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Opinión 09-11-2021 06:42

Como elefanta nueva en cacharrería. Por Jesús Salamanca Alonso

Para rizar el rizo, crecida cual pavo real, anuncia que impulsará nuevas alianzas con Mónica García, Ada Colau y Mónica Oltra, pero no contará con Ione Belarra ni Irene Montero.

 

Para rizar el rizo, crecida cual pavo real, anuncia que impulsará nuevas alianzas con Mónica García, Ada Colau y Mónica Oltra, pero no contará con Ione Belarra ni Irene Montero.

Como tal elefanta es como pretende entrar Yolanda Díaz en las negociaciones. Y para eso precisa saltarse las líneas rojas del acuerdo de coalición, traicionar a Pedro Sánchez, engañar a Nadia Calviño, ningunear a Garamendi y actuar como si también ella fuera sindicato. Es evidente que no ha perdido actualidad eso de estar a la vez repicando y en la procesión, soplar y sorber o tener dos yernos con una hija.

Cuando un comunista entra en negociación, lo mismo le da planchar huevos que freír corbatas con tal de salirse con la suya. Ese es el corte de esta ministra «peligrosa», como dicen sus cercanos y hasta parte del propio Ejecutivo. Hasta tal punto es así que Moncloa tilda a la «Varoufakis» española de ejercer como sindicato y de estar de parte de esos en cuanto se refiere a la reforma laboral. No se asusten por lo del calificativo coincidente con el economista greco-australiano, profesor universitario, político y escritor que ocupó el cargo de ministro de finanzas en Grecia cuando Alexis Tsipras ganó las elecciones en el país heleno, allá por 2015.

Quédense con el apodo con el que la tildan sus propios correligionarios, pero no vayan más allá del nombre porque nuestra ministra no llega a los talones a Yanis Varoufakis, ni moral ni intelectualmente, sin que por ello deba ofenderse. Sólo dos de los numerosos libros del líder del MeRA25 compendian todos los saberes que la díscola y contradictoria Yoli debería conocer. Hablando de contradicciones, no hay más que comparar la hemeroteca de momentos diferentes, donde nuestra ministra de Trabajo incurre en absurdos, va del amarillo al colorado, tiro porque me toca y siempre se planta en el rojo más chillón.

Lo penúltimo de Yolanda Díaz es afirmar que «la Reforma Laboral técnicamente no se puede derogar». ¡Otra tomadura de pelo! ¿Creen ustedes que Yanis Varoufakis caería tan bajo? Piensen que hasta ayer «la Yoli» hablaba de derogar dicha reforma, salvando cuantas discrepancias surgieran. Nos van a volver locos con sus torpezas, con tal de no cesar en el cargo, mantenerse en el machito, cobrar lo que no se ganan y recibir prebendas. Hasta sus adeptos empiezan a hartarse de tanto engaño. Mienten con la misma simpleza con la que hablan.

Y para rizar el rizo, crecida cual pavo real, anuncia que impulsará próximamente sus alianzas con Mónica García, Ada Colau y Mónica Oltra, pero no contará con Ione Belarra ni Irene Montero. Nueva vuelta de tuerca que Europa ve como un distanciamiento insalvable del Ejecutivo. Desde que Sánchez claudicó ante ella, cuando amenazó con cesar si no se derogaba la Reforma Laboral, se siente por encima de todos los miembros del Ejecutivo, la «primus inter pares» y hasta la reina de Saba, pero con raíces ferrolanas.

Tanto Pedro Sánchez como Nadia Calviño y Garamendi le han dicho que no se salte las líneas rojas de los acuerdos, pero ya se ha saltado el del Salario Mínimo Interprofesional y el de la eliminación de la temporalidad en el sector servicios y la construcción, además de la línea de traicionar al presidente ninguneando e ignorando a Calviño. Y ahora va a extender los tentáculos con tres «princesas» del destrozo o, si lo prefieren, tres «reinas» de la inutilidad política. A ver quién se atreve a negarme los destrozos cometidos por Colau, García y Oltra. El caso es que los empresarios se han hartado de que la ministra comunista desprecie a los trabajadores y piense que es la dueña de las empresas.

Con su postura sobre los convenios sectoriales, predominando sobre la defensa de los de empresa que propugna y defiende Europa, también anhela humillar a los empresarios. Su objetivo es encarecer los despidos. Precisamente de ahí le viene el mote o apelativo de «Varoufakis». Está tan ciega que no ha sido capaz de ver cómo los ERTE programados por Fátima Báñez en la Reforma Laboral del Partido Popular fueron los que la salvaron el culo. De lo contrario, hoy tendríamos 500.000 parados más.

¿Y me van a decir que no es torpe, además de insensata? ¿No ha entrado como elefanta nueva en cacharrería?

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