Noticias de Cantabria
Nacional 16-03-2020 06:30

Todavía somos una Nación

Esta pandemia quizá puede ser el punto de inflexión de decir basta a destruir un país que funcionaba bien y unido dentro de la diversidad y dentro de la descentralización pero con la concienciación de que somos un país.

 


Ayer en el largo Consejo de ministros se reprodujo una gran batalla entre los ministros del PSOE y el caballo de Troya que ha metido Sánchez, por obligación electoral, en el Gobierno, Iglesias.

El socialismo gobernante tenía ayer la oportunidad, en la hora decisiva, de decir quiénes somos y lo hizo. Sánchez  dentro del Gobierno tiene una rémora muy peligrosa, Iglesias, que pretendía políticas expansivas económicas de dación de dinero y de producción del gasto innecesario en aras de la demagogia y populismo.

 

 

Y por otra parte, desde fuera, los independentistas Torra y Urkullu que querían gestionar y aprovecharse de la crisis del coronavirus para perfeccionar su separación de España con el golpe de Estado continuado a través de la simulación de trasferencias estatales que se están haciendo por la debilidad del Gobierno de Sánchez.

 

Parece que de momento ha triunfado el socialismo que se ha impuesto a gobernar en España y en todas las comunidades. Pero es que se ha demostrado que la sociedad española quiere una nación con la descentralización necesaria pero no la división de España en estados que se están  pergeñando con las trasferencias estatales.

 

Esta pandemia quizá puede ser el punto de inflexión de decir basta a destruir un país que funcionaba bien y unido dentro de la diversidad y dentro de la descentralización pero con la concienciación de que somos un país.

 

A mí particularmente me entusiasma ser un país como Francia o como Italia, con todos los vicios que tienen esos países porque nosotros nos hemos dedicado a sacar lo mano y esconder lo bueno, y España y las comunidades autónomas tienen más de bueno que de malo. A ver si esto sirve para recentralizar cuestiones básicas de todos los ciudadanos que son estatales como Seguridad Social, Sanidad, solidaridad, defensa, pensiones, administración económica y otras fundamentales para que se vertebre de una puñetera vez una presidencia ejecutiva de España y que se pare la falacia de que un ministro tenga que emitir recomendaciones y que se las pasan por el forro algunos presidentes autonómicos como Torra.

 

 

Este señor que sigue las instrucciones como lacayo de otro impresentable, Puigdemont, tendría que estar ya fuera de la Generalitat, es un impresentable y delincuente reconocido hasta en estos momentos de urgencia ciudadana. 

 


No hay mal que por bien no venga y de esta pandemia podemos aprender que se puede ir unidos y siempre ganaremos más. Lo que quiere esta camarilla de independentistas feudales, que ni entre ellos están unidos,  es mandar ellos y nada más, decir la última palabra cómo se demuestra. Los ciudadanos les importan un pito, solo son ególatras agarrados al poder.

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