Del papeluco al papelón Por Carlos Magdalena Menchaca

 
Lo más práctico para esta comunidad que tiene un cordón umbilical  muy grueso con Madrid es tener en el gobierno de Cantabria  una correa de transmisión que sirva a los intereses de Cantabria. Ahora bien, se han dicho palabras muy gruesas y demasiados ultimátum que como dijimos inmediatamente en Cantabria Liberal los carga el diablo como estamos comprobando. Ahora mismo hay que apagar ese fuego y tratar por todos los medios de que no queden rescoldos que puedan producir o avivar otro fuego.  La postura del Presidente Revilla ha sido desde el primer momento la misma, quería votar a Sánchez desde el primer día y fue el presidente, ahora de España, el que mudó sus postulados, sus afirmaciones y se echó en brazos del independentismo catalán, que no es lo mismo que  en brazos de Cataluña.

Aunque a algunos les duela hay que decir las verdades porque les recuerdo que la hemeroteca recoge “las vergüenzas” de los políticos.

Esta diferencia se debería establecer siempre, una cosa son los independentistas de Cataluña y otra Cataluña en sí dónde habitan también no independentistas.
Y si Sánchez se ha echado en brazos del independentismo lo ha sido por cuatro votos y una investidura.
El presidente de Cantabria no se ha movido de su intención de voto a Sánchez porque el guion inicial de voto del PRC no contenía el allanamiento a todo lo que ha pedido  ERC como tampoco era intención de Pedro Sánchez hacerlo.

Ha sido él (Sanchez) quien ha roto el baile.

 
Hay que empezar a pasar página pero no vale decir que siguen para dar estabilidad al Gobierno porque lo podían haber pensado antes cuando dieron los ultimátum al PRC de si no votaban a Sánchez habría ruptura. Hay que ser consecuente con lo que se dice, aunque la política de este país tiene como común denominador la incoherencia e inconsecuencia. Ahora vayamos a mañana, al futuro. 

Ese papeluco, ese pacto que se firmó ya no vale, hay que reeditarlo y hay que confirmarlo.

Los socialistas tienen que ofrecer que siguen para conseguir, no ya la estabilidad y el progreso sino los hechos. Los cántabros queremos y en unos plazos razonables el tren a Bilbao, el tren a Madrid, los 60 km de autopista desde Burgos-Aguilar, financiación  para el puerto de Santander, el pago inmediato de la deuda de Valdecilla, 500 millones para los trenes de cercanías que se caen a trozos etc. lo anterior  es lo que tienen  que decir y procurar obtener del gobierno central porque ellos representan a Cantabria y lo tienen que pedir con la misma insistencia que lo hace el PRC. 

El Partido Regionalista de Cantabria ahora tendría que promover un nuevo pacto de futuro pero esta vez más solemne, que lo firme Pedro Sánchez y el presidente Revilla, solo así se pueden cicatrizar las heridas, los dimes y diretes, las malas caras y los ultimátums.

¿Perdonará Revilla el agravio? Seguiremos