El reto de la vuelta al cole…

Y en estos pensamientos estaba cuando dilucidaba conmigo mismo sobre si sería más peligroso iniciar las clases con mascarillas, control de accesos, separación de mesas, escalonamiento de llegadas, salidas, recreos, etc. No vaya a ser que estemos demonizando a quienes asisten y nos olvidemos de quienes van a su libre albedrio, como sucede a los jóvenes que hacen quedadas y botellones, pero cerramos los establecimientos públicos hosteleros donde sí existen unas normas….

Y en el caminar diario, me iba haciendo otras reflexiones, centrando los pensamientos en la actitud pasota del actual Gobierno de España y, de forma especial, su ministra de Educación, Isabel Celaá, que ya pasa de todo y debe estar de vacaciones imitando a su jefe, Pedro Sánchez, quién está disfrutando del palacio real de Lanzarote y el existente en Doñana, olvidándose de España.

Y pensaba que si muchos funcionarios de este país, aún están razonablemente teletrabajando, eso supone que los mismos tienen más riesgos que nuestros alumnos. ¿O no es así?

Y mientras esto sucede, puedo observar que en los 17 “pequeños estados” en que se ha convertido nuestra antigua nación, antes llamada España, los diferentes gobiernos están tratando de organizar el curso de la mejor manera posible a su saber y entender y con la mejor voluntad (Al menos, me consta, que la Consejera de Educación de Cantabria se ha pasado el verano tratando de organizar este difícil y complicado inicio de curso); pero, lógicamente, en cada lugar existe un criterio que no es igual al del vecino. ¿Tan difícil es ponerse de acuerdo, que el Gobierno de España lidere la reunión de los respectivos consejeros de la cosa, y se establezcan unos criterios lógicos, uniformes y eficaces para equilibrar el binomio educación/sanidad?.

Porque ya empiezan algunos padres a sospechar que no se están adoptando medidas adecuadas y dudan si van a no a enviar a sus hijos al cole dentro de dos semanas. ¡Los padres necesitan certidumbre y esta situación origina incertidumbre!

Los sindicatos también están muy recelosos ante el inicio del curso escolar, sobre todo los de Madrid, quizás por aquello de “que ya están hartos y en cuanto haya un gobierno de derechas, nos van a oír”; ¡Y ya le han encontrado en Madrid! Y quizás también le encuentren en alguna otra comunidad autónoma gobernada por el PP.

Los directores y profesores, esos que sí están al pie del cañón, sí que están preocupados, tanto por las normas que les llegan, a veces confusas y ambiguas, de sus respectivos gobiernos autonómicos, como su propia actuación en cada uno de los centros, pues no es tarea fácil y se corre el riesgo de que se produzcan contagios, lo que sería de una alarma social de gran alcance y una responsabilidad añadida de los profesionales de la educación.

Todos los ciudadanos de este país hubiéramos deseado que el ministerio y su ministra hubieran reunido a los consejeros de educación de los 17 “estadillos” para estudiar la situación en profundidad, elaborar unas normas comunes y seguras, informar a la ciudadanía y hacer partícipes de las mismas a toda la comunidad escolar. ¡Esto daría seguridad a las familias!

Me parece de una gravísima irresponsabilidad que la ministra de Educación lleve desaparecida desde el mes de junio y solo haya estado pensando en los temas ideológicos, cuando lo importante es pensar en todos, en todas las circunstancias y dejarse ya de estar conspirando en los temas ideológicos, obsesionada con la enseñanza concertada, la religión católica en el currículum, los centros religiosos y demás, porque como dice el refrán, “cuando la política entra por la puerta de la clase, la educación sale por la ventana” y ya sabemos cómo ha sido esta historia que pone a los alumnos de nuestro país a la cola del Informe PISA. Seguir por esta senda, no nos llevará nada más que a una peor educación, desmotivación y hastío de los profesionales y cabreo, mucho cabreo, de los padres, auténticos responsables de la educación de sus hijos, ¡No lo olvide, Sra. Ministra!, y de la ciudadanía en general. ¡Y nos va a pillar el inicio del curso con los deberes sin hacer!

España no puede permitirse que, nuevamente, seamos líderes en el desastre del Covid-19 en la Educación, ya que hemos alcanzado tal puesto en infectados por millón de habitantes, fallecidos, sanitarios infectados, pérdida económica, etc., que nos coloca en la diana del mundo entero.

¡A ver si nos vamos a meter otra vez en la boca del lobo!