¿Es cuestión de tiempo?, por Dolores Alonso Toribio

Es indiscutible que ha existido una absoluta falta de información y conocimiento de los hechos, para decantarse por una opinión u otra, la que sea. No somos conscientes de esa carencia que nos han inculcado, ellos, y su falta de omisión en el relato.

Catalanes y catalanas, españoles y españolas, han sido abocados en su conjunto, a un problema de enorme magnitud, generado y manejado desde los hilos políticos, que se ha ido `tejiendo` desde una designación política u otra, con unos intereses propios o de terceros, y a la sombra de los ciudadanos, creando un `caldo de cultivo` de odio-miedo, necesario para obtener su propio fin.

Cualquier ciudadano de la geografía española, lo ha tenido muy fácil para buscar una posición de confrontación con el pueblo catalán. ¿Por qué? Todos hemos conocido el boicot a los productos catalanes, ¿por qué? ¿no presumimos de la unión de España? Alimentando el odio y la confrontación, no defenderemos la Unidad España. ¡No seamos hipócritas! Se necesita que el resto de autonomías respeten lo catalán.

Seguimos un propósito que está marcado por el odio y el rechazo, que no hemos generado los españoles ni tampoco los catalanes pero que asumimos con mucha habilidad. Ellos, nuestros políticos, nos han llevado a una situación-bloqueo que precisa algo más que comunicación. Deshilar lo hilado, se torna imposible.

La actual situación de Cataluña viene ya de lejos. Gobernase el PP o lo hiciera el PSOE, ambos gobiernos parecían evitar tratar el asunto y dejarlo para el próximo gobierno. Como si eso no fuera con ellos. Y aquí nos encontramos, generando la atención de otros países, Cataluña las 24 horas del día en todos los medios de comunicación, nuevas noticias del conflicto catalán, sus líderes políticos encarcelados, .... el hazmerreír para los Estados de la Unión Europea.

 

Si nos preguntamos ¿cómo se ha llegado a este punto? Pues bien, ellos.

Todos, los Puigdemont, Artur Mas, Oriol Junqueras y demás, tienen un punto de origen: el odio. Ataques a Cataluña para conseguir votos a costa de sembrar odio, malos gobernantes que no supieron hacer política por ambas partes.

¿Cómo nace el odio? ¿Cómo nace el miedo?, y sobre todo, ¿Cómo se contagia?

Odio y miedo, dos caras de la misma moneda. El miedo une y el odio aun más.