Consumátum est

El pacto con el partido marxista-leninista de Pablo Iglesias, el vallecano del Casoplón, inédito en la democracia española, es un riesgo cierto de que pueden adoptarse medidas que no contribuyan al bienestar de los ciudadanos y sí a cuestiones fundamentalmente ideológicas y sectarias. La primera será el gasto desbocado que nos lleve a una elevación del déficit público (Si Europa lo permite) y la consiguiente subida de impuestos, que quieren vendernos con la añagaza de que sólo será para los “ricos”, pero esto todos sabemos que no será así.

La subida del salario mínimo está muy bien, pero muchos ciudadanos comprobarán que en vez de subir su nómina, irán al paro, porque muchos de los 700.000 pequeñas empresas de autónomos no podrán con la carga fiscal y salarial y optarán por no contratar y despedir. ¡Tiempo al tiempo! Y hasta lo harán empresas de tamaño medio y grandes empresas. Ya tenemos la experiencia de este año que acaba de finalizar cómo la creación de empleo se ha reducido a la mitad con respecto al ritmo que llevaba con el anterior gobierno.

Cuando Europa y los países occidentales piden mayor flexibilidad laboral, este gobierno “pactado” va a eliminar la actual Reforma Laboral que tanto empleo ha creado; los resultados negativos no se harán esperar y las empresas y organizaciones empresariales ya han alertado de los resultados nefastos de estas iniciativas.

No quiero entrar en el nerviosismo de Podemos, con los “muertos” que guardaba en el armario, alguno de ellos quizás relacionado con el último incidente en Bolivia, de cuyo gobierno cobró grandes cantidades económicas “por asesorar a Evo Morales”, el gran tramposo del país, como los líderes de Venezuela, Nicaragua o Cuba. ¿Qué coño pintaba Monedero en la foto de la firma del Pacto? ¿Qué papel ha hecho y está haciendo Zapatero con todos estos países? Y dudo que en este “incidente” lamentable se vaya a llegar al fondo del asunto.

Pero con ser grave lo de Podemos, mucho más letal es lo de la articulación territorial donde para asegurarse los votos independentistas de ERC y PNV, Pedro Sánchez ha traicionado a España, lo que incluso ha puesto en guardia a líderes del PSOE tan destacados como Lambán o García Page, pues los demás, cobardicas y con miedo a perder la silla, están callados y escondidos, aprovechando el fulgor de estas fiestas, como les sucede a millones de españoles. También en JxCat están cabreados, pero porque les han ninguneado y dado por supuesto que apoyarían a Sánchez y ellos también “quieren cacho”.

La aceptación de un referéndum encubierto, disfrazado de “consulta”, en Cataluña que ha tragado Pedro Sánchez es algo de tal gravedad, que ha tenido que impedir a su propio partido debatir sobre el tema y de unas consecuencias futuras indeseables, de lo que nos tendremos que arrepentir. Y piensa conceder al País Vasco y Cataluña el estatus de “nación”; claro cuando muchos líderes socialistas dicen que España es “una nación de naciones”, apaga y ¡Vámonos!

El ninguneo que Pedro Sánchez está haciendo al Rey Felipe VI es antológico y entra dentro de la campaña antimonárquica que le están imponiendo los “republicanos” de Podemos, ERC y PNV.

Pedro Sánchez ha negociado de forma muy opaca y traidora a los intereses generales de España, con líderes juzgados, condenados y presos para garantizarse unos votos, cediendo en cuestiones que afectan a todos los ciudadanos y cuyas consecuencias del chantaje en marcha, ya se están viendo, como la excarcelación de los terroristas de los CDR. Y no se ha amilanado para influir en el juicio al “Procés”, manipular a jueces y fiscales y arrastrar a la Abogacía del Estado por el polvo de nuestras callejas. Recuerden que llegó a la Moción de Censura a Mariano Rajoy, a través de la manipulación de una sentencia que después ha sido desautorizada. Pero al PSOE de Pedro Sánchez le importa todo un comino y temas como los EREs de Andalucía donde han sido condenados dos presidentes, es cosa del pasado y no tiene nada que ver con ellos.

Al País Vasco le ha prometido todo lo que estos deseaban para asegurarse sus siete votos, como sacar a la Guardia Civil de las carreteras de Navarra (¡Vaya cabreo que existe en la Guardia Civil!), sin que el gobierno de esta Comunidad Autónoma dijera nada; y ello es así, porque, entre todos, están haciendo el trabajo sucio al que los proetarras aspiran y desean. Y la soberanía de España no es negociable, lo que puede derivar en una gran traición a la Constitución Española de 1978, que se desprecia y ningunea por los socios de Pedro Sánchez.

¿Y por qué sucede esto? Pues aquí tengo que decir lo que suelo afirmar habitualmente. Los votos que le pueden aupar a la presidencia del Gobierno de España a Pedro Sánchez son los de los ciudadanos que los metieron en las urnas, tanto en abril como en noviembre. ¡Ahora que nadie se queje!

¿Y qué pasa con los partidos constitucionalistas! Pues que deben estar a uvas y, lógicamente, son incapaces de movilizar a los españoles patriotas, que sí hay muchos, pero se quedan en casita para que otros les saquen las castañas del fuego. ¿Recuerdan la última manifestación en Barcelona de los no independentistas? Pues, no eran muchos y así hemos visto que se han reflejado los resultados electorales en esa Comunidad Autónoma. No sirve rasgarse las vestiduras, acusando esta actitud de Pedro Sánchez de “Golpe de Estado”, las llamadas a la sensatez a Pedro Sánchez o a los líderes socialistas cobardicas…. ¡Hay que actuar!, si quieren realmente revertir la situación, sea ahora o en las próximas elecciones, que no serán tan pronto como algunos vaticinan, si Pedro Sánchez continúa en La Moncloa, porque su principal objetivo es seguir a bordo del Falcón, aunque no pueda aprobar los presupuestos de cada año, aunque no sea capaz de aprobar ninguna ley, como ha sucedido en el pasado año de 2019 o aunque el interés general de los españoles se vaya deteriorando. ¿O los españoles son tan flacos de memoria que han olvidado a la época de Zapatero?

….por ello, afirmo aquello de “Consumátum est” (Todo está cumplido) y muchos ya pensarán también aquella frase de “Alea iacta est” (la suerte está echada). Como dicen unos amigos míos, “que nos cojan confesados” y que sigan las fiestas, los fastos, los reyes y demás

contubernios, mientras nos sacan diariamente “liebres informativas” para despistar y desconcertar al poco crítico ciudadanos que no atisba peligro alguno de futuro.

¿Y Miguel Ángel Revilla? Con su olfato político contrastado, ya se está poniendo la venda, por si vinieran mal dadas, por si el acuerdo con los nacionalistas fuera infumable o tan opaco que no se desvelase en su totalidad, en cuyo caso quizás cambie el sentido del voto del diputado regionalista.

¡Feliz Año 2020!