Golpe de Estado. Por Pedro Arce

Los golpes de estado están de moda a juzgar por cómo está el ambiente político en nuestro Mundo: en España ya tenemos una larga experiencia histórica, como aquel golpe de estado de Primo de Rivera, el intento del general Sanjurjo, la intentona de la Revolución del 34 del socialista Largo Caballero o el de Tejero, ya en nuestro tiempo histórico reciente?

Pero no nos alejemos en el tiempo, pues el virus golpista está muy presente en nuestros tiempos y algunos se fijarán en el intento de Donald Trump, que al no ganar en las urnas, intentó doblegar al país más poderoso de la Tierra y no le salió muy bien, aunque volverá a intentarlo si la ocasión le es propicia.

En España, tenemos el golpe de estado lento y de baja intensidad, como diría Alfonso Guerra, del gobierno catalán hace ya cinco años; curiosamente a estos golpistas les apoya e indulta Pedro Sánchez, para asegurar sus votos, lo que es de una indecencia supina.

Y hoy mismo tenemos que enterarnos de que un grupo alemán pretendía un golpe de estado, que ha sido desarticulado y ya veremos cómo van a acabar; seguro que el gobierno alemán no les va a indultar ni mucho menos, como sí ha sucedido en la España de Pedro Sánchez.

Y también hoy mismo hemos tenido que enterarnos de que en Perú, el propio presidente, Pedro Castillo, el que insultó al Rey de España y a los españoles en su toma de posesión, ha dado un autogolpe de estado, que le ha salido fatal, pues el parlamento ha estado al quite, le ha destituido y quizás acabe dando con sus huesos en la cárcel. No tengan duda en España, pues los podemitas le apoyarán, como acaban de hacerlo con la argentina Cristina Kirschner, otra que bien baila. Y el gobierno de España no va a criticar este golpe, para no incomodar a sus socios.

Pero a los españoles nos preocupa España, donde muchos estamos percibiendo como se están urdiendo demasiados temas que quizás Alfonso Guerra no se atreva a definir como un estado de manipulación política, donde se están controlando todos los resortes del

poder, incluidos el legislativo y judicial, se actúa de modo autoritario y estamos caminando hacia una autocracia sanchista que bien pudiera definirse como un golpe de estado lento y suave?

Y ayer, cuando se celebraba en España el 44 aniversario de nuestra Constitución, con quemas de ejemplares incluidos, muchos españoles estamos más que preocupados por la deriva de este gobierno de Pedro Sánchez y de cómo puede ser nuestro futuro político, que quizás nos depare alguna sorpresa y nada agradable? ¡Ahí lo dejo