Noticias de Cantabria
Opinión 20-12-2021 14:39

Atropello catalán con silencio cómplice. Por Jesús Salamanca Alonso

No quiero imaginar qué pensará el empresariado catalán, o el que pretenda establecerse allí, cuando observe el deseo de enfrentamiento y venganza contra España que proponen ERC, JxCAT, la CUP y otros grupúsculos

No quiero imaginar qué pensará el empresariado catalán, o el que pretenda establecerse allí, cuando observe el deseo de enfrentamiento y venganza contra España que proponen ERC, JxCAT, la CUP y otros grupúsculos

No es fácil poner orden en Cataluña y tampoco en España. Lo están intentando varias familias frente al supremacismo catalán; lo han intentado asociaciones y agrupaciones no catalanistas; no dejan de hacerlo los partidos constitucionalistas: unos más que otros, porque el Partido Popular se limita a hablar, pero no actúa. Del Gobierno mejor no hablar: su actitud es calificada, incluso en Europa, de «despreciable ante el sufrimiento de miles de familias represaliadas en Cataluña». La dejadez del es reconocida por la UE y a Pedro Sánchez no dejan de apuntarlo con el dedo; no sólo por su desidia del problema catalán sino por la falsedad de Nadia Calviño en los presupuestos Generales del Estado, además de su presunto y personal «fraude fiscal»

Esta vez se lo han tomado en serio todos los diputados enfrentados a la siniestra. Han enviado carta a la política checa y comisaria europea de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género, Vera Jourova, denunciando la violación de los derechos fundamentales del alumnado catalán, además de la represión y violencia dialéctica, junto al brutal y desmedido acoso que está sufriendo la familia del niño de Canet. El objetivo es abrir una investigación formal sobre los hechos conducentes a la pérdida de derechos y libertades en Cataluña, donde el abandono del Gobierno central es constatable, movido por intereses personalistas y por el afán de continuar en Moncloa a toda costa.

Muchas otras voces ya se levantan contra el totalitarismo que impera en la Cataluña no constitucionalista Nadie va a volver a pasar por la resignación ni la humillación. Si el Gobierno no asume su responsabilidad por incompetencia y negligencia, el pueblo debe hacérselo saber en las urnas. Eso sí, cuando el sentir democrático salga adelante, ni el Gobierno ni su dejadez deben ponerse medallas que no son suyas y que no han conseguido por simple cobardía.

Pedro Sánchez «El mentiroso» ha decidido vivir de rodillas, pero el pueblo expresa a diario su deseo, que no es otro que vivir de pie y hacer frente a las adversidades. A los atropellos del Gobierno habría que añadir barbaridades muy propias de Unidas Podemos: ahí tienen a su falsa y envidiosa jefecilla, Ione Belarra, proponiendo que a todos los jueces los nombre el Gobierno. ¡Muerte a Montesquieu!

Cataluña encabeza la problemática de España. Cuentan quienes presenciaron la manifestación independentista contra ese 25% en español que se gritaban consignas a favor de «Terra Lliure»: energúmenos con deseos de terrorismo en Cataluña, manifestantes a favor del odio a lo español y de confrontación permanente. No quiero ni imaginarme qué pensará el mundo empresarial catalán, o el que pretenda establecerse allí, cuando contemple el deseo de enfrentamiento que anhelan ERC, JxCAT, la CUP y otros grupúsculos donde no faltan catetos y bestias influyentes que piden a sus sicarios que se reúnan para tirar piedras a la casa de un niño de 5 años.

Quienes manipulan la ignorancia de esos sicarios y abusan de su analfabetismo son los mismos que, cuando lleguen mal dadas, huirán cobardemente al más puro estilo Puigdemont, y dejarán tirado al necio, al berzotas y al cebollino, elijan ustedes el vocablo; ese mismo necio del que pretenderán seguir viviendo como hace todavía la mafia de Waterloo. No hay duda de que «lo que sucede en Canet de Mar es la perpetración de un delito de odio, impulsado interesadamente por las propias autoridades autonómicas, sin que falte cobertura del Gobierno español».

El independentismo ha entrado en «posición locura»: esa no es otra que la suma del presuntuoso supremacismo catalán más el odio visceral. El silencio de Pedro Sánchez, con más inclinación a mantenerse en el poder que en defender a las familias y las necesidades españolas, recuerda lo peor de otras épocas.

¡Lo que era Barcelona y el estercolero en el que la han convertido la activista social y política, además de nefasta alcaldesa, Ada Colau, y su aturdida tropa, junto con el independentismo y el ruin nacionalismo!

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