El aquelarre del apreteu…  

Estos días hemos vivido la sinrazón de los antitodo, esta vez con la disculpa del encarcelamiento del delincuente Hasel, un personaje para echarle de comer aparte, apoyado por Podemos desde el Gobierno de España y sus adláteres, algo que la Unión Europea observa desconfiada, escandalizada y temerosa, ante un Gobierno que ejerce la violencia desde el propio Consejo de Ministros.
 
Barcelona ha ardido por los cuatro costados en estas noches de locura; también Madrid, Granada y otras ciudades como Santander, donde se concentraron el sábado unas cuantas decenas para portar las banderas de la contrarrevolución, lo que ya nos indica por donde vienen y a dónde van (En Santander eran menos que los miembros de las Fuerzas de Seguridad y solo estuvieron unos minutos para mostrar sus banderas y después deambular con Cañadio y aledaños).

Todo el mundo se pregunta quién es el Pablo Hasel, por quien piden “libertad de expresión” los podemitas y, al tiempo, quieren controlar lo que escriben los periodistas, como ya sucediera en tiempos de la dictadura franquista, lo que demuestra que son unos antidemócratas. ¡Yo siempre he sostenido que Pablo Iglesias y sus seguidores no son demócratas!
 
Y si cogemos el corpus legal, podemos leer en la Ley Orgánica 6/2002 que “un partido político será declarado ilegal cuando legitime la violencia como método para la consecución de objetivos políticos o dé cobertura a acciones de desorden, intimidación o coacción social vinculadas a la violencia”. Y pocos dudan de que Pablo Iglesias y Podemos no están en esta situación, cuyo partido podría ser ilegalizado. ¡Pero, no! Está en el Gobierno de España, manejando la TVE y el CNI y dándonos lecciones de ética, sin hacer nada en beneficio de los españoles, salvo a su círculo íntimo a quienes va a hacer ricos con el dinero de todos.

"Y esta es la banda que dirige España y a la que Europa, EE.UU. y otros países miran con recelo"

Y muchos se sorprenderán que se unan a esta panda otras muchas organizaciones de todo tipo, especialmente de Cataluña, animadas por aquel “apreteu” que pronunciara el extinto y descerebrado presidente de la Generalitat, Torra, para incendiar la calle.
 
Esa calle que es de todos y que están destrozando, levantando los adoquines, estrellándolos contra los comercios para romper sus lunas, penetrar y llevarse lo que han podido en una escena esperpéntica de saqueo, al modo de Carlos Marx, quien decía que la rebelión de los hambrientos se acababa en la primera panadería de la esquina. ¡Desalmados!
 
Y ahora quién va a pagar los platos rotos, los grandes destrozos que han realizado, pues seremos Vd. y yo, quienes cotizamos una parte de nuestro exiguo sueldo o pensión y no los niños de papá, que se han divertido estas noches… Y hasta la Policía y aún más los Mossos están siendo masacrados, mientras Trapero sigue huido y observando complacido desde su despacho cómo les atacan de forma despiadada en la guerrilla urbana de Barcelona. Y la porquería de su sectaria educación les empieza a caer encima, sea en la universidad de Lérida o en las Ramblas de Barcelona, para escándalo de todo el mundo. ¡Quién lo iba a decir de la olímpica y cosmopolita Barcelona de otros tiempos!
 
¿Niños de Papá? Claro, la mayoría de estos alborotadores, probablemente insolventes, son hijos de papá, con medios suficientes para hacerlos responsables de sus actos. Y les pongo el propio ejemplo del susodicho Pablo Hasel, cuyo nombre verdadero es el de Pablo Rivadulla Duró; su padre, Ignacio Rivadulla fue presidente del Lérida y al que procesaron por haber dejado una deuda de 10 millones de nada; su abuelo fue un militar franquista, Andrés Rivadulla Buira, buen perseguidor de maquis por el Pirineo. Este delincuente reincidente como no valía para estudiar ni para trabajar, se ha dedicado al “Rap político”, con letras infames, canturreadas, mientras ha vivido del dinero paterno y ahora es apoyado por toda la jarcia política de la izquierda más atrabiliaria de España, incluidos los independentistas, proetarras y demás. En sus letras pidió que pusieran una bomba a Patxi López, que le clavasen un piolet a José Bono, canturreaba que le encantaba como pegaban tiros en la nuca a los dirigentes del PP y enaltecía a ETA y toda la lacra de este país, haciendo apología de la banda que ha asesinado a 856 españoles. Ha tenido múltiples condenas y ahora que entra en la cárcel por acumulación de sentencias, sus amigos arman esta marimorena…. (Junto a Pablo Hasel, Pablo Iglesias,  Echenique, Valtónyc,  Andrés Bódalo, Alfon, Rodrigo Lanza y una reata de indeseables).

 
Dónde están las feministas de salón cuando escuchan a Hasel aquello de “Cualquier zorra de mierda se cree irresistible”; “Me ofende que esa zorra crea que voy a hacerle caso por tener coño y dos tetas”; “¿Crees que puedes torearme a estas alturas?, vuelve a tu madriguera, zorra”…. Y a esto le llaman algunos “kultura”.

 
El apoyo de Podemos, con Pablo Iglesias y Echenique a la cabeza, es total y han revolucionado la calle, pues sus seguidores donde mejor se mueven es en la algarada y la batalla callejera, mezclados con la kale borroka vasca, la CUP catalana del apreteu y la bendición de Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, a la cual se han unidos voces como el alcalde de Valencia. ¡Qué país! El problema es que lo toleramos y el Gobierno de España mira para otro lado, con el ministro de Interior, Marlaska, agazapado y el presidente, Pedro Sánchez, que no ha tenido más remedio que salir cuando las encuestas le decían que podían perjudicarle, a tenor de lo que decían sus gurús dirigidos por Iván Redondo, con la única intención de desgastar a Iglesias.
 
Y esta es la banda que dirige España y a la que Europa, EE.UU. y otros países miran con recelo; Venezuela, Cuba, Irán, Bolivia y otros países de ideología neomarxista, leninista, castrista, chavista y montonera del “club de Brasil” observan estos incendios nocturnos con satisfacción, con la mirada bobalicona de Zapatero, adalid de este movimiento subversivo, antimercado, anticapitalista, antieuropea,…
 
Y mientras este panorama sucede en España, los intelectuales, cineastas y demás paniaguados (Serrat, Almodóvar, Bardem, etc.) callan y, quizás, otorguen o se unan al manifiesto de apoyo a Hasel, símbolo de la inmundicia de la izquierda española. Los demás, están calladitos por si las moscas y la Historia les condenará por su actitud pusilánime.