¡Europa se equivoca!

   Porque cuando comenzamos a atisbar la pandemia que se nos venía encima, la OMS y la Unión Europea comenzaron a informar de la gravedad del asunto, la mayoría de los países de la UE comenzaron a tomar medidas y prevenirse, salvo España, pues decía el Dr. Simón, quien había asistido a alguna de las reuniones, que era una gripe sin importancia y afectaría a lo sumo o dos o tres personas. ¡Y Europa asustando a sus habitantes!

    Cuando ya teníamos encima la pandemia, el Gobierno de España hizo lo que tenía que hacer: declarar el estado de alarma, parar el país, confinar a todos sus habitantes en sus casas; La Unión Europea, por el contrario, dejó que la actividad económica continuase y tan solo implantó medidas sanitarias, consejos a la población, etc. ¡España, como debe hacerse, paró la economía casi totalmente y quería apagar hasta la siderurgia!

   Los países de la Unión Europea obsesionados con el tema; España seguía haciendo decretos leyes y así pudo sentar a Pablo Iglesias en el CNI, que seguro que ahora funcionará mejor; los políticos del PSOE y Podemos, como Pepiño Blanco, han sido nombrados en el jugoso consejo de administración de Enagás y se ha notado el mejor funcionamiento de la empresa. ¡Ya era hora!

  La Unión Europea quiso que los sanitarios estuvieran con bozal, que adoptarán precauciones para no contaminarse, mientras el Gobierno de España nos dijo que no eran necesarias las mascarillas para sanitarios, fuerzas de seguridad, etc., pues incluso era bueno que la gente se contaminase y así ya quedaban inmunizados. ¡Estos europeos!

    Los líderes europeos han procurado unirse, colaborar gobierno y oposición, como ha hecho Portugal, pactar las líneas maestras de la recuperación, reducir los gastos, etc. ¡Sandeces! Cuando un Gobierno como el de España es elegido, debe gobernar solo y con sus socios y la oposición que se vaya al carajo, que no pinta nada. Incluso los líderes europeos han perdido el tiempo para transmitir a sus ciudadanos, de forma clara y concisa, cuál es la situación real para que estuvieran enterados; en España les han dicho por el plasma -“¡Aló, presidente!”- lo que interesa que los ciudadanos sepan, ninguneando a los miles de muertos que ya no votarán y han tenido una triste despedida.

    Y en España tampoco es necesario que el Gobierno exteriorice sensiblerías, como suelen hacer los cursis de la Unión Europea, con visitas institucionales, funerales y demás actos improductivos. En las naciones europeas han tañido las campanas de las catedrales para honrar a sus víctimas del Covid-19 y así hemos oído el sonido de las de la catedral de Milán o las campanas de Notre Dame que Macron ha pedido que suenen; en España, cuando se organiza un funeral, el presidente del Gobierno contraprograma un viaje urgente a Lisboa para evitarse el tedio de asistir.

    Los líderes europeos se han dedicado a trabajar y no se les ha ocurrido salir todos los días a las televisiones, con telepronter y sin periodistas, para que les vean sus ciudadanos, queden convencidos de lo guapos que son y convencidos que su Gobierno es el más numeroso, guapo, trabajador y lo está haciendo bien, bien…. ¡Y a quien se oponga con la bandera española o el himno, es un antipatriota! Quien quiera enseñar símbolos que use la bandera tricolor republicana, que mola más. ¡O la estelada catalana, o la ikurriña vasca, que tiene más colorines!

   En Europa funciona mucho el mundo privado, pero es un error y España sabe bien que lo público es en lo que hay que apoyarse y apoyarlo. Habría que haber prohibido que empresas como Inditex se dedicaran a traer mascarilla o material sanitario, pavoneándose a haberlo pagado ellos. ¡Ya estás bien de humillaciones! Sanidad, Educación, sectores estratégicos de la economía deben ser estatales, como lo han hecho países serios como la URSS, Cuba o Venezuela y así se acaba con las diferencias sociales y la nefasta clase media pensante, que siempre está con los tikismikis. ¿Educación y Sanidad privada? Que lo paguen quienes lo usan (Bueno, lo de Carmen Calvo es una excepción, porque no tuvo más remedio).

   Los países europeos van a bajar impuestos, incentivar y medidas por el estilo; en España, como debe ser, hay que subir los impuestos y, sobre todo, abrasar a los ricos de impuestos, hasta que no quede ni uno (salvo Pablo Iglesias). ¡El Gobierno de España es como un kamikaze que se mete en una autovía en sentido contrario!

   ¿O los que se equivocan son los políticos del Gobierno de España? Y así estamos en el podio de fallecidos por 100.000 habitantes, muchos de los cuales ni los han contado, sanitarios contagiados y fallecidos, generación de paro, bajada del PIB, aumento desbocado de la deuda y mil plagas que nos están cayendo a los sufridos españoles. Y no me digan aquello de “mal de muchos, consuelo de….” (Ineptos, sectarios, mentirosos, acosadores, totalitarios, embaucadores, trileros, etc.).

   Porque esto me recuerda a mi vecina Eduvigis cuando fue a ver jurar bandera a su hijo Anacleto, el cual era un desastre y en el desfile perdió el paso y dice la buena de mi vecina: “Mirá, todos se han equivocado, el único que lleva bien el paso es mi hijo Cletito”. ¡Y además, ahora ya no hay mili, que era un tostón y una pérdida de tiempo! Ya lo dice el refrán, Sr. Marlaska, “hacer el amor y no la guerra” y deje de acosar al coronel Pérez de los Cobos.