El cuento del lobo y la ruina de los ganaderos Por Carlos Magdalena
Paren “la carreta” que lleva las tudancas que el lobo no es el culpable de la leche a perdidas, ni de la desaparición de las pintas, ni de la ruina de los ganaderos, ni mucho menos del retroceso de Cantabria desde hace cincuenta años "para acá". “Átense los machos”, reflexionemos todos, no echemos culpas al que no la tiene y entre todos que la parte que llega de Bruselas todos los años para ganadería la defiendan en Europa de forma presencial
Paren “la carreta” que lleva las tudancas que el lobo no es el culpable de la leche a perdidas, ni de la desaparición de las pintas, ni de la ruina de los ganaderos, ni mucho menos del retroceso de Cantabria desde hace cincuenta años "para acá". “Átense los machos”, reflexionemos todos, no echemos culpas al que no la tiene y entre todos que la parte que llega de Bruselas todos los años para ganadería la defiendan mejor en Europa y nos la manden de Madrid, "en su totalidad", para reflotar el mundo rural y ganadero.
Desde, por poner una fecha, inicios de la democracia, el problema de la ganadería en Cantabria ha sido el de la reconversión en sus diferentes fases, interpretaciones y ejecuciones y ahora la palabra maldita, reconversión, se quiere olvidar y no se la saca a colación.
Nunca se produjo una defensa racional del mundo rural ganadero.
Reconversión para Cantabria significó reducción, eliminación de nuestro tejido industrial para que otras CCAA pudieran mejorar su competitividad y rentabilidad empresarial atendiendo instrucciones de acomodación industrial por nuestra entrada en el Mercado Común Europeo.
En Cantabria, Santander, antes la Montaña, debemos de recordar al obrero mixto que era aquel productor que trabajaba en la industria y tenia un número pequeño de vacas. Por poner un ejemplo de pueblo emblemático de instalaciones industriales diremos Los Corrales o también Solares con sus fábricas emblemáticas. Pueblos ricos donde corría el dinero, y se notaba los fines de semana con bares llenos y discotecas como el Disco Rojo donde se iba de marcha a gastarse las pesetas y los duros, o a hacer derrapes, carreras nocturnas con los 124, Seat 600 preparados, ahora dicen tuneados...y sin pasar la prueba de alcoholemia. Esas familias, esos obreros mixtos, vivían bien, clase media, tenían una docena de lecheras, de pintas, llegaba el camión de la Sam a recoger la leche todos los días en las perolas y se pagaba a cada uno lo que llevara, además tenían su huerta, sus gallinas etc. ¡No se nos olvide! tenían también cuatro jatos que vendían en las ferias de aquellos tiempos donde se cerraban los tratos con un apretón de manos, eran años sencillos, felices y desenfadados.
Con el sueldo de la fábrica, la leche y la venta del par de jatos teníamos la familia ganadera de los sesenta y setenta que vivía bien, de clase media. Llegó nuestra entrada en el Mercado Común con la famosa reconversión que supuso la desaparición de nuestras empresas aquí en Cantabria, la Montaña. Y ese ganadero, obrero mixto, se fue al carajo, a la ruina. Luego les animaron a quitar las pequeñas explotaciones ganaderas, les engañaron, y con el dinero de la indemnización pusieron un bar, que con la crisis desapareció el bar y los que aguantaron con la pandemia se murió el bar y están en un ERTE y malviviendo. Conviene recordar y tener un poco de memoria y si no se tiene memoria ir a la hemeroteca digital que contiene los recuerdos que algunos quieren que se olviden.
No queremos hacer un tratado de la ruina que supuso para Cantabria la reconversión y nuestra entrada en el Mercado Común pero esas pintas que veías cuando llegabas al Escudo desaparecieron de la infinita belleza del paisaje del que eran actoras principales. ¿Que dónde estaban los políticos que permitieron “el progreso” que supuso la ruina de esas familias ganaderas?, escondidos, ocultos no dando la cara, no sea qué se repartiesen hostias y les tocase algunas perdidas.
Ahora no va de vacas, ni de reconversión, ahora nos engañan con promesas que no aparecen en el texto oficial del PGE, nos engañan con la enmienda al texto que contienen los repartos de los dineros y que para Cantabria nunca queda, pero eso sí nos prometen con que nos van a dar el oro y el moro y no nos dan nada, después aparecen los mismos políticos con los Fondos Europeos y nos dan menos de nada pero eso sí, con mucha parafernalia y ruedas de prensa.
Olvidada esa época pasó el tiempo y la degradación y el progreso de Cantabria ha sido como el del cangrejo para atrás. ¿Qué si ha habido reclamaciones por nuestro retroceso? si dos o tres manifestaciones light, por el precio de la leche, el precio a pérdidas. Somos muy finos y es de mal gusto reclamar y está mal visto, por eso llevaban recogedores para las moñigas de las vacas. Y el ganadero llegó un momento que tiraba la leche porque no obtenía rentabilidad, ahora el ganadero que no tenga 70 vacas mínimo no es rentable su explotación. Con el tiempo les animaron a producir animales de carne y en ello están.
Y llegados aquí se preguntarán ¿y del lobo qué? Del lobo nada, era para que los niños se fueran a dormir, bueno teníamos a Pepe el de Fresneda que se servía él solo para alejar los lobos de las poblaciones. Conviene empezar a hablar con claridad y a los políticos se les debería de caer la cara de vergüenza cuando a estas alturas sacan, unos de la chistera y otros del arcón de la abuela, al lobo como el culpable de la ruina de los ganaderos.
¡Que el cuento del lobo está mal contado!, ese y no otro es el problema. Por cierto, el lobo come carne, es carnívoro como el humano y no es vegano. Pero en fin echando la culpa al lobo de los males rurales tenemos tranquilos a los de la boina y si cualquier día se le culpabiliza de comerse a la abuelita, asunto arreglado, llamamos a los escopeteros para que den una batida y se le extermine. Y ya saben el dicho: “muerto el perro se acabó la rabia”
Y así de esa forma y con el cuento del lobo no se ponen a pensar cómo solucionar el que la leche no valga nada y que los ganaderos, los que quedan, están en la ruina y los que no están se “reconvirtieron”. ¿En qué?, respondan ustedes mismos.
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Comentarios(4):
A estos jetas que viven como Marajas a cuenta de las subvenciones, lo mismo que los sindicatos ugt, ccoo, etc,etc, nadie quieren que desaparezcan los lobos, lo que se piden es que se controlen la poblacion y dejar de perjudicar a los ganaderos. PD: Quiero dar las gracias a Cantabria Liberal por dejarme expresar mi opinion, este equivocada o no.
Los ecologistas de salón de Madrid no han visto un lobo en su vida salvo en el Zoo, a ver si se acercan por la zonas rurales de Cantabria y viven como se vive aquí en este entorno y si sus sueldazos y calefacción calentitos
Caperucita y el lobo.....
Y por la incontinencia verbal de algunos políticos que cueste que quieren conseguir cuatro votos de mierda van acabar con nuestra fauna de Cantabria los cuatro We tres los cuatro zorros los cuatro osos que a veces se adentran en nuestros montes con el miedo del escopetero legitimado por el político de turno. Hay que empezar a reflexionar y pensar en el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos que tienen derecho a disponer de nuestro patrimonio que todavía tenemos. Basta ya de hacer políticas de chirigota perjudiciales para nosotros mismos por los cuatro votos de siempre por favor cállense la boca reflexionen piercing y sean un poco doctos que namás que llevan encima la maleta de la ignorancia