre y democrático porque hasta ahora nos están librando de las tutelas que quiere imponer el actual poder ejecutivo cercenando derechos, como ha tenido la valentía de recoger en sus pronunciamientos jurídicos el Tribunal Constitucional.

Lo que produce verdadero asco es que los medios de comunicación se hagan eco de que el Constitucional y jueces son presionados por el Gobierno y no se posicionen, además de informar y denunciar esa práctica. Esa presión es difícil de probar, aunque está ahí. Pero rápidamente al salir a la luz esa conculcación de derechos de los ciudadanos conocida gracias al Constitucional “al levantar el velo” de que la figura jurídica del -Estado de alarma- se ha utilizado sin cumplir los requisitos exigibles legalmente. Y rápidamente han salido la “orquesta” de los pillados in fraganti diciendo que lo hacían por nosotros, por nuestro bien, para evitar muertes. Nuestra respuesta es qué  no queremos salvadores, queremos ley, democracia, debate, trasparencia y buena gestión sin improvisación que obliguen hoy a una cosa y mañana la contraria.


La gestión de la res publica se debe hacer desde la trasparencia, el debate y la democracia.

No nos gustan los salvadores, repetimos, no queremos salvadores. Se está demostrando que  en la actualidad ambos Órganos judiciales son el contrapeso, el contrapoder  a las veleidades del ejecutivo que por intereses  espurios traspasa la parcela que tiene encomendada democráticamente en esta sociedad siglo XXI tan cambiante que nos ha tocado vivir. Hay que defender, tenemos que defender al Supremo y al Constitucional, su esencia y naturaleza, porque están en el punto de mira de aquellos que piensan que la democracia son “ellos” y fuera de “ellos” no hay democracia. En Venezuela, país muy querido, los jueces están sometidos a la voluntad del dictadorzuelo y ex autobusero Maduro donde hacen tanto él como  los suyos su santa voluntad. ¿Eso queremos en España?

 


Debemos recordar que desde una democracia se puede pasar a una dictadura en silencio y sin querer, sólo dejando hacer y no combatiendo las medidas que llegan edulcoradas, de letra pequeña que no se leen, sin ruido, a la dictadura sin querer saber hasta que te encuentras esas medidas normativas contra los ciudadanos y su soberanía que hay que obedecer. Recordemos a Alemania que pasó de una democracia a la dictadura (1933)

 


Para que exista una democracia estilo occidental hace falta siempre de forma ineludible acudir a la división de poderes: legislativo, ejecutivo y civil de la justicia, citados por Montesquieu. Si esos tres poderes no son independientes, no tienen una ruta independiente y se produce una confusión de organismos y de las personas que ocupan esos organismos la democracia desaparece.
Recuerden que el Consejo de Estado es el cementerio de los elefantes políticos cuando debería ser ese Consejo vivo y reforzado de independientes y no de políticos cobrando por dormitar. Antes de empezar, la conclusión siempre es la misma, hay que reforzar por todos los medios el Poder Judicial  para mantener la democracia.

 

“Cuando los poderes legislativo y ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o corporación, entonces no hay libertad, porque es de temer que el monarca o el senado hagan leyes tiránicas para ejecutarlas del mismo modo.
Así sucede también cuando el poder judicial no está separado del poder legislativo y del ejecutivo” (El espiritu de las Leyes 1748).

 


España está atravesando un periodo muy peligroso en el que algunos piensan que estamos a salvo de que se crucen las líneas rojas porque creen que está la UE para impedirlo. Recuerden que desde el ejecutivo de Sánchez se quiere modificar la representación que contiene en su funcionamiento el poder judicial, y sí eso se produce se socavaría un pilar fundamental para sostener la democracia. Ante esta intención del ejecutivo de Sánchez y Podemos, ya han sido advertidos por  Bruselas,  pero el problema sigue ahí y más  por  los varapalos judiciales que está recibiendo el gobierno social comunista que le puede provocar una huida hacia adelante. 


Lo que pretende Podemos y Sánchez, el PSOE menos pero se deja llevar por la corriente, es modificar la estructura democrática del Estado que debemos de defender entre todos, por el cebo de los nacionalismos que quieren su independencia. Hay que decir un NO muy fuerte  a Sánchez y Podemos y dejar las estructuras del Estado como están, y si hay que mejorarla o rectificar tienen que ser los ciudadanos los que lo hagan mediante sus representantes pero con mayorías cualificadas. Esto no se está haciendo o intentándolo  desde los intereses independentistas y ultra izquierdista, y en contra de Europa.  Para revertir la situación en Cataluña hace años que se está pervirtiendo  la democracia y  se están modificando las estructuras e instituciones  con simulaciones electorales incompletas de representatividad y de exiguas mayorías minoritarias.

 


Ha quedado claro, demostrado y probado que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estado de alarma limitaban los derechos de los ciudadanos sin decírselo, sin debatirlo y sin su conocimiento y consentimiento. Así no queremos que nos gobiernen, así sólo se vive en las sociedades comunista y debemos decirlo muy alto Y además no olvidemos que el gobierno  social comunista que nos gobierna también ha indultado a unos delincuentes no arrepentidos utilizando de forma sesgada y contra el sentir y sentimiento de la ciudadanía, de la normativa jurídica del Tribunal Supremo y del sentido común del ciudadano que no quería que fuesen indultados  Solamente querían que fuesen indultados el señor Sánchez para sus propios intereses ególatras  de un egocéntrico.

 


Si el poder legislativo nombra al poder ejecutivo y al judicial, como lo indicó Montesquieu, no habrá separación ni división de sus poderes y sólo  quedará una democracia tutelada,  restringida y sustituida la soberanía del pueblo

 

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