El comunista Garzón y presunto ministro se agarra a las Macrogranjas como una ladilla Por Pedro Arce

Con ocasión de la enésima polémica del ministro sin trabajo, respecto a la "baja calidad de la carne producida y exportada en España, con animales maltratados", ha surgido un interés de la ciudadanía sobre este poliédrico tema, pues ha hecho unas declaraciones a un medio británico "The Guardian- que tendrá repercusión comercial en la venta de nuestros productos agroganaderos. ¡Un ministro de España, criticando a España!

Hay sectores muy "progresistas" que están contra todo (sea una carretera, un puente, un embalse, una depuradora, una gran explotación ganadera, etc.), especialmente si no lo pueden manipular ellos. Exagerando, algunos quizás pretendan que los animales pasten salvajes y vayamos detrás de ellos a ordeñarlos y cazarlos (también están en contra de la caza), busquemos frutos y tubérculos por el campo o cacemos a pedradas peces en los ríos, como sucedía en la época del Paleolítico. ¡No exageremos!

Por eso para poder satisfacer la demanda y alimentar a la población, ya hace varios milenios, en los comienzos del Neolítico, se comenzó a cultivar la tierra y domesticar y cuidar de los animales para poder satisfacer nuestras necesidades nutricias a precios competitivos, pues no todos los españoles tienen los sueldos de Garzón, Montero y Yolanda Díaz. Y cada vez, los métodos son más sofisticados, el volumen de gestión es mayor y así surgen las grandes explotaciones ganaderas, pues lo de "macrogranjas" es una invención de estos pijoprogres de asfalto, que debieran saber que los límites de estas explotaciones en España es de 720 vacas de ordeño y 1.400 terneros de cebo y fue el propio sector el que propuso estas limitaciones. En Holanda y Dinamarca, por ejemplo, existen explotaciones de mayor tamaño y en China existe una granja con 82.000 cerdos, cuyos productos tanto gustan a estos urbanitas.

Contaminan por ser más grandes, tienen mayores desechos y generan más problemas, pero he visitado muchas explotaciones y he observado que cuanto más grandes son, tienen mejores instalaciones y generan menos problemas. Y el ganado está bastante mejor que en aquellas cuadras y cubiles que conocimos antaño y que ya casi no existen. "Este inútil ministro habrá visitado alguna vez una granja de ganado vacuno, con las vacas sueltas, una cama cómoda donde poder rumiar distraídamente, que pueden comer cuando les apetece, rascarse si quieren, ser ordeñadas automáticamente a cualquier hora, etc." Me temo que no, pues a veces en el campo se manchan los zapatos y solo saldrá cuando vaya de campaña, pero no creo que se atreva a ir de campaña por los pueblos de Castilla y León, porque le pueden correr a gorrazos. A este paso, quizás quieran limitar el tamaño de las industrias y que no se instalen en polígonos y tengan una separación determinada, como se hizo con la hostelería de Santander o algún

ministro ocioso se le pudiera ocurrir dispersar las viviendas para controlar la contaminación de las flatulencias que pudiéramos provocar los humanos o perros (también con deneí y derechos).

Estos urbanitas debieran saber que existen en España casi 350.000 granjas, según datos estadísticos de 2020 (130.790 de vacuno de carne, 113.779 de ovino y caprino, 83.360 de porcino y 19.070 avícolas) y el sector da trabajo a medio millón de personas y otros 200.000 en la industria cárnica y comercial, muchos de ellos defendidos por esos sindicatos algunos de cuyos líderes le dan más al marisco, aunque cuando se aburran o les suba la gota y el colesterol, quizás también entren a saco en los océanos.

Este ocioso ministro debiera saber que el 85 % de las explotaciones existentes en España son de carácter familiar y son gestionadas por la familia, muchas veces trabajando de sol a sol todos sus miembros, a veces sin vacaciones ni tiempo de hacer absurdas declaraciones a The Guardian ni dedicarse a memeces.

Y estas grandes explotaciones se rigen por unas normas estrictas que nos regulan la Unión Europea, España y las propias comunidades autónomas y es el Gobierno, el ministerio de Consumo, quien debiera velar por su estricto cumplimiento, lo cual debe asegurar que todo negocio agroalimentario cumple estrictamente las normas legales para que el producto sea sano y haya sido producido en condiciones de bienestar animal, cow confort y los animales tratados con mimo y si es posible con música. Ojo a este dato, no nos vaya a salir ahora el Sr. Garzón que como es posible que se sacrifique a un pobre cerdo para donar su corazón a un humano.

La mayoría de las explotaciones ganaderas cumplen con los requisitos legales, como la mayoría de los conductores con las reglas de tráfico; hay excepciones de quienes tienen los animales en pésimo estado o de los que se saltan un semáforo. ¡Caiga sobre ellos la ley!, pero nunca podemos criminalizar a todos, porque una minoría pudiera no cumplir? Como también existen unas normas de circulación y casi todo el mundo las cumple y quien se salte un semáforo, por ejemplo, caiga sobre él la máxima sanción, Sr. Garzón. Oink, oink?

Respecto a los purines, yo utilizo abono animal para mi huerta, obteniendo productos excepcionales, y sigo aquel refrán asturiano de que "Dios y el cuchu pueden mucho, pero más el cuchu"; y he visto algunos ecologistas de salón que hacen lo mismo, pero después sacan la pancarta a la calle, en una actitud demagógica vomitiva.

La mayoría de las grandes explotaciones ganaderas se encuentran en Aragón, Cataluña y Castilla y León; con las dos primeras comunidades citadas no se meterán, pues gobiernan los nuestros, pero con Castilla y León y máxime ahora en periodo electoral, querrán confundir a los electores.

Lógicamente, tanto el ministro Planas como el presidente de Gobierno le han desautorizado implícitamente, pero Pedro Sánchez no se atreve a cesarle fulminantemente, porque está preso de los partidos Frankenstein que le sostienen; si no fuera así, este zoquete hubiera sido fulminado inmediatamente de haber hecho unas declaraciones contra España o, si estuviéramos en un país serio y democrático, hubiera dimitido, pero ya hemos constatado que esperar una acción ética y digna de él, es inútil. También ha tenido que defender nuestros productos el propio comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, y se han revuelto algunos líderes socialistas, como Lambán y García Page, pues otros dependen del sillón ¿y?

¿Cómo es posible que un ministrillo hable mal de su país, que afectara no solamente al sector agroalimentario, sino a toda la "marca España?; ya sé que muchas personas no s inmutan, pues ya se ha metido con otros sectores como el turismo, el azúcar, los juguetes, etc. y nos lo tomamos a chiste. Pero, poco a poco, nos van desestructurando y nos acercan al ideal cubano o venezolano, con medio país sojuzgado y frito a impuestos y el otro medio subvencionado y con voto cautivo. ¿Ahí queremos llegar?

Y ya que tanto está preocupado este (des)Gobierno con la contaminación, sabe el Sr. Garzón que "una hora de vuelo del Falcon de Pedro Sánchez produce las mismas emisiones que 16.000 vacas", como muy bien le ha dicho Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de Madrid.