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Opinión 18-11-2019 18:46

Carta abierta a la Ministra de Educación, Isabel Celaá, por Jesús Salamanca Alonso

No sé de dónde saca la Ministra de Educación que la pública es subsidiaria de la concertada. ¿En qué sentido? ¿Qué estupidez es esa?

Señora ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá:

Actualmente en España hay una demanda social que exige -- porque tiene derecho a ello-- la existencia de la doble red pública y privada, donde entra la privada-concertada. Fue precisamente el Gobierno de Felipe González quien tendió la mano y abrió la posibilidad de la existencia y convivencia de las dos redes. Quiero pensar que usted se leyó la famosa y malhechora ley de educación de 1990 que igualaba a todos por abajo (LOGSE) Desde entonces existen unos criterios, según los cuáles y allí donde existe la red concertada, los padres pueden elegir entre esa y la red pública, como así hemos venido haciéndolo (verá, señora ministra, que no hago uso de esa sandez que es el lenguaje inclusivo, tan propio de la izquierda asilvestrada. Prefiero ser fiel a la RAE)

Tan solo los sindicatos sectarios de clase siguen predicando en el desierto para que desaparezca la red concertada. Pero, no nos llevemos a engaño, conozco a muchos sindicalistas de clase que llevan a sus hijos a la concertada mientras esputan hacia arriba. Mayor hipocresía imposible; eso sí, cuando quedan con el culo al aire, dicen que la educación de los hijos la deciden dos partes. Déjense de explicarlo así y digan que, al elegir el cole de sus hijos, han predominado aspectos que ustedes no pueden confesar por simple hipocresía. ¿Calidad? Soy testigo de que la pública ofrece calidad, pero no toda la pública. Y soy testigo de que la privada y privada-concertada ofrece calidad, pero no toda. A buen entendedor ya saben.

No sé de dónde saca usted, señora ministra, que la pública es subsidiaria de la concertada. ¿En qué sentido? ¿Qué barbaridad o estupidez es esa? No creo en eso de dar preeminencia a una red y considerar a la otra complementaria. Bien es verdad que en la comunidad de Madrid están pasando muchas cosas muy raras y hay que corregirlas, de la misma forma que en otras comunidades existe un odio africano hacia todo lo que no es enseñanza pública.

No estaría de más que nos contara qué es eso que está sucediendo en Valencia donde predominan criterios retorcidos, propios de la izquierda vociferante y saltarina. Es como si me dicen que la educación a distancia debe ser complementaria de la modalidad presencial. Pues no señor, la Constitución establece la posibilidad de elección en igualdad de oportunidades. Y eso vale, incluso, para la modalidad presencial y a distancia. Quien quiera que estudie presencialmente y quien lo desee que lo haga a distancia. Lo demás son ganas de alterar la realidad y tender a la confusión. Como docente de la pública, doy fe.

Mire usted, Isabel: Eso de que mi ministra de educación confunda la LOGSE, la LOCE y la LOECE es para revolcarse a carcajadas. Por eso no le voy a liar más mencionándole la LOE, la LODE o la LOPEG, por citar algunas. Con tanta ley orgánica, entiendo que usted se haya descentrado porque lleva ausente de la enseñanza, y como ‘desertora’ de la tiza, desde tiempo inmemorial. ¡Es lo que tiene hacer política aunque sea mala política!

¡Tanto cantar la izquierda a la libertad y en cuanto tiene ocasión la cercena! Señora ministra, si la concertada llegara a crecer por encima de la pública es señal de demanda social que, aunque ustedes eliminaron el concepto, está ahí y sigue revoloteando. Estoy seguro de que, si eso fuese así, ya se encargarían ustedes de evitarlo a través de los dudosos cuerpos actuales de la Inspección Educativa o recurrirían a la Alta Inspección para que hiciera el mismo ridículo que ha hecho hasta ahora en todas las comunidades autónomas y, particularmente, en aquellas que tienen lengua vernácula. De ello tengo vivida suficiente experiencia como para dar fe.

Piense un poco, señora ministra, porque no se puede ir por la vida diciendo memeces de ese calibre. Recupere su cátedra de secundaria, refúgiese en el inglés y deje la portavocía del Gobierno socialista hoy mismo antes de que se alíe con la ultraizquierda. Sus nombramientos institucionales de los últimos años siempre le han sobrepasado y le quedaban muy grandes. Sabe que hablo con sobrado conocimiento de causa.

A su edad no se puede decir lo que ha dicho porque nos hace pensar que ha estado perdiendo el tiempo en sus pocos años de docente. Claro que, como daba inglés, no dañaba la historia de la educación en España y menos aún la de la España contemporánea, además de no generar mala influencia entre el alumnado. Ya es usted muy mayor para postularse otra vez como ministra de algo y bregar con la ultraizquierda. Sopitas y buen vino, señora ministra, y si es vino de su tierra, mejor aún.

Por cierto, no meta más miedo al personal. Ya sabemos que la ultraizquierda “va a por nuestros hijos”, como ha escrito algún medio. ¿Qué me dice de Cataluña y de la libertad? Usted hace lo que decía Cayo Plinio “El joven”: “Nadie ataca a un león cuando el campo está lleno de ovejas”. Nada más, señora Celaá, a su edad y con esas ideas tan desvirtuadas de la realidad educativa……. ¡Jubílese, por Dios, y cuanto antes! Ya está caducada, Isabel, para ese tipo de ‘aventuras’, como le decían sus compañeros cuando fue nombrada ministra: “¡No lo aceptes. Estás obsoleta desde hace varios años!”. A pesar de ese buen consejo, usted aceptó. Y claro, ahí están las consecuencias.

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